Hace 130 años murió Ignác Šustala, fundador de la fábrica de carruajes de Kopřivnice, la futura Tatra

Un coche de Ignác Šustala, foto: archivo de Muzeum fojtství

Los carruajes fascinaron a Šustala desde niño. Su talento para los negocios lo llevó a fundar una exitosa empresa de fabricación de carruajes y carretas.

Ignác Šustala,  foto: public domain

Ignác Šustala aprendió el oficio en Viena en el taller de F. Koller, el constructor de carruajes de la corte. Tras años de aprendizaje y perfeccionamiento en la profesión, regresó a Kopřivnice, donde abrió con su hermano un pequeño taller para fabricar carruajes y carretas. Les fue bien y no pasó mucho tiempo antes de que  empezaran a crecer y emplear a más personas, además de obreros y aprendices. Fabricaban carruajes de lujo, de carga y de correos. Registró numerosas patentes y desarrolló muchas mejoras. En 1870 produjo 1200 carros con 150 trabajadores cualificados de distintas profesiones. La empresa empezó a expandirse por el extranjero. El éxito de las exportaciones a Rusia, Galitzia, la vecina Prusia e incluso a países de ultramar, le llevaron a fundar un almacén de venta en Galitzia y filiales y sucursales de la factoría en Ratiboř, Breslavia, Viena, Praga, Berlín, Chernivtsí y Kiev. En el año 1890, la empresa se convirtió en la sociedad anónima Fábrica de Carruajes de Kopřivnice. Ignác Šustala no vivió para ver el siguiente auge de la empresa bajo la dirección de su hijo Adolf, al morir el 29 de enero de 1891.

Un coche de Ignác Šustala,  foto: archivo de Muzeum fojtství
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