Protestas en centro checo de detención dejan tres inmigrantes heridos
Las protestas que tuvieron lugar este miércoles en el centro de detención de Drahonice, donde se hallan retenidos 144 inmigrantes ilegales, han dejado tres heridos leves. Dos de ellos se autolesionaron y otro atacó a uno de los guardias y tuvo que ser reducido físicamente. Entre 40 y 60 inmigrantes han iniciado una huelga de hambre.
Un tercero atacó a uno de los guardias, con lo que tuvo que ser reducido a la fuerza, sufriendo heridas en la cabeza al chocar contra el relleno de cristal de una puerta. La situación de los heridos sin embargo no es grave.
“Uno de los heridos tuvo que ser trasladado al hospital de Žatec. Se trata del hombre que se hizo un corte en un brazo. El resto de heridas eran realmente rasguños y no requerían ninguna intervención especial, fueron tratadas en el mismo lugar por los médicos”, informó la portavoz de la Policía de Extranjería, Kateřina Rendlová.
Los incidentes supusieron el culmen de una escalada de tensiones iniciada el día anterior, cuando entre 40 y 60 detenidos decidieron iniciar una huelga de hambre.Según informan las autoridades el detonante de este estallido de frustración fue la salida de unos 40 inmigrantes de las instalaciones, lo que fue percibido por el resto de los detenidos como el comienzo de una repatriación masiva. En realidad se trataba de personas que habían pedido asilo en otros países de la Unión Europea y que fueron trasladados en base a la Convención de Dublín.
Durante todo el día el centro permaneció cerrado a visitas y los internos fueron sometidos a un régimen de excepción. Actualmente la situación se halla estabilizada, aunque no se sabe si la huelga de hambre tendrá continuidad.
“Algunos inmigrantes no cenaron este miércoles. Tenemos que seguir llevando un control de la situación para comprobar que los que no toman ni desayuno ni almuerzo ni cena son todo el tiempo las mismas personas”, comentó Rendlová.De acuerdo con los trabajadores sociales que asisten a los inmigrantes, en el centro de Drahonice reina un creciente descontento por la constante incertidumbre en cuanto a su internamiento. Muchos de los refugiados pensaban que su detención duraría solo un par de meses, pero se ha prolongado sin que se sepa a ciencia cierta cuándo se resolverá su solicitud de asilo.
Las instalaciones cuentan con una capacidad máxima de 240 plazas, cantidad que de momento está lejos de ser alcanzada. El centro fue visitado el pasado sábado por el ministro de Justicia, Robert Pelikán, quien se mostró satisfecho con las condiciones en las que viven los refugiados.