Tres escultoras reflexionan sobre nacimiento, vida y muerte

'Bocas andantes', Alina Szapocznikow

El amor, la familia y los hijos es el tema central de una exposición, instalada en el Palacete de la Reina Ana, del Castillo de Praga. En ella se presentan esculturas y objetos abstractos de tres escultoras centroeuropeas, dos checas y una polaca.

La exposición titulada ‘Tres escultoras’ reúne casi un centenar de obras de arte y sigue a modo de comparación el desarrollo creativo de las checas Věra Janoušková y Eva Kmentová, y la polaca Alina Szapocznikov, explicó la comisaria de la muestra, Adriana Primusová.

“Mi meta fue confrontar la obra de estas tres artistas, que en la época de posguerra estudiaron en la Escuela de Artes Aplicadas, de Praga. La vida y la carrera profesional de cada una de ellas fue distinta. Sin embargo, el rasgo común de sus creaciones es el intento de meditar y reflexionar sobre temas, digamos, femeninos como el amor, el nacimiento y la familia”, dijo Primusová.

La exposición refleja las diversas etapas de la evolución artística de las escultoras que, en los comienzos de sus carreras, se inspiraron en el cubismo. De las figuras clásicas llegaron paulatinamente a objetos abstractos y de allí volvieron nuevamente a la figura, vista no obstante desde un ángulo diferente, explicó Adriana Primusová.

“La parte final de la exposición, que refleja este último período creativo de las artistas, se denomina ‘Descomposición y tabú’. Su tema central es la muerte. Las tres escultoras la plasmaron en su obra de manera expresiva por medio de figuras deformadas y de torsos”, dijo la comisaria.

La obra escultórica de Věra Janoušková, Eva Kmentová y Alina Szapocznikov está caracterizada por experimentos con diversos materiales y sus combinaciones, que evidencian los intentos de las artistas de descubrir nuevas posibilidades de su aprovechamiento en el arte.

Dos de las escultoras ya fallecieron. Věra Janoušková, a sus 86 años, sigue en activo y siente fascinación por experimentar con distintos objetos. En su casa guarda todo tipo de desechos como vajillas, licuadoras y cajas viejas, para transformarlos en obras de arte.

“Mi amor por los materiales data de los años estudiantiles. Una de mis primeras obras surgió de una cacerola vieja, de color azul, que encontré tirada en un riachuelo. La llevé a mi casa y me puse a pensar en qué podría transformarla. Comencé a deformarla y al final me salió una preciosa cruz, que fue la primera de una serie de cruces metálicas azules”, dijo Věra Janoušková.

A la escultora le agrada dar nueva vida a las cosas que ya dejaron de servir. En ello radica, a su parecer, el concepto del nacimiento y la muerte, que intenta plasmar en sus creaciones.

Los objetos creados por Věra Janoušková fueron expuestos en varios países y formaron parte del pabellón checo en la Feria Mundial EXPO 1967 en Montreal.

La exhibición ‘Tres escultoras’ se prolongará en el Palacete de la Reina Ana, del Castillo de Praga hasta el 3 de noviembre.

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