Programa Especial de Radio Praga para Nochebuena

¡Queridos radioescuchas de Radio Praga! Con motivo de las fiestas navideñas, el equipo de la Redacción Iberoamericana de esta emisora ha preparado para ustedes un programa especial para el primero de los días festivos - día de la Nochebuena.

La Navidad es el período más popular entre los checos, que esperan con impaciencia tanto niños como adultos. Las fiestas navideñas se vinculan muy estrechamente a las costumbres peculiares y comidas tradicionales. Sobre varias de ellas hablaremos más de cerca en este programa especial.

La época moderna apresurada no favorece mucho las tradiciones. Sin embargo la Navidad es para los checos, la excepción que confirma la regla, según sostienen dos vecinas de Praga, Stepánka y Eva.

Creo que cada uno guarda las tradiciones navideñas típicas y yo no soy una excepción. En casa siempre decoramos el árbol navideño y el hogar en general. También colgamos en la puerta la corona decorativa y cuando comienza el adviento encendemos las velas de la corona de navidad. Bajo los platos con la carpa tradicional colocamos las escamas para que nuestra situación financiera del año siguiente sea favorable," explica Stepánka.

"Cuando era pequeña, nuestra familia solía construir bajo el árbol navideño el pesebre compuesto por figurillas de madera. El nacimiento permaneció allí durante todas las fiestas navideñas. Otra tradición que guardabamos fue el ayuno en la Nochebuena para ver por la noche el cerdito de oro. Por la noche también cantábamos villancicos," matiza Eva.

La tradición de la Navidad y sus celebraciones se remontan en las tierras checas a la época pagana. En aquel entonces el día más importante de todo el año era la noche del 21 al 22 de diciembre, o sea el solsticio. Se festejaba pasando una noche en vela y un ayuno riguroso.

Sin embargo, la Navidad es también una de las fiestas cristianas más importantes del año, junto con la Pascua Florida. Se basa en la leyenda sobre el nacimiento de Cristo y su celebración. La persona de Cristo desempeña un papel importante en las tradiciones de la Nochebuena.

En la República Checa se festejan en el presente sólo tres días: Nochebuena, Día de la Natividad y el onomástico de San Esteban. Para los checos la fiesta más destacada es la de Nochebuena. La cena de Nochebuena es la más importante del año, a la que se presta mayor atención. Los preparativos comienzan ya varios días antes de la primera fiesta navideña. La cena tradicional navideña en la República Checa se compone de sopa de pescado y filetes de carpa empanadas y fritas con ensaladilla rusa.

Foto: archivo de Radio Praga
La carpa es el plato predilecto de los checos ya desde la Edad Media. En aquel entonces era importante en la vida de la sociedad religiosa, ya que era la única carne permitida en tiempo de ayuno. La región de donde provienen más carpas es la cuenca de Trebon, en Bohemia del Sur. El desarrollo de la piscicultura en las tierras checas se debe a la casa noble de los Rozmberk. Bajo su gobierno se fundaron muchos estanques que se conservaron hasta la actualidad y abastecen las mesas de los checos con gran variedad de pescados.

La tradicional carpa frita empanada con ensaladilla rusa es una especialidad checa en el marco de toda Europa. Cabe decir que en los siglos pasados sobre la mesa navideña había más platos. Sin embargo, carecía a su vez del pescado, que estaba presente solamente en las familias ricas y en las regiones con abundancia de estanques y ríos. La carpa entró en el menú tradicional apenas en el siglo XIX.

Los antepasados checos servían "el nueve", es decir nueve platos. Su selección dependía de las condiciones agrícolas de la región en cuestión. También había diferencias entre la comida de los campesinos y los burgueses.

"La cena tradicional cuando era niña fue compuesta por sopa de pescado, carpa con salsa dulce, carpa con vinagreta y carpa frita y ensaladilla rusa. Sin embargo, en mi infancia ya no se preparaban los platos de nuestros antepasados como por ejemplo el "kuba"," explicó Eva, una vecina de Praga.

