Situación en la TV pública checa sigue tensa
La agitada atmósfera que continúa reinando en la Televisión pública checa se trasladó ayer a las calles de todas las grandes ciudades de la República Checa. Resulta que el nombramiento del nuevo director de este ente televisivo ha provocado malestar no sólo entre sus empleados, sino en la gran mayoría de los checos.
En Praga, así como en otras ciudades del país, tuvo lugar ayer jueves una protesta en contra del nombramiento de Jirí Hodac al cargo de director de la TV pública, organizada por la Iniciativa Televisión Checa - Causa Pública, y funcionarios de este ente. En la Plaza de Venceslao de la capital checa se reunieron centenares de personas. En la concentración, los trabajadores explicaron los motivos de su rechazo hacia los cambios impuestos por el Consejo de la Televisión Checa. Los participantes tuvieron la oportunidad de sumarse a la petición de los trabajadores del ente público, que exigía la dimisión del Consejo de la Televisión Checa. Durante el día de ayer la petición fue firmada por unas diez mil personas. Al acto de protesta se sumaron decenas de organizaciones y personalidades de la vida cultural y política, entre ellos también el defensor del pueblo, Otakar Motejl. El nuevo director, Jirí Hodac, se entrevistó con los trabajadores, pero esto no ayudó a calmar la situación.
De cara a la confusa situación en la Televisión pública, el presidente de la Cámara Baja, Václav Klaus, se expresó a favor de la privatización de esta institución, destacando que la República Checa no necesita una televisión pública. Klaus subrayó que ha llegado la hora de iniciar el proceso de privatización de dicha institución, agregando:
"En el mundo existen muchos periódicos, radios y canales televisivos que no tienen el estatuto de ente público. Sin embargo, surge la pregunta de hasta qué punto, por ejemplo, una radio privada es capaz de transmitir música clásica y otros programas de índole educativa."
Representantes de otros partidos políticos rechazaron la propuesta de Klaus. "Quisiera expresar mi profundo rechazo a esta idea", dijo el vicepresidente del Gobierno, Vladimír Spidla. Por su parte, el presidente de la Unión de la Libertad, Karel Kühnl opinó que la privatización de la Televisión pública no beneficiaría a la República Checa. "Esta institución cumple tareas importantes y los canales comerciales son incapaces de sustituirla en muchos aspectos", subrayó Kühnl.