Normas más estrictas para la concesión de hipotecas en Chequia
El Banco Nacional Checo hará más difícil la concesión de hipotecas para desinflar la burbuja inmobiliaria.
Los tiempos dorados de las hipotecas, con bajísimos tipos de interés y mucha vista gorda por parte de los bancos a la hora de concederlas, han llegado a su fin en la República Checa. El Banco Nacional ha anunciado normas más estrictas para evitar que la población se endeude demasiado.
En concreto no se podrán pedir créditos que sean mayores de nueve veces los ingresos anuales netos. Es decir, alguien que gane 10.000 euros limpios al año podrá pedir una hipoteca de como máximo 90.000 euros. Además el pago de intereses no podrá rebasar el 45% del salario mensual.
El gobernador del Banco Nacional Checo, Jiří Rusnok, explica la medida como una forma de evitar que surja una crisis de deuda.
“Tenemos que reaccionar a los riesgos que surgen precisamente en los buenos tiempos. Tenemos que reaccionar preventivamente”.De hecho el Banco Nacional advierte que los precios de los inmuebles llevan subiendo dramáticamente varios años seguidos, y que el año pasado Chequia se situó a la cabeza de la Unión Europea en este sentido. De acuerdo con Rusnok, en Chequia se ha creado una burbuja inmobiliaria.
“Tengo que constatar que hoy en día, de acuerdo con nuestras estimaciones, el precio de los inmuebles está sobrevalorado en aproximadamente un 15%”.
La medida, que empezará a aplicarse en octubre, tiene oficialmente el carácter de recomendación, ya que no hay un mecanismo legal que pueda hacer que el Banco Nacional obligue al resto de los bancos en este sentido. No obstante, en la República Checa estas recomendaciones se suelen seguir sin reservas.
Aunque aparentemente estas restricciones harán más difícil la adquisición de una vivienda, el efecto pretendido es el contrario. Al descender la demanda, también lo harán los precios, lo que convertirá la compra de un inmueble en algo más accesible, apuntan desde el Banco Nacional. El modelo de mercado inmobiliario sería Alemania, donde la mitad de la población vive en alquiler.
Para medir el alcance de la recomendación del Banco Nacional basta un dato: de las hipotecas concedidas el año pasado, una de cada doce no pasaría ahora las nuevas condiciones.