En el campo se comía menos carne, por lo tanto el plato típico popular era el "kuba" negro, una mezcla de sémola, manteca, ajo, especias y setas que dan al "kuba" su color negro. Entre otros platos típicos de entonces aparecen las tostadas de pan con ajo, que se come como un plato corriente hasta el presente y varios purés que simbolizaban la abundancia. La más típica, llamada "muzika", es de diferentes tipos de frutas.

Los burgueses solían comer más carne, tanto de carpa y otros peces, como salmón, anguila o sardinas, así como caracoles y hasta nutria de río asada.

El pan de especias es otra típica comida checa y debe prepararse cuatro semanas antes de la Navidad. La razón es que tras su preparación está muy duro y hay que esperar que se ablande para que esté a punto. En checo, el pan de especias tiene dos nombres, "pernícky" y "marcipán". El primero viene del nombre del dios pagano checo Perun, ya que el pan de especias se preparaba con la míel de las abejas consagradas al dios Perun. El segundo nombre, "marcipán", tiene su orígen en la tradición cristiana y significa "pan de Marco", o sea del evangelista Marco que solía preparar el pan de especias con miel y harina.

En las tierras checas esta golosina se prepara con tortillas de miel con varias especias, como canela, clavo o anís estrellado. La superficie se decora con una capa de azúcar glaseada o con almendras. El pan de especias se puede comer, y es sabroso, o sirve de decoración.

Otro producto de la pastelería navideña es la trenza. Es de masa dulce y su nombre se debe a su forma, que parece una trenza de cabellos. Con la masa se forman nueve partes alargadas que se entrelazan: primero se hace una "trenza base" con las cuatro partes, después la parte media con tres partes y al final la parte superior con dos partes entrelazadas.

La trenza navideña no está presente en el menú desde tiempos remotos como la mayoría de las galletas de Navidad. La tradición de su preparación se difundió apenas en el siglo XX. Antes las amas de casa no disponían de harina blanca, azúcar blanco ni de tanta mantequilla, utilizados hoy en día para las galletas.

A diferencia de las tendencias modernas, los antepasados de los checos, que vivían más apegados a la naturaleza, preferían ingredientes más simples que favorecían más la salud. Para preparar los dulces de entonces se utilizaban cereales como granos, sémola o harina sarracena, y toda la gama de frutos campestres y silvestres de árboles y plantas como semillas, nueces y fruta. Como edulcorante servía la miel en vez del azúcar.

Las galletas de Navidad tienen en checo nombres pintorescos derivados en la mayoría de los casos de su forma. Así en la mesa navideña aparecen "medialunitas de vainilla", "zarpas de oso" o "nidos de avispa".

El número de tipos de galletas depende de los gustos, pero también, en la época moderna, del tiempo libre de los que las preparan. Los dulces se comen desde la Nochebuena durante todo el período de fiestas navideñas hasta que se acaban las reservas en los hogares.

"En los últimos años no preparo tantos tipos de galletas. Antes hacía unos veinte tipos, actualmente unos diez, siendo la galleta predilecta de nuestra familia las medialunitas de vainilla," matiza Eva, una vecina de Praga.

Otra tradición típica navideña en la República Checa es el árbol de Navidad. Los primeros árboles navideños fueron adornados en Alemania en el siglo XVI. En los países checos la historia del árbol de Navidad no es tan larga. El primer árbol de su género lo adornó el director del Teatro de los Estamentos, J.K.Leibich, en 1812 para sus huéspedes.

Se adornan exclusivamente los coníferos como el abeto, el pino o el sapino. Para su decoración se utilizaban primero galletas o pan de especias, manzanas, nueces, y adornos naturales de madera o paja.

Con el tiempo los sustituyeron los adornos multicolores de vidrio soplado, las cadenas de papel o plástico y las bengalas. La época moderna está reflejada también en los árboles mismos. Muchas familias prefieren un abeto artificial que es más duradero que el natural. Hasta las velas de cera - un adorno tradicional - se cambian por lucecitas artificiales. No obstante, en la actualidad hay una tendencia al regreso a la naturalidad y los checos adornan sus árboles tal y como lo hacían sus antepasados. El árbol navideño está presente en los hogares checos a más tardar hasta el día de los Reyes Magos.

