Traer la vacuna Sputnik a Chequia: primera tarea del nuevo ministro de Salud
Nada más tomar posesión de su cargo, el nuevo ministro de Salud, Petr Arenberger, ya ha planteado distintas maneras con las que Chequia podría adquirir la vacuna rusa Sputnik V para acelerar la inmunización de la población. Los expertos consideran que no son opciones realistas y que, en cualquier caso, no lograrían aumentar el ritmo de la vacunación.
El nuevo ministro de Salud, el prestigioso dermatólogo y, hasta el miércoles, director del hospital de Vinohrady de Praga, Petr Arenberger, aseguraba a la Radio Checa tras tomar posesión de su cargo que la aprobación del uso en Chequia de la vacuna Sputnik V no era una prioridad.
Sin embargo, sus primeros pasos como ministro los ha dedicado exclusivamente a ello. Arenberger ya ha abordado la cuestión con la directora de la Agencia Estatal de Control de Medicamentos, Irena Storová, y ante los medios de comunicación expuso varias formas con las que la vacuna rusa podría acelerar el lento proceso de vacunación en la República Checa, según explicó.
“Se podrían realizar, por ejemplo, pruebas clínicas en las que el paciente es perfectamente informado de que se trata de un tratamiento experimental. Pero hay más posibilidades, como tratamientos médicos específicos, por ejemplo, para grupos especiales de interesados”.
La opción de realizar pruebas clínicas de la Sputnik V en Chequia sorprendió a los expertos. El bioquímico Jan Konvalinka, profesor de la Universidad Carolina de Praga, argumentó en la Radio Checa por qué esa opción no aceleraría el proceso de vacunación.
“No lo entiendo, y me gustaría explicárselo al señor ministro. La tercera fase de pruebas clínicas es un proceso muy caro y complicado. La aprobación duraría tres meses. Además, en unas pruebas clínicas deberíamos dar un placebo a parte de los voluntarios, y en la actualidad, con varias vacunas ya aprobadas a nuestra disposición, inocular placebo a la gente realmente no sería ético. Así que no le veo el sentido. Seguramente el señor ministro quería decir otra cosa, pero no sé cuál”.
Konvalinka considera un error también la aprobación extraordinaria en Chequia de un antídoto aún no aceptado por la Unión Europea y se refirió al caso eslovaco. En el país vecino, su agencia de control de medicamentos vio diferencias de composición en las vacunas compradas a Moscú y la documentación publicada sobre la Sputnik V en la revista The Lancet. Ante la falta de información técnica específica sobre las 200 000 dosis que permanecen desde hace un mes en los almacenes en Eslovaquia, su veredicto final fue el de no recomendar su uso.
Rusia reaccionó airada este miércoles acusando a Bratislava de haber violado las condiciones del contrato y pidió la devolución de las vacunas que, recordemos, ya provocaron además la caída del primer ministro Igor Matovič.
“Nadie nos ha pedido oficialmente que iniciemos el proceso de aprobación de Sputnik”
El presidente de la República Checa, Miloš Zeman, volvió a responsabilizar este miércoles al exministro de Salud, Jan Blatný, y a la directora de la Agencia de Control de Medicamentos, Irena Storová, de la muerte de ciudadanos por “bloquear” la adquisición en Chequia de vacunas como la Sputnik V o la china Sinopharm. Storová explicó al nuevo ministro Arenberger que la agencia que dirige no puede recomendar un medicamento sin contar con la información técnica correspondiente, explicó en entrevista para la Radio Checa.
“Por nuestra parte, lo que seguimos constatando es que no se ha iniciado ningún proceso oficial para permitir su aprobación extraordinaria, lo que quiere decir que nadie nos ha pedido de manera oficial que emitamos nuestro punto de vista. Cuando recibamos la información técnica, la estudiaremos y nos manifestaremos al respecto”.
El primer ministro, Andrej Babiš, en la presentación del nuevo ministro de Salud el miércoles, también reiteró su intención de adquirir la vacuna rusa para quien quiera aplicársela de forma voluntaria.
“Hay empresas o, en concreto, la Cámara de Comercio, y otras personas que nos piden la vacuna Sputnik, pero el Estado no puede simplemente ir y comprar Sputnik tal cual”.
Tomáš Prouza, vicepresidente de la Cámara de Comercio, sin embargo, reaccionó con un comunicado en el que negaba el presunto interés de su institución por la vacuna Sputnik. Pero, además, subrayó el rechazo que produce entre estos empresarios.
“Nuestros miembros no consideran en absoluto fiables las vacunas rusa y china”, escribió Prouza, remitiéndose a una encuesta interna del mes de enero en la que casi un 60% de los empresarios mostraban entonces su confianza en las vacunas aprobadas por la Unión Europea, mientras que en la vacuna rusa confiaba solo un 5%, y en la china un 1%.
El propio viceprimer ministro, el socialdemócrata Jan Hamáček, se mostró este jueves más cauto con la teórica aprobación de la vacuna Sputnik en Chequia y expresó su temor a que eso provocara que la gente dejara de confiar en el sistema.
En definitiva, el debate en torno a la vacuna rusa es cada día más acalorado, marcando la agenda política en la República Checa y provocando suspicacias de todo tipo. Sin embargo, la Agencia Europea del Medicamento puede acabar de un plumazo con toda polémica si, como probablemente suceda, en unas semanas apruebe su uso en la Unión Europea.