Tres damas en el viaje
¡Adiós el verano, hasta el año próximo!, dicen tristemente en estos días muchos checos, echando a la basura los catálogos de la temporada pasada y mirando las fotos de las últimas vacaciones. Pero ya aparece una chispita en los ojos y se empiezan a trabar planes para las vacaciones próximas. Pavla, Líba y su amiga Oli son tres señoras que disfrutan de sus mejores años, y les gusta viajar - a solas, sin esposo. Pavla y Líba nos contarán sus experiencias de los viajes en esta A toda marcha.
"Nos gustó tanto que desde aquella ocasión viajamos solas cada año. Este año ha sido por la séptima vez. Si el esposo no tiene ganas de salir de casa, ¿por qué debería renunciar a las vacaciones también yo?".
Croacia, dos veces Montenegro y tres veces Grecia. Consultan el internet, hojean varios catálogos de las agencias de viajes y luego se deciden - por un centro más tranquilo, cerca del mar, donde prometen playas y naturaleza bonitas, la posibilidad de hacer excursiones ... Y donde haya menos turistas, agrega Líba.
"Generalmente viajamos en septiembre porque sale más barato. En julio o agosto tampoco podríamos tomar tres semanas de vacaciones en el trabajo. En septiembre aún hace buen tiempo, las temperaturas son agradables, el mar está caliente y hay mucha fruta".
En la República Checa no se les presenta la oportunidad de recoger higos, granadas o limones frescos directamente del árbol. También hay que probar las especialidades gastronómicas del lugar, en Montenegro por ejemplo "grundle" - pescaditos empanados y fritos, o en Grecia mussaka, gyros o tzatziki. Después tomar una copa del vino local y ¡a bailar!Los viajes no carecen de pequeñas aventuras. Líba nos cuenta una:
"Cuando entrábamos en Montenegro no quisieron dejarnos continuar por los incendios. Tuvimos que tomar un rodeo, y al final pasamos directamente por el centro de los bosques incendiados. Al llegar a nuestro destino, empezaron a tocar las campanas. En el pueblo se alegraban de la lluvia que acababa de venir, a diferencia de nosotras, porque empezaban nuestras vacaciones".
El entendimiento con los habitantes del lugar no resulta para nuestras tres viajeras un problema. En Croacia una se defiende con el checo, luego ayuda el inglés, unas palabras en alemán y aprender un par de frases griegas tampoco es difícil. Y si todo falla, quedan los brazos y las piernas, lo importante es mostrar buena voluntad, subraya Pavla.
"Cuando llegamos a los apartamentos en Montenegro, donde deberíamos estar alojadas, miramos asombradas al grupo de turistas que se despedían de los dueños de la casa. Todos se abrazaban, besaban y nosotras pensábamos que la gente se había vuelto loca. Pero cuando nos íbamos fueron los recién llegados que nos observaban con boca abierta, porque ahora éramos nosotras quienes se abrazaban y besaban con los dueños. Durante las vacaciones nos hicimos amigos".¿Cómo su familia y las personas de su entorno aceptan el hecho de que viajen solas, sin sus esposos? "Nuestro entorno nos puede sólo envidiar, y nuestra esposo se dedica en casa a sus aficiones - la tele y el ordenador", se ríe Pavla.
"Si los hijos son mayores y una no tiene que pasar apuros por lo que pasa en casa, la mujer descansa y recobra las fuerzas para aguantar durante todo el año siguiente, en el que tendrá a su cargo todas las tareas domésticas. Y si no le importa al esposo no hay por qué preocuparse. Bueno, a mí esposo le molesta pero tampoco hace falta preocuparse".
¿Y porqué le molesta?
"Puede ser porque no hay nadie en casa quien le prepare la comida y haga las compras, y él tiene la sensación de que está abandonado y todo pesa sobre él. Luego, por lo menos, aprecia más cuando vuelvo".
Y no hay que apresurarse con regresar. Con un mensaje SMS que recibió de su hija durante sus últimas vacaciones en Grecia Pavla concluye esta A toda marcha.
"Oh, madre, ¡regresa! O mejor sigue recreándote porque, de todos modos, la felicidad casera no se te escapará".