Sin trabajo y agotados por el estrés de la pandemia
El aprendizaje a distancia y la falta de trabajo han complicado la vida de muchos estudiantes universitarios en los últimos semestres. El mayor deterioro de su situación lo padecen quienes ya se enfrentaban a dificultades antes de la llegada de la pandemia.
Los estudiantes checos son, a largo plazo, unos de los más trabajadores de Europa, de acuerdo con el proyecto Eurostudent. La mayoría de los que asisten a la universidad están empleados, ya sea a tiempo parcial o completo. No obstante, un nuevo estudio realizado por la Academia de Ciencias y la Universidad Carolina de Praga sugiere que hasta un tercio de los que estudian y trabajan a la vez perdieron sus ingresos en los últimos meses.
Cuando el aeropuerto de Praga se iba vaciando paulatinamente en marzo de 2020 debido al cierre de las fronteras, los estudiantes empleados allí sabían que su trabajo no duraría mucho más.
Una de ellas fue Lenka Mráčková, estudiante de transporte aéreo. Según contó a la Radio Checa, encontrar otro trabajo en ese periodo resultó muy complicado.
“Envié muchos currículos. Pero por cada 25 lugares me respondían de uno, por ejemplo. Y conseguir un trabajo temporal era imposible. Pregunté incluso en todos los comercios en mi calle. Todo estaba ocupado”.
Al estar empleado en el sector aéreo, también su novio se quedó sin trabajo. En consecuencia, entre asistir a cursos y prepararse para los exámenes, la pareja pasó un periodo intentado salir de su crisis financiera, situación que experimentó un gran número de estudiantes universitarios.
De los 9500 que participaron en la encuesta de la Academia de Ciencias y la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Carolina, la mayoría reporta un deterioro marcado de su situación económica, detalla una de las autoras del estudio, Michaela Kudrnáčová.
“Un 16% de los encuestados indicó no tener suficiente dinero para cubrir sus gastos mensuales y hasta el 38% afirma no poder permitirse pagos inesperados de más de 470 euros”.
La experiencia de la Universidad Masaryk de Brno sugiere que los más afectados han sido los estudiantes que se enfrentaban a problemas económicos ya antes de la pandemia, según indica la vicerrectora de la universidad, Simona Koryčánková.
“Los padres de algunos estudiantes perdieron su trabajo durante la pandemia. Los estudiantes mismos tienen problemas para encontrar un puesto. Y algunos también han perdido a sus padres”.
Deterioro de salud mental
Durante los meses de pandemia, las universidades se han enfocado en proporcionar un mayor apoyo psicológico y asesoría a sus estudiantes. En un periodo ya de por sí complicado, la pérdida de ingresos supuso una carga adicional difícil de sobrellevar, explica una de las autoras del estudio, Michaela Kudrnáčová.
“Anticipábamos una mejora entre la primera y la tercera ola del coronavirus, que los estudiantes se habrían acostumbrado al aprendizaje telemático y el nuevo estado de las cosas, pero no ha sido así. Su estado mental no ha mejorado, la situación es igual de mala que al inicio de la pandemia”.
La estudiante Lenka finalmente logró encontrar un trabajo temporal en otoño del año pasado, pasó sus exámenes finales de grado y hace algunas semanas empezó el máster. Afirma que, a pesar de ser una persona positiva, muchos días resultaron difíciles. Sus amigos pasaron por una experiencia parecida, según cuenta, requiriendo incluso de antidepresivos en algunos casos.
Como estudiante de transporte aéreo, Lenka espera poder volver a trabajar en el aeropuerto, pero mientras dure la amenaza de la pandemia, prefiere esperar un momento más oportuno.