Por renovación, Callejuela del Oro de Praga cierra por un año

La ruelle d'or, photo: Štěpánka Budková

La Callejuela del Oro, en el Castillo de Praga, cierra al público a partir de este lunes. El pintoresco lugar con diminutas casitas multicolores, será sometido a una amplia renovación que se prolongará un año aproximadamente.

Callejuela de Oro,  foto: Štěpánka Budková
El estado técnico de la Callejuela del Oro es crítico, advierten los especialistas. Indispensable resulta en especial la reconstrucción inmediata del sistema de alcantarillado, que tiene más de 60 años de antigüedad. El agua de desecho penetra en las paredes de las pequeñas casitas locales y éstas podrían derrumbarse y caer en el Foso de los Ciervos adyacente. Junto con la reconstrucción se harán investigaciones arqueológicas del lugar y a un retoque serán sometidas también las casitas en la callejuela, según sostuvo Petr Chotěbor, del Departamento de Atención a los Monumentos Históricos, del Castillo de Praga.

”Queremos que las casitas dejen de ser utilizadas sólo como un punto de venta de objetos recordatorios, y recuperen un poco su historia. Por ejemplo, será reabierta una taberna que existía allí en el siglo XVIII. También se restablecerá el amplio colorido de las casitas que les fuera plasmado en 1952 por el pintor checo, Jiří Trnka”.

En el futuro, el turista encontrará en las casitas de la Callejuela del Oro exposiciones sobre la historia del lugar y de la capital checa, podrá asistir a una función de cartomancia y, en la casita número 13, que es la vivienda de menor tamaño en Praga, será instalado un taller de orfebrería.

La Callejuela del Oro surgió en las postrimerías del siglo XV. Los arqueólogos quieren aprovechar la reconstrucción para examinar el subsuelo hasta una profundidad de seis metros. Confían que podrían encontrar artículos de significado histórico, según recalcó František Kadlec, de la Administración del Castillo de Praga.

”La Callejuela del Oro surgió en el lugar de un antiguo vertedero. Los habitantes de esta estrecha calle, que en su tiempo tenía sólo un metro de ancho, eran gente pobre como guardias, criados de la nobleza del castillo y más tarde también artesanos. Por suerte, las casitas nunca llegaron a ser derrumbadas, aunque en el siglo XVIII, durante el imperio de María Teresa de Habsburgo, existieron semejantes planes”.

Desde finales del siglo XIX, la Callejuela del Oro llegó a ser un lugar predilecto de los artistas. Fue allí por ejemplo, donde Franz Kafka escribió el libro de cuentos ‘Un Médico Rural’. El sitio sirvió como fuente de inspiración asimismo a los poetas checos Jaroslav Seifert y František Halas. La histórica callejuela en el Castillo de Praga debería ser reabierta al público entre abril y mayo del año próximo.