Tradiciones de la Navidad checa
Hola, amigos. El equipo de la redacción Iberoamericana de Radio Praga les hace llegar un cordial saludo ofreciéndoles seguidamente un programa especial con motivo de las Fiestas de la Navidad.
Esperamos que de esta forma podamos contribuir con nuestro granito de arena al bienestar en sus hogares y al maravilloso ambiente de paz y de tranquilidad que en estos días suele reinar en los países con tradiciones cristianas.
En la República Checa, las Fiestas de la Navidad son consideradas las más bellas del año y están vinculadas con un sinnúmero de hermosas tradiciones populares. Algunas de esas costumbres se las acercaremos en este programa especial.
Cada nación tiene sus tradiciones típicas, vinculadas con diversas fechas y acontecimientos históricos. Los hábitos relacionados con las Fiestas de la Navidad se conservan en un sinnúmero de países del orbe, aunque cada pueblo se caracterice por costumbres diferentes.
En la República Checa, las Fiestas de la Navidad son ante todo una fiesta familiar, por lo que tienen un encanto especial. Y este se hace más patente por respetarse en este país muchas de las tradiciones cristianas que se entrelazan con las costumbres populares del mes de diciembre que se vinieron desarrollando en las Tierras Checas a través de generaciones y siglos.
La Navidad, en su forma actual, comenzó a festejarse en las Tierras Checas a partir del siglo IV de nuestra era, aproximadamente. Las fiestas cristianas reemplazaron paulatinamente los antiguos rituales paganos, sujetos al solsticio de invierno.Con ellos se anunciaba que la pronta reaparición de la luz, en forma de los resplandecientes rayos del sol, traería una nueva vida a la naturaleza y la felicidad al ser humano, mientras que las fuerzas de la oscuridad iban a ser expulsadas.
La República Checa es uno de los pocos países donde se conservaron hasta hoy testimonios escritos detallados sobre antiguas costumbres populares de la Navidad, concretamente del siglo XIV.
Esto se debe a los apuntes del sacerdote Juan de Holesov, de la orden de San Benito, quien describió los hábitos de su época vinculados con el período del adviento y los preparativos para saludar el día de nacimiento del niño Jesús.
Para que puedan hacerse, amigos, una mejor idea de las tradiciones navideñas checas, avanzaremos por partes. Y debido a que tampoco nosotros somos especialistas en la materia, invitamos al estudio a la etnógrafa Božena Hrdličková, del Museo de la ciudad de Přerov nad Labem, situado a unos 30 kilómetros al noreste de Praga.
Las festividades populares navideñas comienzan en la República Checa con el inicio de diciembre. Varias fechas están relacionadas con diversas costumbres, indica Božena Hrdličková.
"Muchas costumbres se vinculan con el día de Santa Bárba, el 4 de diciembre. En esa fecha los niños de antaño solían colocar en la ventana un calcetín, esperando que Santa Bárbara les regalara golosinas. A los niños traviesos, no obstante, Bárbara les regalaba carbón y papas. Las muchachas mayores solían cortar ese día ramilletes de cerezo a los que se les llamaba Bárbara, los colocaban en un florero y esperaban que florecieran antes del día de Nochebuena. Si sucedía así, significaba que en menos de un año se casarían. Pero si los ramilletes no florecían, significaba que no habría boda".Al onomástico de Santa Bárbara le sigue pronto el día de San Nicolás, esperado con ansiedad especialmente por los niños checos, sostiene la etnógrafa Božena Hrdličková.
"San Nicolás es símbolo de la bondad y la generosidad. En vísperas del seis de diciembre que es su onomástico, San Nicolás, acompañado de un ángel y un diablo visita en la República Checa los hogares donde hay niños y a los pequeños que se portaron bien durante todo el año les regala golosinas y frutas. A los niños traviesos el diablo les asusta un poquito y cuando prometen que se portarán bien en el futuro, el ángel les acaricia y luego también reciben regalos de San Nicolás".
Claro que esos tres personajes son personas en disfraces, pero cabe decir que esta tradición tiene raíces muy profundas en la República Checa y el cinco de diciembre por la noche es posible encontrarse con decenas de ángeles, diablos y Nicolaces en las calles de ciudades y aldeas checas. Los niños acostumbran cantarles una canción, prometiendo que en el futuro se portarán bien.La etnógrafa checa, Boýena Hrdličková, señala que antaño, el día de San Nicolás se celebraban en las Tierras Checas grandes mercados prenavideños. En ellos las amas de casa podían adquirir nueva vajilla, las más variadas especias importadas del mundo entero, así como pan de especias que era la golosina predilecta de los niños.
A su vez, el 13 de diciembre se festejaba el onomástico de Santa Lucía, patrona de las hilanderas. Según Božena Hrdličková, entre el pueblo se contaba que si alguna hilandera se ponía a trabajar ese día, llegaba Lucía y le enredaba los hilos por no haber organizado una fiesta en su onomástico.
