Praga celebra a Julio Cortázar

Foto: Juan Pablo Bertazza
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En la capital checa se realizó un homenaje a Rayuela, la célebre novela del gran escritor argentino Julio Cortázar, que incluye una exposición de fotos del autor Hugo Passarello Luna, abierta al público durante un mes.

Anežka Charvátová,  foto: Instituto Cervantes
En el mes de marzo la Real Academia Española publicó una edición conmemorativa de Rayuela que coincidió, a su vez, con el VIII Congreso Internacional de la lengua. En ese marco, la Embajada Argentina en Chequia, junto al Instituto Cervantes de Praga, organizaron “De la tierra al cielo”: un encuentro para rendir homenaje no solo a esa emblemática novela sino también a quien es considerado uno de los grandes escritores argentinos de todos los tiempos.

En el evento se mencionó que esa nueva edición de Rayuela incluye, además del cuaderno de bitácora del escritor, un conjunto de textos de autores notables: Carlos Fuentes, Adolfo Bioy Casares, Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez.

El autor colombiano se refiere, precisamente, al famoso viaje que hicieron con Cortázar en tren desde París hasta Praga, y en el cual el argentino los deslumbró tanto a él como a Carlos Fuentes hablando de una de sus grandes pasiones: el jazz.

Foto: Alfaguara
En una exposición sumamente atractiva, que también se celebrará en la ciudad de Olomouc el próximo 27 de noviembre, la hispanista y traductora Anežka Charvátová explicó el particular recorrido de Rayuela en Chequia.

“Aquí se publicó en 1972 en un tiraje muy pequeño porque el traductor, que fue Vladimir Médek, no tenía permiso de publicar en aquel entonces. Así que se publicó sin su nombre y sin el nombre del autor del epílogo, que era el hispanista Kamil Uhlíř. Además el libro desapareció de las librerías. Entonces muy poca gente tenía acceso a esta primera edición y por eso se volvió un libro de culto”.

Charvátová contó que la segunda edición de Rayuela en Chequia se hizo esperar y apareció recién en 2001, inaugurando sorprendentemente una colección de libros de bolsillo pese a la extensión de la novela. Hasta que en este mismo 2019 se publicó la tercera edición. Sin embargo, Charvátová aclaró que, entre las últimas dos, las diferencias en el texto no son tan significativas.

“Entre la primera y la segunda edición hay más cambios porque en 1972 no solo no se mencionó al traductor sino que el libro sufrió censura de fragmentos eróticos y también se censuraron algunas palabras que tenían que ver con el contexto político, o por ejemplo cuando Oliveira habla del pueblo de una manera un poquito socarrona: también la frase fue cambiada porque nadie se puede reír del pueblo en un país comunista. Y luego había algunos errores debido a la época porque no había argentinos viviendo en Praga y no había dónde averiguar muchas cosas típicamente argentinas”.

“Muy poca gente tenía acceso a la primera edición de Rayuela en checo y por eso se volvió un libro de culto”.

Entre esos errores Charvátová menciona cuando, en la segunda parte del libro, se habla de lo que se debe llevar a los pacientes de un manicomio y alguien menciona un paquete de Particulares, que es una marca de cigarrillos argentinos. Sin embargo, como el traductor no la conocía, lo tradujo como que “hay que llevarles algo especial o particular”.

Luego del coloquio, el fotoperiodista argentino Hugo Passarello Luna inauguró su muestra de fotos sobre París, Cortázar y sus lectores que podrá visitarse en el Instituto Cervantes de Praga hasta el 12 de diciembre.

“Decidí en el proyecto dejar que fueran los lectores de Cortázar de hoy quienes decidan cómo contar quién era él y cómo lo leen. Entonces tomé el libro Rayuela, que es muy emblemático y lúdico, tomé los pasajes en los que menciona algún lugar de París y convoqué a los lectores a que elijan un lugar. Entonces iba con ellos para tomarles un retrato en ese lugar y les pedía que me contaran por qué habían elegido ese pasaje. Entonces, la idea del fotoreportaje es contar cómo se lee hoy a Cortázar en París”.

Hugo Passarello Luna,  foto: Instituto Cervantes
El proyecto fue creciendo cada vez más y luego se sumó el artista y amigo de Cortázar Julio Silva y algunos escritores como Martín Kohan, Alberto Manguel y Luisa Valenzuela. El argentino Hugo Passarello Luna vive hace mucho tiempo en la capital francesa y esta es la primera vez que viene a Praga. Sin embargo dice que en muy pocos días ya se sintió muy impresionado por la ciudad.

“Me sorprendió cuántos checos hablan perfectamente el castellano y también los colores: me la imaginaba como una ciudad gris y, sin embargo, vi caminando que se habían tomado el trabajo de pintar varias fachadas para darle a la ciudad, más allá de que pueda estar nublado, color. Como fotógrafo me sorprendió eso: me la imaginaba una ciudad más oscura y gris y, sin embargo, es una ciudad que, a pesar de que estamos casi en invierno, tiene color”.

A pesar de que Hugo Passarello Luna se va pronto de Praga dice que ya quiere volver. Mientras tanto el público tiene un mes de tiempo para disfrutar de sus fotografías que muestran también la gran vigencia de Cortázar a partir del profundo vínculo que aun se mantiene entre el escritor, París y sus lectores de hoy.

Foto: Instituto Cervantes