Stanislav Motl, un "cazador de la información"

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Esta vez les presentamos, amigos, al periodista Stanislav Motl quien, además de ser uno de los más populares reporteros de televisión checos, es autor de varios libros sobre la Segunda Guerra Mundial.

Desde la infancia a Stanislav Motl le atraía la historia, especialmente el período de la Segunda Guerra Mundial. Nació en 1952 en la ciudad de Ústí nad Orlicí, Bohemia Oriental y aunque no le tocó vivir en carne propia la conflagración mundial, muchos de sus parientes que conocieron la guerra, recordaban con frecuencia lo difícil que fue aquello.

Cuando tenía unos diez años de edad, el joven Stanislav visitó el archivo municipal para buscar más información sobre el tema y desde aquél momento, los archivos se convertirían en uno de los lugares más frecuentados por Motl.

Al concluir los estudios de periodismo en la Universidad Carolina de Praga, trabajó en la prensa escrita, para pasar posteriormente a la televisión privada Nova. Gracias al apoyo de la dirección de la televisión, Stanislav Motl realizó varios reportajes sobre criminales de guerra nazis, que tuvieron amplia repercusión entre la opinión pública.

Motl escribió también varios libros sobre la Segunda Guerra Mundial y la ocupación nazi de Checoslovaquia. Dedicó atención a la lucha clandestina contra la Alemania nazi, así como al aporte de soldados estadounidenses en la liberación de Checoslovaquia. Describió asimismo el destino de varios actores checos que, al terminar la guerra, fueron acusados de haber colaborado con los nazis.

Actualmente Stanislav Motl está reuniendo material para otro libro en el que quiere denunciar los experimentos que hacían los nazis con niños pequeños, tanto de origen checo como judío.

"Creo que ese será mi último libro sobre la Segunda Guerra Mundial. El tema lo descubrí al investigar el paradero de criminales de guerra en Alemania y otros países. No me interesan todos los militantes de la Gestapo o de las unidades SS. Pero sí trato de desenmascarar a los nazis que durante la guerra cometieron crímenes contra la Humanidad. Y considero los experimentos en niños como uno de los peores crímenes", señala Stanislav Motl.

Fue en base a esos libros y reportajes que la gente comenzó a identificar al reportero checo con los "perseguidores de los nazis".

Stanislav Motl insiste en ser más bien un "cazador de la información". El reportero checo ayudó por ejemplo a demandar en juicio a Anton Malloth, antiguo carcelero en la prisión de la Gestapo en Terezín, Bohemia del Norte. En el año 2001, la Corte de Justicia alemana condenó a Malloth a cadena perpetua.

"Los criminales de guerra nazis no deberían abandonar este mundo en tranquilidad", afirma Stanislav Motl. Al tiempo que destaca que lo importante no es el propio castigo, porque la mayoría de esos criminales son personas ya muy mayores.

"Considero indispensable, no obstante, que sepan que sus crímenes no quedan olvidados y menos aún perdonados. Igualmente importante es que la opinión pública mundial se entere de ellos", recalca Motl.

Según el reportero checo, muchos criminales de guerra nazis hallaron refugio en países de América Latina.

"Llegué a descubrir el paradero de dos de ellos, pero antes de viajar a Latinoamérica para intentar entrevistarlos, me enteré de que habían fallecido debido a su avanzada edad. Interesante es también la existencia de colonias en Sudamérica habitadas por ciudadanos de origen alemán y que han sido fundadas por los nazis que huyeron de Europa ante la justicia", dice Motl.

El reportero checo ayudó a desenmascarar a unos 10 criminales de guerra nazis. Una de las cosas que más le sorprendieron, según afirma, fue que ninguno de ellos expresó lástima alguna por los crímenes cometidos.

"Ellos consideran que no han hecho nada malo porque, desde su punto de vista sus víctimas, los eslavos y los judíos, no eran seres humanos, sino animales", recalca Motl.

En el año 2000, en el festival de cultura judía checo-alemana "Nueve puertas" a Stanislav Motl le fue concedido un premio especial en reconocimiento a su labor en la localización de criminales nazis. El reportero insiste en que su objetivo no es ganar premios, sino descubrir la verdad.