RCh apoya medidas europeas para reducir contaminación ambiental
La RCh debería incrementar al doble la participación de las energías renovables en su consumo global de energías. Así lo supone el proyecto de medidas para reducir la contaminación ambiental, que este miércoles fue presentado por la Comisión Europea.
El Gobierno checo considera importante el proyecto presentado por la Comisión Europea, encaminado a combatir el cambio climático. De ser aprobado, antes del año 2020 la República Checa debería incrementar el aprovechamiento de las energías renovables del 6 por ciento actual al 13 por ciento.
El primer ministro, Mirek Topolánek, reconoció que la Comisión Europea ha respetado las posibilidades de cada país al elaborar el documento.
“Las cuotas establecidas para la República Checa en cuanto a las energías renovables las consideramos un éxito, porque originalmente la Comisión Europea había requerido que incrementemos su uso hasta un 14 por ciento”, dijo Topolánek.
El primer ministro checo agregó que coincide con el jefe de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, quien calificó el proyecto como muy ambicioso y destacó que ninguna otra región del mundo ha adoptado medidas semejantes en la lucha contra los gases de efecto invernadero.
El plan supone reducir en un 30 por ciento las emisiones de dióxido de carbono, aunque algunos países tendrán una excepción temporal. La República Checa podrá lanzar a la atmósfera un 9 por ciento más de emisiones que no se rigen por el sistema de permisos de contaminación. Este último también notará cambios. Mientras que hasta el presente los permisos de contaminación eran gratuitos, en el futuro las empresas tendrán que pagar por ellos. Los empresarios critican ese cambio, pero el ministro checo del Medio Ambiente, Martin Bursík, lo aplaude.
“Esto obligará a las empresas a proceder de manera económicamente racional. Al elaborar nuevos planes estratégicos, tendrán que tomar en cuenta el precio global del carbón que es bastante elevado”, señaló Bursík.El paquete de medidas supone asimismo que antes del año 2020, en los 27 países de la UE, una décima parte de todos los carburantes debería estar formada por biocombustibles. Esto podría incrementar más todavía el precio de las energías. Los empresarios temen que no serán capaces de competir así en los mercados internacionales, por ejemplo, con China.
Los cambios, según Barroso, costarán a cada ciudadano de la Unión Europea unos tres euros semanales pero, de no combatir el cambio climático, pagarían mucho más en el futuro.
El proyecto energético-climático debe ser aprobado por el Parlamento Europeo y todos los países de la Unión Europea para que entre en vigor.