Nová Paka: hogar de espíritus vagabundos y piedras preciosas
La localidad Nová Paka, al noroeste de Bohemia, no suele ser citada en las guías turísticas del país. Se encuentra entre la región natural protegida el Paraíso Checo y el parque nacional Montes Gigantes. Nová Paka posee un yacimiento de piedras preciosas y es hogar de espíritus vagabundos.
“Pareciera como si en Nová Paka todas las fuerzas naturales y espirituales del mundo decidieron enlazarse, creando una atrevida simbiosis de contrastes.” Con estas palabras empieza la descripción del lugar en la página web de la ciudad. El autor del texto es el director del Museo Municipal, Miloslav Bařina, quien sostiene que en Nová Paka las cosas cambian.
“La región es muy particular. Si ustedes suben a una colina aquí, verán de un lado los maravillosos Montes Gigantes y si dan la vuelta, tendrán que bajar la vista a la cuenca de Jičín. Aquí, en Nová Paka, está el punto decisivo donde el paisaje cambia, pero también la gente es distinta en este lugar”, dice el historiador.Nová Paka es una ciudad pequeña que no alcanza los 15 mil habitantes. Sin embargo, nacieron allí numerosos personajes famosos, especialmente artistas plásticos. Destaca la familia de los Sucharda, escultores y tallistas durante varias generaciones. Stanislav Sucharda fue el autor del monumento a František Palacký en Praga. Su hermano Vojtěch talló las figuras de los apóstoles para el Reloj Astronómico de la Plaza de la Ciudad Vieja de la capital. Otro renombrado escultor y paisano de Nová Paka fue Bohumil Kafka, autor de una de las más grande estatuas ecuestres del mundo, el colosal monumento al comandante Jan Žižka, situado en la colina Vítkov de Praga.
Pero en Nová Paka no creaban obras de arte solamente artistas renombrados sino que también los médium. Estas personas con poderes especiales hacían de intermediarios entre el mundo de ultratumba y la gente local que practicaba sesiones espiritistas. Una colección de pinturas creadas por los médiums exhibe el Museo Municipal, ubicado en la antigua casa de los Sucharda, construida en estilo renacentista. Según describe el historiador Bařina, los cuadros son muy originales.“En las artes plásticas locales destacan las formas misteriosas de los médiums, quienes al entrar en trance creaban diseños fantásticos. Era gente que en estado consciente no sabía dibujar ni siquiera algo simple para un niño, pero en el trance los médiums tomaban el lápiz y pintaban conducidos por algo fuera de ellos”, cuenta Bařina.
El espiritismo llegó a Nová Paka probablemente gracias a un dueño de una fábrica de tejidos de la cercana ciudad de Trutnov, quien se familiarizó con esa práctica en un viaje a Gran Bretaña. Originalmente el movimiento surgió en EE.UU. alrededor de 1848, de allí se extendió a Inglaterra y luego a Europa continental. Se cuenta que el fabricante tenía una sirvienta que era una buena médium y que a sus empleados, en vez de reuniones sindicalistas, les organizaba sesiones espiritistas.
El número de aficionados al espiritismo aumentó en la zona rápidamente gracias al ferrocarril, donde muchos trabajaron y que se construyó en los años setenta del siglo XIX para satisfacer las exigencias locales de la creciente industria textil y papelera. En 1904 se estableció en Nová Paka el líder de los espiritistas checos, Karel Sezemský. Durante 30 años publicó en la ciudad la revista Mensajero de Ultratumba, organizó conferencias nacionales y dirigió sesiones con médiums. El mayor boom del espiritismo se vivió en el lugar entre las dos Guerras Mundiales, entre 1918 y 1939. Después estuvo prohibido y perseguido. Miloslav Bařina resume el destino de los espiritistas.
