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4) El perro de montaña checo sigue buscando su camino

El perro de montaña checo es la raza canina más “joven” del país. Fue encastada a fin de protagonizar una nueva afición de los checoslovacos.

Foto: Anna Rožňová

El primer perro de montaña checo nació el 12 de agosto de 1977, como resultado del mestizaje de un cuvac eslovaco con un perro de trineo que fue traído desde la ciudad canadiense de Athabaska. El objetivo fue crear una raza canina apta para las condiciones de las montañas checas. En la década de los setenta, en Checoslovaquia crecía interés por el deporte del trineo. No obstante, las razas de perros no eran adecuadas para practicar esta afición, ya que por entonces apenas se criaban razas como malamute o husky. Todo cambió con la aparición del perro de montaña checo, que se caracteriza por un cuerpo robusto y peludo de pelaje blanco con manchas. La cinóloga Vladimíra Tichá ofrece más detalles sobre esta raza checa.

Foto: Anna Rožňová

“No es una raza popular entre la gente. Recientemente estuve en un restaurante donde había fotografías de un perro de montaña checo y le pregunté al dueño si tenía uno. Le sorprendió que conocía a esa raza y me enseñó una crónica que retrataba su viaje con varios perros de montaña checos al lago Baikal, donde las temperaturas alcanzaban los -40 °C. La mayoría de las razas que se usan comúnmente como perros de trineo apenas podían caminar y nuestro perro de montaña checo los dejaba a todos atrás”.

Foto: Anna Rožňová

Un perro apto para terrenos difíciles

La resistencia, la fuerza y la velocidad son algunos de los atributos característicos de esta raza, que destaca especialmente como perro de rescate en avalanchas, en las carreras de trineos o como pastor de ovejas.

Foto: Anna Rožňová

“Es una raza extremadamente resistente al frío y apta para terrenos difíciles. Un cartero en las Montañas Gigantes tenía uno de esos perros que llevaba el correo por él. No se lo recomendaría a alguien que viva en un departamento muy caluroso. Es una raza que sigue buscando su camino. Está muy pegado a su amo y lo vigilará excelentemente. Si viven en un caserío aislado, no se tienen que preocupar por los ladrones. Vamos a ver cuál será el futuro de esta raza”.

Por su vivacidad e inagotable energía, se recomienda criarlo en una casa con jardín y llevarlo a largos paseos por la naturaleza. Es un perro fácilmente educable, se lleva muy bien con los niños y también es tolerante con otros perros y mascotas.

Foto: Anna Rožňová

En 1984, el perro de montaña checo fue reconocido oficialmente como raza nacional, pero aún no cuenta con reconocimiento por parte de la Federación Canina Internacional. El mayor auge de su expansión llegó en la década de los 90. A pesar de su versatilidad, en la actualidad la raza cuenta con pocos representantes en la República Checa. De su imagen y difusión cuida el Club del Perro de Montaña Checo, que organiza regularmente exhibiciones, carreras, actividades deportivas y conferencias.

Foto: Anna Rožňová
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  • Razas de perros checas