“Praga es una madre con garras”, dice la música argentina Valentina Sandoval

Valentina Sandoval es una cantautora argentina, de Buenos Aires, que dice que desde los ocho años tenía muy claro que iba a ser música. A los veinte se vino a Europa, estuvo tocando en la calle en Francia y, posteriormente, se acomodó en Praga, sin saber que la ciudad la iba a agarrar más de lo que imaginaba.

Valentina Sandoval en Radio Praga Internacional | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

La música Valentina Sandoval vino a Praga, prácticamente, de paso. La ciudad, sin embargo, consiguió agarrarla y ya no le dejó salir. Poco a poco, la cantautora argentina empezó a difundir su arte por Chequia, armó su propia banda, comenzó a dar conciertos y encontró su nueva casa en un país del que no tenía ningún conocimiento previo.

Valentina es voz fuerte y guitarra. Con estas dos armas, la cantautora argentina creó un estilo suyo propio que es reconocible pero, sin embargo, difícil de encasillar en un género musical, según ella misma reconoce.

“¡Qué difícil! Esa es una pregunta que me hago seguido a mí misma. Porque, en general, lo que consumo de alguna manera es muy amplio y pasa por diferentes estilos y creo que, al final, cuando me pongo a componer, sale de una manera muy catártica y no me pongo a pensar ya de antemano en categorizarlo. Pero me gusta dejarme llevar y dejar que se mezclen los estilos. Supongo que al final es género canción medio rock, medio pop, medio indie. Se va armando en ese conjunto de cosas”.

“Me gusta dejarme llevar y dejar que se mezclen los estilos”.

Valentina Sandoval en Radio Praga Internacional | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

Valentina saca la inspiración para sus canciones de lo que siente, de lo que le pasa en la vida, de las cosas que lee. El amor, el desamor y la injusticia social son sus temas número uno, según cuenta. De gran inspiración le sirven también sus músicos preferidos, entre los que subraya a la cantante islandesa Björk. “Me encanta ella, me encanta todo lo que propone, desde lo visual a lo sonoro, ella. Cuando la escuchas en una entrevista, es fascinante”, revela Valentina, y junto a Björk nombra también a su compatriota Marilina Bertoldi como una de sus ídolos. Cuenta que el registro de los géneros musicales que escucha es bastante amplio. “En un día pueden pasar muchas melodías, muchos ritmos en mi casa”, dice y reconoce que por mucho que ame la música, no es muy exigente en cuanto al soporte del que la escucha.

Casete Frontera de Valentina Sandoval | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

“No soy muy exigente. Ahora saqué casetes con mi disco, mi primer y último disco por el momento. En vez de sacarlo en CD o vinilos lo hice en casetes y eso me parecía más como un gesto casi estético, porque hoy en día realmente no hay tantas plataformas en las que puedas reproducir un CD. Yo no tengo, pero tenía una casetera. Me parecía que si iba a ser un objeto inútil para la época moderna en la que estamos, en la que todo es Spotify o Bandcamp, al menos voy a hacer un objeto que a mí me parezca bonito, chiquito, interesante. Yo soy bastante romántica de las cosas viejas, los vinilos me encantan también, pero lamentablemente no tengo una máquina de vinilos, así que yo escucho, de dónde pueda”.

Frontera sin fronteras

Valentina Sandoval en un concierto de Praga | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

El disco de Valentina lleva el nombre Frontera, ya que parte de la idea de un viaje. La artista empezó a componer las canciones cuando vivía en Buenos Aires y seguía durante su trayecto a Europa. Como dice, el viaje significó para ella un poco el paso de una niñez o una adolescencia a la adultez. El disco empieza con una introducción y tiene un interludio en el que se recopilan audios que Valentina fue grabando a lo largo de esos años. Pueden ser campanadas de una iglesia en Rusia o una azafata dándoles la bienvenida a los pasajeros en Buenos Aires. Todas estas cosas que escuchó la volvieron lo que es ahora, concluye.

“La primera vez que vi una guitarra eléctrica negra, se me voló la cabeza. Me parecía la cosa más increíblemente hermosa y atractiva que vi jamás”.