Por las noches Lucía visitaba los hogares vestida toda de blanco y verificaba si las casas estaban limpias. Si en alguno de los rincones descubría un poco de polvo, lo limpiaba y la ama de casa debía invitarla luego a cenar para agradecerle su ayuda.
En diciembre las amas de casa checas preparan también los dulces navideños típicos. Se trata de galletas de pequeño tamaño, diversas formas, rellenos y decoración. En la República Checa se acostumbra preparar en casa entre seis y veinte tipos de esas galletas de Navidad. Cuesta trabajo, pero es bonito respetar la tradición y las galletas son verdaderamente sabrosas."Las galletas de Navidad, no obstante, son una costumbre más moderna, de los últimos dos siglos, aproximadamente. Antes se acostumbraba hacer dulces de mazapán o preparar unos panecillos de masa de levaduras. Y el dulce predilecto de los niños era el pan de especias, en forma de diversas figuras, por ejemplo de animales, corazones, estrellas, etc., y decorado con claras batidas con azúcar", afirma Božena Hrdličková.
En Radio Praga seguimos hablando de las tradiciones de la Navidad checa. La mayoría de las costumbres se relaciona, naturalmente, con el día de Nochebuena, sostiene Božena Hrdličková del Museo de Přerov nad Labem.
"Ese día se acostumbraba especialmente predecir el futuro y a ello respondían las costumbres. Estas debían confirmar que la familia seguirá sana el próximo año y que habrá felicidad en el hogar. En el campo, a su vez, se acostumbraba predecir cuál sería la futura cosecha. Los campesinos se interesaban igualmente por los animales domésticos y el día de Nochebuena, por ejemplo, a las gallinas les daban los granos en círculo para que el próximo año no faltaran huevos".Se consideraba importante respetar el ayuno el día de Nochebuena y luego, en la tarde preparar muchos platos de comida, al menos nueve, para que nada falte el próximo año. Y ese día las puertas de las casas quedaban simbólicamente abiertas a todo aquél que quiera compartir con los demás la alegría y la felicidad del Nacimiento del niño Jesús. Todos eran bienvenidos.
Algunas de esas tradiciones se conservaron en la República Checa hasta la actualidad. El día de Nochebuena se respeta el ayuno y la cena comienza temprano, con la aparición de la primera estrella, a eso de las seis de la tarde.
La comida típica de Nochebuena es sopa de pescado como primer plato y de segundo se sirve carpa a la Milanesa acompañada de ensaladilla rusa. En la mesa debe haber mucha fruta tanto fresca como seca y, para que el próximo año no falte dinero en el hogar, bajo cada plato que hay sobre la mesa se coloca una escama de carpa. De postre, naturalmente, se ofrecen las tradicionales galletas de Navidad que, no obstante, acostumbran servirse más tarde, junto al árbol de Navidad.Y el día de San Esteban a su vez, el 26 de diciembre, en los hogares checos se suele comer pavo asado, acompañado de chucrú y unas típicas bolas de harina cocidas que en checo se llaman "knedlíky".
Volviendo a la cena de Nochebuena, es muy importante que al terminar de comer, los familiares se levanten todos de una sola vez y cogidos de los brazos, para que el próximo año vuelvan a reunirse todos nuevamente esa misma fecha.
Después de la cena, la familia se traslada a la pieza en la que está el árbol de Navidad, bajo el cual hay regalos para todos. Es que en la República Checa los regalos se reparten en la Nochebuena. Pero todavía cabe cumplir con otras tradiciones. Las chicas solteras, por ejemplo, se colocan de espalda a la puerta y lanzan hacia atrás un zapato. Si la punta del zapato indica hacia la puerta, la chica se casará en el curso del año siguiente. Si la punta indica hacia la niña, ésta quedará sin novio.También se cortan en mitad las manzanas. Al que le aparece en la manzana una estrella será feliz todo el año, mientras que cuando aparece una cruz, quiere decir que habrá alguna enfermedad en la familia. En fin, en cada hogar de la República Checa en Nochebuena se respetan diversas tradiciones, siendo difícil enumerarlas todas.
Lo que sí acostumbran casi todas las familias checas es cantar villancicos junto al árbol de Navidad. Especialmente los niños suelen interpretarlos con mucha dedicación.La tradición del árbol de Navidad es una de las más jóvenes, llegando a los territorios checos de Alemania, hace unos 200 años. Los primeros árboles se instalaban en hospitales, en casas de burgueses y más tarde también en palacios de la nobleza.
A partir del siglo XVIII los árboles de Navidad comenzaron a ser adornados e iluminados con velas, cuenta la etnógrafa, Boýena Hrdličková.
"Antaño no se acostumbraba adornar los árboles como hoy. Se colocaban en ellos manzanas, nueces, adornos de papel, figuras de pan de especias y también figuras de paja que eran muy populares en toda Bohemia. O sea, los árboles de Navidad se decoraban con productos naturales y de fácil acceso. Recién a finales del siglo XIX comenzaron a aparecer los primeros adornos de cristal que pronto fueron extendiéndose por todo el país".
