Se estrena ciclo de documentales sobre el destino de hijos de presos políticos de los años 50

El régimen totalitario de Checoslovaquia los tildó de “hijos de enemigos del Estado”. La palabra “criminales” les acompaña a lo largo de su vida. Ahora, los descendientes de los presos políticos de los años 50 se convierten en protagonistas de un ciclo de documentales que ofrece un testimonio sobre el pasado y a la vez el presente de este país.

Eran culpables sin tener la culpa. El régimen comunista les condenó a crecer sin sus padres, vivir al margen de la sociedad y sin posibilidad de alcanzar un nivel de enseñanza más alto.

Veinte años tras la caída del Telón de Acero, siete “hijas de enemigos del Estado” se pusieron ante la cámara de estudiantes de la Facultad de Cine de Praga, FAMU, para contar su historia. Eva Langrová explica qué le impulsó para romper el silencio guardado durante años.

“En 1998 nació mi primera nieta. Nunca antes hablamos de lo que habíamos vivido. Cuando la tuve en mis brazos en la maternidad, me dije que tenía que hacer algo para que no tuviera que vivir lo mismo que yo”.

La serie de siete documentales, de 26 minutos de duración cada uno, fue estrenada este martes en el cine Světozor de Praga. En otoño se transmitirá en la Televisión Checa. Alena Müllerová, directora artística del Centro de Programas Educativos de la emisora televisiva pública, subraya que es una obligación introducir este tema en la pequeña pantalla.

“La verdad es que para mí es también una cosa personal porque mi abuela estuvo encarcelada y a nuestra familia le afectó mucho. Considero muy interesante el enlace con la Facultad de Cine ya que la Televisión Checa quiere descubrir a talentosos cineastas de la joven generación. Creo que su visión es diferente de la escuela documental checa clásica”.

Los guiones de las películas surgieron en 2009 en un seminario ofrecido por la Facultad de Cine a los estudiantes de distintas especialidades y cursos. Iva Jestřábová fue una de las participantes.

“A pesar de que la película se refiere a los años 50, para mí no es en ningún caso un documental histórico. Me interesaba cómo el destino de estas mujeres se refleja en la actualidad, cómo el pasado influye en el presente. Creo que el documental confirma que se habla muy poco de ello”.

La joven directora eligió para su cortometraje titulado ‘Una Vida’ a Ludmila Voříšková, hija del intelectual cristiano, traductor y redactor de la editorial Vyšehrad, Rudolf Voříšek, condenado por supuesta traición a la patria en 1952. Ludmila Voříšková tenía entonces cinco años.

“Solicité en el archivo poder mirar las actas, pero me dijeron que fueron destruidas. Así que nuestra familia no sabe ningún detalle sobre su caso porque mi padre no regresó de la cárcel, murió allí. El juicio fue secreto, mi madre estuvo presente sólo cuando se dictó la sentencia de 11 años de prisión. Naturalmente yo quería conocer el trasfondo, pero desgraciadamente parece que nunca llegaré a saberlo”.

El proyecto ‘Niños de los años 50’ continúa. Este semestre universitario los estudiantes de FAMU se centran en los “hijos de enemigos del Estado”.