El deseo de dedicarse a la música despertó en Valentina desde pequeña, desde los ocho años como muy tarde. Lo comprueban los apuntes en su diario íntimo de niña, que volvió a encontrar a los 20 años. También fue muy importante para ella la pareja de su mamá, el músico argentino Tito Fargo, como recuerda.

Valentina Sandoval en Radio Praga Internacional | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

“Crecí en una casa de artistas. Mi mamá es escritora, y cuando yo era pequeña, ella estuvo en pareja muchos años con la figura que fue como mi segundo padre, él es músico, Tito Fargo. Cuando lo conocí a él y fui a su departamento con mi mamá por primera vez, vi una guitarra eléctrica negra que me voló la cabeza. La vi ahí y me parecía la cosa más increíblemente hermosa y atractiva que vi jamás y desde entonces quería tocar la guitarra y aprender y hacer música. Entonces le robaba la guitarra a mi hermana, en ese momento ella había querido entrar en el conservatorio, y tenía una guitarra ahí. Me despertaba antes que nadie en mi casa y me iba a un lugar donde nadie me escuchara y me ponía a tocar la guitarra sin saber qué estaba haciendo y, de hecho, la agarraba al revés, parecía que iba a ser zurda, y cantaba con gritos. Empecé a encerrarme en mi habitación siempre que sentía algo, a cantar, y salía como renovada, fresca, en un estado más pacífico”.

“Empecé a encerrarme en mi habitación siempre que sentía algo, a cantar, y salía como renovada, fresca, en un estado más pacífico”.

Posteriormente, Valentina consiguió estudiar en el conservatorio canto lírico y piano.

En su juventud no se interesó mucho por la música “nacional” argentina, el tango. Tampoco recuerda haberlo consumido de pequeña en casa. Sin embargo, con el tiempo fue descubriendo las bellezas de esta música, que, siendo joven, prefería cambiar por la música “internacional”, cantada en inglés.

“Me empezó a gustar un poco más de grande ese tipo de música. Cuando empecé a ser consciente de lo que escuchaba, veía todo lo internacional. Quería escuchar bandas en inglés y aprender de eso. Con el tiempo empecé a descubrir que me gustaba y todo el valor que hay también en las sambas, en el tango mismo, me encantan las voces de tengo, son increíbles. Tengo varios amigos acá que les gusta mucho la samba y toda la música argentina y encontrar a gente española o checos incluso que escuchan esta música argentina y la valoran es muy lindo, porque también conecto con eso y me doy cuenta de que más gente también conecta con mi cultura”.

Valentina Sandoval en un concierto de Praga | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

Actualmente, Valentina reside en la ciudad de Praga, a la que vino a través de Francia, donde cantaba en la calle y trabajaba en una casa editorial. Durante un invierno decidió compartir un tiempo con su hermana, previamente establecida en Chequia. Pero no se imaginaba que la metrópoli checa no lo iba querer a soltar tan rápido.

“Un poco me fui quedando y siento que es muy cierto ese dicho: Kafka hablaba de que Praga es una madre con garras. No te deja salir. Y siempre que yo estaba tipo ‘me voy a ir’, algo pasaba y yo me tenía que quedar más. Praga es una ciudad que me abrió muchas puertas y me acogió muy bien. Por una razón o por otra, inesperadamente me quedé un montón de tiempo”.

Valentina Sandoval en Radio Praga Internacional | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

En Praga, Valentina armó su propia banda con la que consiguió componer varias canciones. Según revela, éstas podrían ser la base de su segundo disco. Asimismo empieza a componer en inglés, lo que le supone navegar en un espacio, hasta el momento, desconocido.

“Mi idea principal era componer en español. Después de un tiempo de estar viviendo acá en Praga me di cuenta de que mi vida y mucho de lo que hago día de día involucra el inglés. Pero de alguna manera la parte creativa y la parte de vida no se estaban compaginando con el inglés, con otro idioma. Últimamente lo empecé a incorporar porque pienso que no debería estar tan cerrada a esta idea. Además el inglés viene con otro tipo de sonido y otro tipo de palabras que no usaría en español, entonces quiero jugar con lo que cada lengua pueda brindar”.

El próximo álbum de Valentina Sandoval podría surgir en 2023. Con el primero recorrió Alemania, Austria, Chequia y Hungría. Espera que el nuevo material la pueda llevar a lugares nuevos. “Tengo ganas que suene en España”, desea.

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