Politólogos checos preocupados por la tendencia iliberal en Europa central
El presidente social-conservador Andrzej Duda ha vuelto a ser elegido para un segundo mandato con un estrecho margen. Su campaña atacando a la comunidad LGBT+ genera preocupación entre algunos politólogos checos por el giro iliberal que está tomando la política en Europa central.
El presidente Andrzej Duda ha vuelto a ser elegido para gobernar Polonia con una campaña orientada a la protección de la “familia tradicional”. Sus ideas han tenido éxito sobre todo entre los polacos de más de 50 años, religiosos y procedentes de zonas rurales.
En Eslovaquia, la nueva coalición formada por el ex empresario Igor Matovič, jefe del partido de la oposición OL’aNO (Gente Común), que incluye a un partido católico conservador y a otro liberal, está debatiendo sobre las leyes actuales del aborto. Entre los miembros del partido existen diferentes ideologías al respecto.
Mientras, la Unión Europea ha advertido a los gobiernos de Polonia y Hungría que deben respetar el estado de derecho. La Radio Checa ha preguntado a politólogos y periodistas de la región sobre la trascendencia de los resultados electorales polacos y eslovacos y sobre el supuesto avance del iliberalismo en Europa central.
La politóloga Zora Hesová, experta en movimientos religiosos y de integración en Europa, afirma que poner el foco en los problemas sociales y culturales inevitablemente invita a entrar a más personas al debate. Muchos se sienten a menudo obligados a defender sus valores y crean un “enemigo común” contra el que luchar.
“La imagen de ese enemigo común hace sentir a la gente que debe involucrarse más en la política para poder marcar la diferencia. Defender los valores conservadores y culturales permite que muchas personas se sientan parte del proceso. En Polonia, estos problemas han estado dentro de la política desde la década de los 90, cuando la Iglesia Católica llegó a un acuerdo con el partido Solidaridad, prohibiendo el aborto y volviendo a enseñar religión en los colegios. En Eslovaquia, la polémica llegó después. Para sorpresa de todos, pasó mientras aún estaba en el poder el exprimer ministro Robert Fico, un social demócrata, como una manera de ganar apoyos entre los conservadores”.
Fue Fico quien realizó cambios constitucionales como la definición de “matrimonio” como únicamente la unión de un hombre y una mujer.
En cuanto al aborto, la corresponsal de la Radio Checa Pavlína Nečásková dice que aunque ahora haya cuatro propuestas en el Parlamento eslovaco, el acceso al aborto ha sido siempre un debate constante y sobre el que la coalición que gobierna no se ha llegado a posicionar.
“El debate se dio todos los años durante el tiempo que estuve trabajando en Eslovaquia. La autora de la ley anti-aborto Anna Záborská, miembro de OL’aNO, estuvo trabajando en ella durante 12 años. Los líderes de la coalición llegaron a un acuerdo incluso antes de formar gobierno por el cual los parlamentarios deberán votar de acuerdo a sus ideales, independientemente de su partido”.
La politóloga Hesová cree que muchos de los problemas son fomentados por algunos políticos en concreto, ya sean polacos, eslovacos, húngaros o checos, y que generalmente se rigen por ideales católicos. Sus discursos se han vuelto más activos en los últimos años y emplean estrategias efectivas para atraer votantes.
Los expertos afirman que no es sencillo hablar de un cambio hacia el conservadurismo en Europa central, más allá de Polonia y Hungría, pero que la razón por la que muchas guerras culturales a menudo estallan es por tratar de ocultar los “problemas reales”. Estos suelen ser problemas socioeconómicos y con las circunstancias que estamos viviendo, probablemente influirá la reacción que tengan los políticos ante la recesión económica causada por la pandemia del coronavirus.