Hay que decir que en muchos hogares checos hasta hoy prefieren decorar el árbol de Navidad con adornos naturales utilizados por nuestros antepasados. Otra particularidad checa es que los árboles de Navidad se decoran también con figuritas de chocolate. Estas no pueden faltar en ningún hogar checo donde hayan niños. Y el árbol de Navidad permanece decorado hasta el día de los Reyes Magos.En vista de que las Fiestas de la Navidad evocan la natividad de Jesucristo, debemos mencionar todavía otra tradición, muy antigua en la República Checa. La tradición de construcción de nacimientos. Los hay de diferentes tamaños y materiales y algunos incluso dotados de movimiento.
Por primera vez fue instalado un pesebre en las Tierras Checas en el año 1560, en la iglesia de San Clemente, en el centro de Praga. No obstante, se conoce sólo gracias a apuntes históricos ya que, lamentablemente, no se conservó.
La costumbre de los pesebres la trajeron a las Tierras Checas los jesuitas y fue por ello que los primeros nacimientos habían sido instalados en las iglesias. La tradición se extendió pronto y los pesebres los comenzaron a instalar en sus hogares representantes de la nobleza y posteriormente también los ciudadanos menos adinerados.Se fabricaban de diversos tamaños y materiales, de madera, cerámica, hojas de maíz, pan de especias, de vidrio y también de papel. Estos últimos eran muy populares en la zona al noreste de Praga, según dice la etnógrafa checa, Božena Hrdličková.
"Típicos para esta región son los pesebres de papel que se podían adquirir en los mercados prenavideños. Muy usados eran también los nacimientos de madera y de diferentes tipos de masas, dependía de la habilidad de cada persona que decidía hacerse su propio pesebre. Los nacimientos quedaban instalados en los hogares hasta el día de los Reyes Magos, al igual que el árbol de Navidad y cada noche se encendía junto a ellos una vela y la familia se ponía a cantar villancicos".
Otro interesante nacimiento surgió en las Tierras Checas durante la época barroca cerca del palacio de Kuks, en Bohemia Oriental. Su autor, el famoso escultor Matyas Bernard Braun, lo talló en una roca situada en un bosque cercano al palacio.La obra logró conservarse hasta la actualidad y aunque su estado dista de ser el mejor, constituye una valiosa muestra del arte de construir belenes en las Tierras Checas.
Uno de los más hermosos nacimientos de la República Checa es el de la ciudad de Třebechovice pod Orebem, a unos 130 kilómetros al noroeste de Praga. Fue tallado en madera a finales del siglo XIX por el carpintero Josef Probost y sus ayudantes. Demoraron unos 47 años en terminar la obra. El pesebre tiene siete metros de largo y casi tres de alto y lo componen unas 400 figuras, la mitad de las cuales está dotada de movimiento. Representan la natividad del Señor, pasajes del Nuevo Testamento e imágenes de la vida cotidiana de los campesinos y artesanos checos. Escuchen, amigos, como suena el pesebre cuando se pone en movimiento.
Uno de los belenes más curiosos, a su vez, es el instalado todos los años en la iglesia de San Mateo, en Praga. Al entrar durante la época navideña en la iglesia, se siente inmediatamente un característico aroma. El aroma del pan de especias. Y es que el nacimiento en la iglesia de San Mateo está hecho precisamente de pan de especias.Cada familia checa acostumbra hasta hoy tener su propio nacimiento durante las Fiestas de la Navidad. Los hay de diversos materiales y tamaños y simbolizan la paz y la tranquilidad que reinan durante la Navidad.
Como pudieron darse cuenta, amigos, son muchas las tradiciones del mes de diciembre en la República Checa, relacionadas con la Navidad. Pero ¿vale la pena en la era moderna seguir conservando estos antiguos ritos populares? Božena Hrdličková, del Museo de Přerov nad Labem, dice que sí.
"Creo que deberíamos respetar las tradiciones de nuestros antepasados. Esto vale tanto más en Navidad. ¡No cuesta nada cortar una ramita de un árbol, ponerla en un florero y decorarla con nueces, manzanas y bombones, por ejemplo! ¡Y cuanta alegría puede traernos! Bonito es también cuando las chichas tiran los zapatos o sacan de un saco un trozo de leña. Si el leño es de forma recta, su futuro esposo será apuesto y bueno, pero si el leño está torcido, se casará con un hombre viejo y malhumorado. ¿Acaso podemos omitir estas costumbres"?Y de seguro no deberíamos olvidar la tradición de poner durante la cena de Nochebuena una cadena debajo la mesa, como símbolo de la unidad familiar y del fuerte amor que reina en ella.
Estimados amigos, que la paz y la tranquilidad reinen también en vuestro hogar.
El equipo de la redacción Iberoamericana de Radio Praga les deseamos de todo corazón ¡Felices fiestas de Navidad!