“El espiritismo molestaba a todos los regímenes totalitarios, tanto a los nazis como a los comunistas. Hasta existían confederaciones de lucha contra el espiritismo. Era simple: sus aficionados decían que Dios estaba dentro de ellos mismos y eso molestaba. Aún más problemática fue la idea de la reencarnación. Después de la Primera Guerra Mundial hubo muchas viudas que deseaban comunicarse en las sesiones con sus maridos muertos,”, explica Bařina.En la actualidad Nová Paka tiene fama de ser un lugar extraño, misterioso y temible. Aunque el espiritismo oficialmente ya no exista, la gente allí sabe que no se debe hablar en voz alta sobre los espíritus de los difuntos, porque estos podrían enojarse. Así que, dejémoslos donde están y sigamos con nuestro viaje.
En el punto más elevado de la ciudad se yergue la Iglesia de la Asunción de la Virgen María, construida en la primera mitad del siglo XVIII y considerada una de las obras más importantes del barroco tardío en el país. El edificio pertenecía a la orden de San Francisco de Paula, que lo construyó impulsada por una leyenda local sobre una estatua milagrosa de la Virgen. Gracias a la leyenda, Nová Paka se convirtió durante varios años un centro de peregrinación europeo. El arquitecto del templo es anónimo, pero en el interior la decoración la realizaron destacados artistas de la época, como por ejemplo, el pintor Petr Brandl.
De la misma época proviene una fuente, situada en la plaza principal y decorada con la estatua de San Florián. Se dice que en ella corría un agua especial. Quién la bebía, enloquecía repentinamente. Tal vez esa sea la razón por la que los habitantes de Nová Paka han sido denominados como extraños por los forasteros. Tal vez hayan utilizado el agua de la fuente en la fábrica de cerveza de la ciudad, pese a que el maestro cervecero Ladislav Klazar afirma lo contrario.
“!Qué va! El agua especial corría solamente en la fuente de la plaza y eso ya hace mucho tiempo. En la fábrica tenemos un pozo privado profundo, de más de 70 metros. La calidad de su agua es extraordinaria, la pueden consumir incluso bebés. Para la cerveza, el agua es un ingrediente básico que define el sabor de los diferentes tipos de esta bebida”, explica Ladislav Klazar.
La cerveza empezó a prepararse en Nová Paka en el año 1872 y desde entonces nunca paró. Hoy en día la fábrica produce siete tipos cerveza y sorprende que aunque se trate de una producción limitada, tiene éxito en el extranjero. Sus productos son exportados a países como EE.UU., Israel o Corea de Sur.
Si deseamos acompañar la cerveza con algún plato típico de la región, lo mejor es optar por el llamado kyselo. Se trata de una sopa espesa a base de levadura de pan con patatas y huevo revuelto. ¡Muy rica!
Los alrededores de la ciudad invitan a paseos románticos. Los caminos suelen estar bordeados por estatuas religiosas. Las colinas ofrecen maravillosas vistas al paisaje decorado por los bosques y los campos de cultivo. El suelo en la región es rojizo y aunque nunca ha sido demasiado fértil, esconde otro tipo de tesoros naturales, según revela el historiador Miloslav Bařina.
“En un radio de unos diez kilómetros en torno a la ciudad se encuentran las más interesantes piedras preciosas de todo el país: ágatas, jaspes, carniolas y no sé cuantas variedades más”, dice Bařina.A menudo los agricultores locales encontraban piedras preciosas al labrar sus campos. En la ciudad hasta existía una bolsa de piedras preciosas y la gente las coleccionaba y a veces utilizaba piedras en vez de dinero. El Museo Municipal de Nová Paka expone una amplia colección de minerales de la zona, así como fósiles de plantas y animales prehistóricos. Entre ellos destaca el árbol petrificado más grande del país, encontrado en las cercanías. Se trata de un árbol que no se convirtió en carbón, ni se descompuso, sino que se transformó en piedra. El pedazo de tronco conservado tiene más de 8 metros y su edad es mayor a los 250 millones de años.
Hay muchos turistas extranjeros que cruzan Nová Paka en su viaje a las cercanas montañas para esquiar o pasar sus vacaciones de verano, pero casi ninguno sabe cuántas riquezas pierde al no parar allí. ¡No sean como la mayoría, queridos radioescuchas, y conozcan este lugar misterioso!