Praga renueva sus casas de guardabosques

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Praga, no es tan sólo monumentos históricos, urbanizaciones, edificios administrativos y avenidas con teatros, cines, cafeterías y tiendas. Su pulmón verde son sus bosques, habitados por varias especies de animales.

En el territorio de la capital checa hay casi 4 900 hectáreas de bosques, 2 500 de las cuales están en posesión de la alcaldía. El Ayuntamiento posee diez casas de guardabosques.

Como están en muy mal estado, el consistorio ha preparado un plan para su renovación. Ya ha sido reconstruida una, la renovación de otra terminará este año. Todas las casas de guardabosques se renovarán en un plazo de seis años.

Dan Frantík, de la Alcaldía Mayor de Praga, señala que lo más importante es que las casas sirvan de nuevo a su objetivo principal: que regresen a ellas los guardabosques.

"El guardaforestal que vive en el bosque, es la mejor garantía de orden. Controla el estado del bosque y el comportamiento de sus visitantes. Vela por su seguridad, y ellos saben que pueden dirigirse a él con sus preguntas y recomendaciones".

Al lado de la primera casa de guardabosques renovada, en el barrio capitalino de Malá Chuchle, fue instalado un rincón zoológico. Dan Frantík explica que un rincón parecido existirá también en otras casas.

"Habrá allí animales que viven en el bosque, pero que el visitante no puede ver normalmente porque son ariscos. En varias casas de guardabosques queremos crear clubes para los niños aficionados a la naturaleza".

La reconstrucción de una casa de guardabosques costará unos diez millones de coronas, más de 300 mil euros. Servirán en primer lugar como vivienda para los guardabosques, pero se prevé que en ellas se construyan también establecimientos sociales para los obreros que trabajan en dichos bosques.