Havel critica el plan de demolición de un edificio en la Plaza Wenceslao
El ex presidente Václav Havel critica la prevista demolición de un edificio en el centro de Praga; se reabre la Callejuela del Oro en el Castillo de Praga, tras una reconstrucción general; caen los precios de las frutas y las verduras. Estos son algunos de los temas abordados por la prensa checa este jueves.
Havel envió al ministro una carta este miércoles, en la que expresó su desacuerdo con la decisión y su temor de que en el lugar del inmueble que data del año 1880, sea construido un edificio moderno horroroso que eche a perder el carácter actual del lugar, situado en pleno centro de la capital checa.
A Jiří Besser lo critica asimismo el Club por la Praga Antigua, cuyos representantes sostuvieron que informarán a la UNESCO de que las autoridades checas no protegen lo suficientemente el casco histórico de Praga, indica Právo.
Lidové Noviny y otros matutinos dedican amplia atención a la reapertura de la Callejuela del Oro, en el Castillo de Praga, este miércoles. La estrecha callejuela histórica con diminutas casitas que parecen sacadas de los cuentos de hadas, había sido sometida a una reconstrucción general que tardó más de un año.
El presidente Václav Klaus, quien fue el encargado de abrir el pase a la callejuela, apreció el hecho de que a las casitas les ha sido devuelto durante la reconstrucción su aspecto histórico original.
Los turistas pueden conocer así la casa y el taller de un orfebre, de una costurera y una herbolaria. También pueden acudir a la casa en la que en el pasado vivió y ofrecía sus servicios la profetisa Matylda Průšová, informa Lidové Noviny.
Los precios de las verduras y las frutas se han reducido en los últimos días en Chequia a causa del miedo de los ciudadanos ante la eventual proliferación de la bacteria E.coli, que se ha cobrado varias víctimas mortales en Europa, especialmente en Alemania, escribe Hospodářské Noviny.
Los comerciantes no tienen otra posibilidad que reducir los precios de los vegetales y frutas, ya que la demanda de estos productos es casi nula. Aunque los especialistas no confirmaron la sospecha de la presencia de la bacteria E.coli en los pepinos españoles, la compañía Makro liquidó en Chequia pepinos por unos 20.000 euros, debido al desinterés absoluto por parte de los consumidores.
En vista de la reducción del consumo de verduras y frutas en Chequia por miedo ante un eventual contagio, Mladá Fronta Dnes analiza por qué en el país no se venden más productos agrícolas nacionales, que no están contaminados.
La respuesta es simple: todo se debe al precio. La verdura y las frutas importadas, por ejemplo los tomates, los pepinos, la zanahoria y la cebolla son más baratas que las que se producen en Chequia.Los agricultores checos afirman que ello se debe a que sus colegas en el extranjero reciben mayores subvenciones de parte del Estado, por lo que sus propios gastos de producción son más bajos, y esto les permite mantener bajos también los precios de los productos agrícolas que suministran al mercado, señala Mladá Fronta Dnes.