Praga abre sus puertas a los artistas callejeros

Con su gran tradición artística y sus rincones pintorescos, Praga parece un lugar ideal para los artistas callejeros. Sin embargo, para poder ejercer una actividad, los artistas necesitaban un permiso que era difícil de obtener. La situación cambió este jueves cuando el Consejo Municipal decidió que los artistas podrán actuar en las calles de la capital de manera libre.

Cantar, tocar música o hacer una representación teatral sin permiso en las calles de Praga representaba para los artistas una multa segura y, en el peor de los casos, la confiscación de los instrumentos musicales. Después de dos años de protestas y de peticiones de diversas asociaciones de artistas callejeros, el Consejo Municipal decidió abrir los espacios públicos de la ciudad a la producción artística.

Los artistas podrán desarrollar sus actividades en casi toda la capital con la excepción de algunos sitios, explicó Aleksandra Udženija, concejala para la Cultura de la capital.

“La producción artística no se puede llevar a cabo en la proximidad de iglesias y escuelas a la hora de clases, en cementerios ni parques infantiles. Los artistas no pueden actuar frente a la antigua alcaldía y el Reloj Astronómico en la Plaza de la Ciudad Vieja y ni en el Puente de Carlos”, señaló Udženija.

Los demás límites se refieren a la duración de la actividad que no puede sobrepasar las dos horas y tiene que acabarse antes de las 21:00 horas. Se prohíbe el uso de escenarios y pedestales y el volumen de la música tiene que respetar las normas establecidas.

Dalibor Zíta, foto: mistnikultura.cz

Los artistas callejeros se alegraron con la decisión del Consejo Municipal. No obstante, Dalibor Zíta, miembro de la agrupación de artistas callejeros Buskerville, señaló que la producción artística debería ser definida de alguna manera para que no se confunda el arte y la mendicidad.

“Es muy difícil distinguir entre un mendigo y un artista callejero. Por lo general se puede decir que para un artista callejero ganar dinero no es la cosa más importante. No trata de apelar a la compasión de los transeúntes sino demostrar su habilidad artística“, sostuvo Zíta.

Con motivo de evitar que el arte callejero se convierta en el arte de pedir limosna, los miembros de la asociación Baskerville proponen que se conserve la solicitud de permiso para llevar a cabo la producción artística pero que se simplifique su obtención. Pedir un permiso e incluso pagar un pequeño monto por él es habitual en otras ciudades europeas.

Los consejeros municipales afirmaron que su decisión de permitir la producción artística tiene, por el momento, la forma de una recomendación y estará sujeta a cambios. Un reglamento más riguroso será elaborado en el año 2013 conforme se desarrolle la situación en la capital durante los meses de verano en los que se espera un aumento importante de la producción artística en las calles de la ciudad.