Pequeños adhesivos revelan consumo de drogas en escuelas
El consumo de drogas entre los jóvenes va en aumento. Las escuelas disponen de diferentes medios que sirven para controlar a sus estudiantes. Uno de ellos se está probando en la región del Sur de Bohemia.
Un proyecto denominado "Escuela sin drogas" se ha iniciado en las ciudades y pueblos del sur de la República Checa, destinado a revelar qué tan avanzado está el consumo entre los más jóvenes.
Cualquier escuela puede pedir que se realicen estas pruebas, que detectan el consumo de sustancias prohibidas de una forma muy moderna. "Las instituciones que se inscriban este año, tendrán acceso gratis a este nuevo mecanismo," sostiene el vicegobernador del distrito, Vladimír Pavelka.
Uno de los primeros institutos que se apuntaron al proyecto fue la Escuela Superior Profesional y Liceo en la ciudad de Ceské Budejovice. Los especialistas médicos y policiales hicieron aquí, en tres meses, un total de nueve pruebas. El director de la escuela, Karel Strnad, explica en qué consiste el nuevo método.
"Al finalizar la jornada escolar, vienen dos o tres especialistas del hospital con un policía y traen unos adhesivos de forma circular, de unos ocho centímetros de diámetro. Pegan los adhesivos sobre superficies que han tocado los estudiantes: mesas, manijas de puertas, lavabos. Después de quitarlos, les aplican alguna sustancia para provocar la reacción química. El cambio de color del adhesivo señala la presencia de la droga. Hay diferentes adhesivos para distintos tipos de drogas".
En otoño se realizarán otras tres pruebas en dicha escuela. Strnad confía que los resultados sean, de nuevo, negativos. "La nuestra es una institución de mucho prestigio y la detección de drogas entre los alumnos podría perjudicar nuestra buena fama", afirma el director.
El autor del proyecto, Petr Petr, médico de Farmacología Clínica del hospital de Ceské Budejovice, explica que se inspiró en el modelo estadounidense. "Allí todos los institutos que disponen de finanzas públicas deben comprobar la ausencia de drogas en sus centros laborales", dice Petr Petr.
Sin, embargo, Jirí Presl, médico de la fundación Drop in, que se dedica a la prevención y terapia de la farmacodependencia, es bastante escéptico en relación con el nuevo método.
"Es una forma de represión que carece de sentido, porque la tolerancia nula de drogas en Europa ya fue superada. Resulta mejor hablar con los jóvenes y tratar de entenderles", opina Presl.