Ser colombiano pesa
Invitamos a los micrófonos al economista colombiano Alexander Correa (27), oriundo de la ciudad de Cali. Según confiesa a Radio Praga, su llegada a la República Checa se lo debe a los caprichos del corazón, sin embargo, en la actualidad su desarrollo profesional es la principal prioridad y lo que lo ha retenido en Praga.
"Llevo exactamente ocho meses y siento que todavía estoy en el proceso de adaptación, ya que no hablo checo, lo que hace que uno se sienta muchas veces como un extranjero. Pero, después de que comenzó a desaparecer el invierno me siento, digamos... un poco más "amañado".
¿Qué significó para tí este cambio, dejar tu país e iniciar una nueva vida en otro lugar, con otra cultura, idioma, costumbres? Tengo entendido que es la primera vez que sales de tu país por un período tan largo.
"Efectivamente, es la primera vez que salgo del país. Había estado anteriormente en otro sitio, pero únicamente de vacaciones y por un mes. Para mi ha sido bastante interesante haber vivido un tiempo acá. Sobre todo en el sentido de la madurez como persona, ha sido como comenzar todo de cero: aprender a caminar, a hablar".
¿Qué te condujo a la República Checa?
"Bueno, mi caso es bastante específico. Como te comentaba, la única vez que había salido de Colombia fue a una isla que se llama Trinidad y Tobago, ahí conocí a una checa. Nos enamoramos, nos vinimos para acá, pero más tarde nos separamos y como comencé a apreciar las costumbres checas, pues decidí quedarme".
Es decir, el corazón te indicó que deberías quedarte.(Risas) "Una de las razones fue esa, una razón romántica".
Sin embargo, en la actualidad estudias.
"Si, si. Cuando aún estaba con mi antigua novia, tuve que buscar una manera de justificar mi estadía aquí. Ya había estado de vacaciones, pero igual por la regulación de la visa y los demás trámites que eran muy complicados. Entonces conocí a un profesor venezolano, profesor del Instituto CERGE, y él me comentó de la posibilidad de hacer un Phd... yo soy economista de profesión. Entonces apliqué y me dieron una beca. Y aquí estoy".
Desde el punto de vista laboral, ¿qué posibilidades puede tener un economista colombiano en la República Checa?
"Te diré que una de las cosas por las cuales me he adaptado aquí, en la República Checa, es quizá porque la gente me ve diferente. Quizá por ser latino. Y eso ayuda. El idioma español está muy de moda, lo que puede abrir ciertas posibilidades. Hay empresas que pueden contratar hoy una persona de habla hispana que tenga el perfil profesional que tengo yo".
¿Qué opinión crees que tienen de ti los checos?
"Yo he tenido la oportunidad de conocer bastantes checos y al principio resultaba incómodo. El simple hecho de mostrar el pasaporte colombiano en el aeropuerto y los controles que le aplican a uno. Los primeros meses cuando yo mencionaba ser colombiano, me preguntaban inmediatamente por las drogas. Pero con el tiempo eso cambió y me comenzaron a valorar más por lo que soy como persona, más que por el hecho de ser colombiano. Ahora ya se ha vuelto más una cosa anecdótica".
¿Lo tomas ya con cierta dosis de humor, con ironía?
"Exacto. En particular a mi no me molesta, pero hay que tener un poco de paciencia con ese tipo de bromas. Conozco a varios compatriotas que se molestarían con ese tipo de chistes. Ser colombiano pesa. La fama que tenemos los colombianos a nivel internacional pesa".