“No hay castigo más grande que el exilio”
Los grabados del exilio del pintor chileno Julio César Moreno, radicado en Holanda, pueden admirarse estos días en la galería Julio Cortázar de Praga. La relación de este artista con la capital checa se remonta hace varios años, ya que acá tiene a parte de su familia. Por eso, para él es muy importante presentar finalmente su obra en esta ciudad.
Fue su hermano Rafael Moreno, que reside en Praga, el principal instigador y quien movió todos los hilos posibles para traerlo.
“Armar esta exposición es la excusa que inventó mi hermano para finalmente poder ver mi obra”, asegura este artista, radicado desde 1974 en Rótterdam y quien ha traído a Praga una muestra representativa de sus mejores grabados.“Voy a mostrar gráfica de distintas épocas de mi vida. No es una gran exposición porque la sala es muy chica, pero en todo caso es una exposición representativa. Cada exposición que se hace es representativa de un momento o de muchos momentos. Y eso es lo que voy a mostrar, especialmente grabados. Hay solo un dibujo que es muy pequeño. En resumen es gráfica y empieza con una gráfica de hace muchos años en color y cada vez se ha ido haciendo más monocorde y en este momento lo que estoy haciendo es siempre de un color”.
La exposición está abierta al público desde el pasado 11 de septiembre, fecha muy significativa para Julio César Moreno, porque en una fecha similar, hace ya 38 años, él perdió su patria y gran parte de su vida.“Para mí es muy importante el 11 de septiembre porque es el día que marcó una tragedia en mi patria, Chile, en el año 1973. Y eso significó que no solo dividió el país, mucha gente murió, sino que además para muchos de nosotros significó perder su país. Porque no hay castigo más grande que el exilio, el exilio es quitarle, y los griegos lo sabían, y los asirios lo sabían, es quitarle a la gente su lugar. Los incas también lo hacían, cuando un pueblo se les oponía ellos hacían una guerra y los cambiaban de lugar, porque sabían que de esa manera perdían sus raíces. Y el exilio es eso: llevar a una persona a una tierra de nadie, al país del silencio, por así decirlo, y eso significa para mí el 11 de septiembre”.
Ahora Julio César Moreno deambula por el mundo sintiendo que tiene dos patrias, que es lo mismo que no tener ninguna, como se lamenta a continuación.“En un momento determinado, cuando se restableció la democracia en Chile, pensé que tenía dos países. Una madre patria y un padre patria. Un padre patria que era Holanda, donde había vivido más tiempo que en mi madre patria, que es Chile. Y durante mucho tiempo pensé que tenía una familia con dos padres. Hoy día sé que estoy de nuevo en la tierra de nadie. Que cuando estoy en Chile soy muy holandés, y cuando estoy en Holanda soy muy chileno. O sea, estoy en el lugar de los sin patria”.
Los grabados que expone en Praga reflejan todas esas vivencias que han ido marcando su itinerario existencial. O eso intenta, por lo menos.“En general sí, yo creo que sí. La obra es un reflejo del artista, la obra verdadera, los que verdaderamente sienten. Y no solo sienten sino que hacen lo que ellos son, sin mentir, sin tratar solamente de ganar dinero con lo que hacen, normalmente se refleja lo que son en su obra. Es la forma de reconocer el verdadero arte del otro”.
Lo más importante para Julio César Moreno, que ya pasó la barrera de los 70 años, es poder ir encajando todas las piezas del puzzle que es su vida, y por eso es importante esta exposición en Praga.
“Es especial porque es una forma de reconciliarme con una parte de mí, que es mi hermano. En el fondo es eso, volver a Praga y hacer una exposición en Praga y estar en la casa de mi familia, con mi hermano y sus hijos, y sus nietos, es recuperar una parte de mí que no conocía o que había dejado de conocer y en verdad que es una forma de reconciliación y al mismo tiempo es ponerle las piezas que van faltando a ese puzzle que nunca terminamos de hacer y que nos morimos siempre antes sin poner la última pieza. Pero de todas maneras es parte de eso. Y hacer la exposición es por una parte fantástico hacerla y por otra parte es decir tengo un motivo para poder poner las piezas del puzzle en el lugar que corresponden”. Además, tiene la posibilidad de pasear por las calles y rincones mágicos de una ciudad maravillosa, un oasis y refugio para artistas y escritores de todo el mundo.“Praga en realidad es una ciudad de verdad, Praga es dorada, es una ciudad maravillosa. Así como Roma es roja y también es maravillosa y Ámsterdam también, porque tengo que hablar de Ámsterdam, es una Venecia del Norte y también es muy linda. Praga es fantástica porque es un cruce de muchas culturas, las culturas orientales con las europeas, y por lo tanto tiene muchos estilos diferentes, aquí nació el Art Nouveau, en ese sentido se le puede comparar con Bruselas, que también tiene mucho Art Nouveau en su arquitectura. Praga es una de las ciudades maravillosas del mundo, yo creo que la gente que vive en Praga debiera estar muy contento de vivir aquí y también debiera disfrutar más de toda la cultura que Praga tiene”.
Cuando todavía era un estudiante de arte, Julio César Moreno hizo uno de sus primeros trabajos importantes colaborando, a comienzos de los años 60, con un entonces desconocido aspirante a cineasta llamado Raúl Ruiz.Hizo el ‘storyboard’ de su cortometraje ‘La Maleta’ y después ambos partieron al exilio. Ruiz se convirtió, con el paso de los años, en el cineasta chileno más importante e internacional y en uno de los más prolíficos de la historia y acaba de morir en París, por lo que Julio César Moreno quiso rendirle un homenaje.
Los grabados de Julio César Moreno inspirados en el exilio pueden verse hasta el 16 de octubre en la galería Julio Cortázar de Praga.