Praga aún no ha confirmado continuar con el proceso de ratificación

Alexadr Vondra, Mirek Topolánek y Karel Schwarzenberg (Foto: CTK)

Praga postergará el proceso de ratificación del Tratado de Lisboa, pero no lo suspenderá definitivamente. Así lo indicó este jueves el primer ministro checo, Mirek Topolánek, en la cumbre de la Unión Europea que tuvo lugar en Bruselas una semana después de que los irlandeses rechazaran el documento.

Alexadr Vondra,  Mirek Topolánek y Karel Schwarzenberg  (Foto: CTK)
De los ocho países comunitarios que aún no han ratificado el Tratado de Lisboa, solamente la República Checa por el momento no continuará con el proceso de ratificación. El jefe del Gobierno checo, Mirek Topolánek, indicó que Praga lo postergará sin precisar un plazo exacto.

“Podemos postergar o bloquear el proceso de ratificación, pero suspenderlo definitivamente podríamos solamente al retirar nuestra firma del Tratado de Lisboa. En todo caso, no es necesario llevar a cabo el proceso este año, es decir dentro del plazo de expiración original para la aprobación del documento”.

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Por otro lado, Topolánek insistió en que sigue apoyando el concepto del Tratado de Lisboa, aunque no está de acuerdo del todo con su contenido.

“El Gobierno checo aprobó el Tratado de Lisboa, yo lo firmé, aunque tuve que hacer un gran compromiso. Al sellar el documento con mi rúbrica, he unido mi carrera política con el documento, aunque contiene muchas cosas con las que no coincido”.

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Si Irlanda asestó un duro golpe al Tratado de Lisboa, la República Checa podría darle un tiro de gracia en caso de que el Parlamento lo rechace. Los políticos europeos están convencidos de que impondrán la ratificación del documento de alguna forma pese al “no” irlandés, pero en cuanto lo rehúse otro país, el documento quedará definitivamente muerto.

Europa mira con temor hacia la República Checa, ya que la frágil coalición gubernamental checa no respalda unánimemente el Tratado de Lisboa, y el primer ministro checo declaró incluso en Bruselas que hoy día no apostaría por la ratificación del documento en la República Checa ni siquiera cuatro euros.