Presidente checo vetó Ley Antidiscriminación
El presidente de la República, Václav Klaus, vetó el viernes la Ley Antidiscriminación, cuya aprobación es exigida por la Unión Europea.
“La Ley Antidiscriminación es innecesaria porque no contiene nada nuevo. El presidente Václav Klaus indicó que la directiva que le fue presentada es peligrosa porque estaría sobrepuesta a otras leyes del país, entre ellas, a los derechos y libertades fundamentales. Klaus opina que implantarla en la legislación checa sería un grave error”, dijo Hájek.
La República Checa es el único país de la Unión Europea que hasta el momento no ha introducido una Ley Antidiscriminación en su legislación. Dicha normativa está destinada a prohibir todo tipo de discriminación en el trabajo, en el acceso a la educación, la atención médica y a otras ventajas sociales, que esté basada en el origen social o étnico, orientación sexual, discapacidad o edad de las personas.
Los diputados de la coalición gubernamental son conscientes de la necesidad de la pronta adopción de una Ley Antidiscriminación. Admiten que algunas objeciones del presidente son fundadas, pero aseguran que en el Parlamento volverán a votar a favor de la normativa para eludir las sanciones de la Comisión Europea.
Los Verdes quieren convocar una reunión de la coalición gubernamental para tratar de conseguir votos suficientes a su favor, según recalcó la ministra para los Asuntos de los Derechos Humanos y las Minorías Étnicas, Džamila Stehlíková.“Somos de la opinión que la postura del presidente no es correcta. Queremos reunirnos con los líderes de los partidos de la coalición gubernamental para intentar asegurarle a la normativa un apoyo suficiente. Estamos convencidos de la necesidad de la adopción de una directiva tan importante”, señaló Stehlíková.
La Ley Antidiscriminación es la tercera normativa en lo que va del año que, después de ser aprobada por la Cámara Baja checa, ha sido vetada por el presidente de la República, Václav Klaus. En caso de que la Cámara Baja no logre aprobarla en una nueva votación, la República Checa deberá pagar decenas de miles de euros a la Comisión Europea, por cada día de atraso en la introducción de esa directiva.