Se vende la casa de campo de Bohumil Hrabal en Kersko
La mítica casa de campo del escritor Bohumil Hrabal en el poblado de Kersko ha aparecido en un conocido portal de venta de inmuebles con un precio de 466 000 euros. El Ministerio de Cultura, la Región de Bohemia Central y el Ayuntamiento de Nymburk ya están en conversaciones para intentar adquirirla y conservarla.
Bohumil Hrabal compró su querida casa de campo en Kersko tras responder a un anuncio en 1965. En ese jardín surgieron algunos grandes clásicos de la literatura checa del siglo XX, pero también del cine. Las magníficas adaptaciones para la gran pantalla realizadas por Jiří Menzel ayudaron a que la obra de Hrabal adquiriera una dimensión mundial. Yo serví al rey de Inglaterra, Tijeretazos y, por supuesto, La fiesta de las campanillas verdes, que transcurre precisamente en Kersko y en una de las cervecerías del poblado, la aún muy famosa Hájenka, son algunos de los textos que salieron de la paz de esa zona residencial boscosa en la que Hrabal vivía rodeado de decenas de gatos del lugar.
Bronislav Kuba, propietario de un taller artístico de la localidad, recordó para la Radio Checa algunas de las estampas cotidianas del escritor en su casa.
“Bohumil Hrabal se sentaba fuera bajo los abedules en una mesa normal y corriente y se ponía a teclear sus textos en una máquina de escribir Consul. Los vecinos lo veían y lo respetaban. Cuando veían que estaba escribiendo no lo visitaban, pero en cuanto terminaba ya tenía allí a alguien”.
Bronislav Kuba, además de fabricar sus figuras de porcelana y barro, se dedica también a preservar el importante legado de Hrabal en el lugar, en cuyo cementerio eligió el escritor ser enterrado.
La película de Menzel La fiesta de las campanillas verdes, de 1983, inmortalizó el lugar, e incluso al propio escritor, que sale en un curioso cameo trabajando en el jardín. El lugar sigue recibiendo turistas atraídos precisamente por la atmósfera hrabaliana del lugar, explica Kuba.
“Hasta Kersko sigue viniendo gente incluso del extranjero, de Polonia, de Hungría o de Eslovaquia, para ver dónde vivía Hrabal y dónde escribía. Sigue interesando, así que creo que la casa debería ser conservada”.
Efectivamente, el Ministerio de Cultura no ha tardado en reaccionar, así como la Región de Bohemia Central y el Ayuntamiento de la cercana Nymburk, ciudad muy ligada también a la niñez del autor.
La casa de campo tiene un valor histórico para la cultura checa que el Estado no puede ignorar, expuso para la Radio Checa el viceministro de Cultura, Vlastislav Ouroda.
“Una de las posibles vías es que el Estado compre la casa y la ceda a alguna de sus instituciones sin ánimo de lucro. Por supuesto, con inmuebles así, se tiene en cuenta el contexto histórico cultural, que en este caso es fundamental”.
Según el escueto anuncio aparecido en el portal Sreality.cz, en el que ni siquiera se menciona quién fue su último inquilino, la propiedad tiene 79 metros cuadrados habitables y casi 3500 de parcela.
Hrabal vivió en esa casa de campo la mayor parte del tiempo hasta que la salud dejó de permitírselo. El escritor falleció en 1997 en el hospital de Bulovka en Praga a los 82 años de edad.