Tatra, la cima del transporte

Es una de las marcas más legendarias del país y una de las que más enorgullecen a los checos. Desde 1897 ha fabricado ininterrumpidamente tranvías, camiones, automóviles y trenes. Sus diseños inspiraron nada menos que a Volkswagen y también se llenó de gloria en varias competencias del Rally Dakar.

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Aun teniendo mucho peso en la actualidad, hay marcas que ya son, en el mejor sentido, parte de la historia. No porque hayan quedado relegadas sino porque fueron acompañando con su impronta los eventos más destacados de los últimos siglos. Según Michaela Bortlová, curadora del Museo Técnico de Tatra en la ciudad de Kopřivnice, la fama de esta compañía de autos y camiones no solo trasciende las épocas sino también las fronteras.

“Tatra es una de las marcas más famosas de producción de automóviles no solo en Chequia sino en el mundo entero”.

Pero lo que explica Bortlová es que ese renombre lo ganó Tatra gracias a sus innovaciones técnicas, su original concepto de chasis y moderna ingeniería. El museo en el que ella trabaja fue fundado poco después de la Segunda Guerra Mundial y reúne miles de piezas en exhibición que dan cuenta de la relevancia histórica de esta compañía.

Foto: Ondřej Tomšů,  Radio Prague International

“Tenemos, por ejemplo, en nuestra colección el descapotable T600 que se estrenó en el Salón del Automóvil de Ginebra en el año 1949 y luego la compañía se lo obsequió a Stalin en Rusia, pero en la década del setenta fue adquirido por nuestro museo”.

En efecto, durante las décadas del 50 y del 60 Tatra fabricó una línea de automóviles de lujo para funcionarios y miembros del Partido Comunista. Sin embargo, la historia de la compañía es mucho más extensa: el nombre actual se incorporó poco después de la Primera Guerra Mundial junto a la fundación de la República Checoslovaca, aunque en realidad su origen se remonta a finales del siglo XIX, lo cual vuelve a esta empresa de autos la tercera más antigua del mundo.

Tatra Präsident | Foto: Ondřej Tomšů,  Radio Prague International

“El ‘Präsident’ fue el primer auto para pasajeros. Fue fabricado en el año 1897 en la ciudad de Kopřivnice y actualmente se encuentra en el Museo Técnico Nacional de Praga, aunque en nuestro museo tenemos una réplica de ese auto”.

Cuenta Bortlová que las primeras producciones de la empresa se hacían en cantidades reducidas por tratarse de algo completamente nuevo. El país pertenecía, en ese entonces, al imperio austrohúngaro y presentaba una industria pujante: la compañía fabricaba, por ejemplo, carruajes y vagones de ferrocarril. Antes de la Segunda Guerra Mundial, Tatra siguió haciendo otros productos como camiones, buses o tranvías. Y uno de los vehículos ferroviarios más famosos de la compañía se llamó Slovenská Strela (la Flecha Eslovaca), que cubría regularmente el trayecto Praga-Brno-Bratislava. Desarrollado bajo la supervisión de Hans Ledwinka, el tren alcanzaba los 150 kilómetros por hora y comenzó a operar a mediados del año 1936.

“El nombre Tatra proviene de unas montañas de Eslovaquia, actualmente en la frontera con Polonia, como una metáfora del suceso técnico que implicaron sus productos y los primeros productos de la marca Tatra, que así se llama desde 1919, eran usados por el ejército checoslovaco”.

La fama de la empresa creció tanto que incluso se vio obligada a iniciar un proceso legal contra la marca Volkswagen, ya que el creador del famoso Escarabajo se inspiró demasiado en uno de los modelos más innovadores de Tatra. El juicio se interrumpió con la invasión nazi en Checoslovaquia, pero años después se retomaría con resultado a favor de la empresa checa.

Foto: Ondřej Tomšů,  Radio Prague International

“El conflicto empezó cuando Tatra diseñó el primer prototipo de un auto aerodinámico en el año 1933 que también lo tenemos en nuestra colección, se trata del primer gran paso en la era más evolucionada de transportes para pasajeros Tatra que tuvo lugar en el siglo XX, y ese producto clave fue el Tatra 77, el más famoso por ese entonces”.

Foto: Ondřej Tomšů,  Radio Prague International

El célebre modelo Tatra 77 con diseño aerodinámico también de Hans Ledwinka y Paul Jaray contaba con un motor V8 de sesenta caballos de fuerza ubicado en la parte trasera y una ingeniería avanzada que, a pesar de su bajo costo, ofrecía materiales novedosos que reducían su peso y una suspensión más que confortable. Hans Ledwinka era, por ese entonces, un diseñador muy reconocido y admirado, es decir, un digno representante de esta emblemática firma.

Foto: Ondřej Tomšů,  Radio Prague International

“Tatra es una de las marcas que más enorgullecen a los checos porque ha estado produciendo vehículos en forma ininterrumpida desde 1897. En la actualidad la compañía solo fabrica camiones ya que la producción de autos para pasajeros finalizó en 1998”.

Michaela Bortlová comparte con nuestra audiencia una primicia: durante el próximo otoño se va a abrir un segundo museo Tatra exclusivo para camiones, que, por supuesto, dispondrá de un sector especial destinado a todos los premios del Rally Dakar, muchos de los cuales los ganó, entre 1988 y 2001, el piloto checo Karel Loprais a bordo de un Tatra 815.

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