Debajo del árbol de la Navidad suele colocarse también un pesebre. Es una tradición profundamente cristiana y su fin es recordar el nacimiento de Jesucristo. El primer pesebre en las tierras checas y al norte de los Alpes fue levantado por los jesuitas en el año 1562 en la iglesia de San Clemente en la Ciudad Vieja de Praga. El nacimiento más típico es el de figuras que representa a las personas que asistieron al nacimiento de Cristo en el pesebre de Belén. Grandes pesebres suelen construirse en las plazas principales checas, muchas veces con presencia de animales vivos.

La Navidad la hacen más agradable los villancicos - canciones de origen religiosa que se cantan en la Nochebuena. Su origen en la tierras checas se remonta hasta el siglo XIV. Los villancicos más populares en las tierras checas son "Nació Jesucristo" y "Noche silenciosa"

La Navidad es también un período repleto de costumbres populares, supersticiones e incluso prohibiciones. La costumbre más rigurosamente mantenida en la Nochebuena era el ayuno. Esta costumbre permaneció hasta la actualidad, ya que los padres exhortan a los niños a no comer para lograr ver al cerdito dorado. Sin embargo se trata al mismo tiempo de una medida de prevención para evitar que todas las golosinas navideñas no desaparezcan ya el primer día festivo.

La mayoría de las prohibiciones ancestrales se relacionaba con el respeto a las almas de los difuntos. Con ese motivo fue prohido durante la Nochebuena barrer o levantar los objetos caídos. Tampoco las personas debían estornudar o estar sentadas frente a la puerta. Esas prohibiciones ya no se guardan en la actualidad. No obstante, hay otra variedad de costumbres que tienen que ver con los pronósticos del destino humano que se conservaron hasta el presente.

Foto: Archivo de ČRo 7
Los checos suelen hacer barcos de cascos de nueces. En el centro de una mitad del casco se fija una pequeña vela y el barquito se pone en un cubo con agua. El destino del que la puso en el agua se augura según si la vela se apaga o si el barco cruza de uno de los extremos del recipiente al otro.

Otro costumbre de los checos es verter el plomo fundido en el agua. Según la forma que el metal adquiere tras solidificarse se pronostican los eventos del año por venir. Otra tradición respetada por los checos es la de cortar por la mitad las manzanas. Si aparece una estrella en el pomo cortado, significa la feliciad y el bienestar, mientras que si aparece una cruz significa enfermedad o desastre.

Las chicas solteras solían echar un zapato por detrás de su hombro. Si la puntera se dirigía hacia la puerta, la joven se casaría.

Los celtas respetaron los poderes curativos y protectores del muérdago, una planta que crece en las copas de los árboles. Los sacerdotes celtas - los druidas - solían segarlo a medianoche con la hoz dorado. Las ramitas de muérdago se utilizan hoy en día sobre todo como elemento decorativo, en su estado natural, pero también doradas y plateadas. El muérdago trae a la casa felicidad y amor. Los enamorados deben darse un beso bajo una ramitas de muérdago, colgada en el techo, para que se amen también el año que viene.

Las casas no se decoran solamente con muérdago, sino también con muchos otros objetos, colocados por todas partes, según describe Eva, una vecina de Praga:

"Decoración de Navidad representa sobre todo el muérdago que siempre debe ser regalado. Para decorar la mesa tradicional, suelo hacer varios objetos decorativos. Por ejemplo a cada cubierto preparo una decoración de ramitas de abeto, muérdago y cintas de color. De estos mismos materiales hago también un candelero. Asimismo suelo colgar varias decoraciones sobre las paredes y una corona por encima de la puerta".

Con la casa decorada, la cena preparada, la familia reunida, ya nada impide a los checos pasar en paz y tranquilidad la Nochebuena, y los demás días festivos a su gusto, rodeados de sus seres queridos.

Y lo mismo desea cordialmente a ustedes, estimados amigos, el equipo de la Redacción Iberoamericana de Radio Praga.