Un checo lento para que los estudiantes puedan aprender rápido

Eliška, Monika, Petra, Maruška, Blanca, Daniela y Šárka, algunas de las profesoras del plantel de SlowCzech

SlowCzech es una comunidad de profesores expertos que, además de dar clases, tienen un canal de youtube y un podcast para que sus estudiantes estén todo el tiempo en contacto con una versión lenta, pero a la vez real y actual del checo. En esta entrevista, una de sus profesoras nos explica en qué se basa su tentadora propuesta y por qué los hispanos cuentan, aunque no lo sepan, con dos grandes ventajas a la hora de aprender el idioma.

Foto: SlowCzech

Hay una frase muy famosa que, aunque no hay registros de que en verdad la haya dicho, se le atribuye a Napoleón: “vísteme despacio que tengo prisa”. Esa misma idea parecen haber tenido en mente los creadores de SlowCzech, una comunidad de docentes fundada por una profesora de Brno que, gracias a su propia experiencia estudiando alemán, se dio cuenta de que hacía falta crear un punto de apoyo para que nadie baje los brazos durante el aprendizaje del checo. Así se le ocurrió desarrollar la idea de SlowCzech, que ahora cuenta con unos quince profesores, un canal de youtube y un podcast. Monika Kopřívová es una de sus docentes más activas, se unió al grupo hace cuatro años y explica por qué es tan importante para ellos la consigna de hablar un checo lento.

“Cuando Eliška fundó SlowCzech, no había mucho material. Ahora hay más, lógicamente, pero hace siete años casi no había nada. Tal vez un canal de YouTube y los demás materiales eran solo en checo auténtico, es decir que hablaban muy rápido. Porque los checos hablan rápido, como todos en cualquier lengua en realidad, así que cuando aprendemos un idioma, creo que es muy práctico tenerlo un poco más lento que el idioma normal, porque así no podemos detectar las palabras individuales”.

Monika,  una de las profesoras más activas de SlowCzech | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Checo a velocidad 0.5

Explica Monika que el objetivo primordial era, entonces, crear materiales con contenido auténtico, aunque un poco más lento. Algo así como cuando en YouTube se reduce la velocidad del audio. Ella tiene la sensación de que habla incluso más rápido que el promedio de los checos y por eso fue un verdadero desafío segmentar y dividir cada una de las palabras para que todo se entienda lo mejor posible.

“Intentamos enseñar lo que es el checo real, lo que realmente se puede llegar a escuchar”.
Monika de SlowCzech

“Y luego el grupo comenzó a crecer y sí, simplemente nos unimos y me gustó mucho la idea. En general, me gusta enseñar, me gusta enseñar checo. Y me gusta el enfoque de Eliška, que es el checo real porque, a menudo, los estudiantes se dan cuenta de que hablan como un libro cuando están con sus amigos checos. Así que intentamos enseñar lo que es el checo real, lo que realmente se puede llegar a escuchar”.

Eliška | Foto: SlowCzech/YouTube

Otro aspecto que intentan no descuidar a la hora de hacer su contenido es la evolución de la lengua: la intención es tratar de enseñar un checo actual y no abstracto. SlowCzech ofrece lecciones tanto individuales como en grupo, pero casi siempre bajo la modalidad online porque, además de alumnos de todo el mundo, tienen también algunos profesores que viven, por ejemplo, en Canadá, en China y en distintos países de Europa. Monika asegura que la cantidad de materiales y herramientas didácticas que surgieron en la época de la pandemia hicieron que la clases online sean tan buenas o incluso quizás mejores que las presenciales, además de que permiten quedarse en la comodidad de la casa o aprovechar un tiempo muerto en el trabajo.

Reality Czech

Como un complemento a las lecciones, el grupo ofrece también el servicio SlowCzech Lab, una plataforma que permite estar en permanente contacto con el checo, a partir de innumerables videos, podcast, ejercicios y actividades. El precio mensual es de unos treinta euros y Monika considera que a muchos estudiantes realizar ese pago les sirve también para comprometerse y tomarse en serio el proceso de aprendizaje.

Monika | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

"Así que el concepto es que siempre hay otro video, otro podcast, una transcripción y una variedad de niveles, así que cada persona sabe, de acuerdo a su nivel, qué es lo que puede aprovechar. También hay algunos cuestionarios, y todo el tiempo se puede interactuar con otros estudiantes y profesores. Cada vez que subimos un video o podcast incluimos también en esa plataforma algún cuestionario o versión extendida que les permite involucrarse con el contenido, comentar y preguntar. Y, por supuesto, siempre tratamos de que las temáticas de nuestros videos interesen a la mayor cantidad posible de personas”.

Los creadores de SlowCzech entienden que a la hora de aprender un idioma como el checo es fundamental poder hablar desde la propia experiencia, es decir, dar cuenta, por ejemplo, de lo que se hace a nivel cotidiano, porque eso ayuda, a la vez, a crear el hábito de estar, al menos, cinco minutos al día en contacto con el idioma, algo indispensable para poder aprenderlo. La organización del día a día también es fundamental para los profesores de SlowCzech que deben dividirse las tareas. Monika, por ejemplo, está a cargo de la realización de los videos y dice que con frecuencia tienen una reunión, también online, para definir el contenido.

Foto: SlowCzech

“Y nos ponemos de acuerdo sobre quién tiene interés en hacer determinados videos o podcasts. Y dado que también funciona un poco como carta de presentación para cada docente, hay mucho interés. Al mismo tiempo, todos participamos en los videos porque queremos ayudar a nuestros estudiantes. Así que, simplemente, vamos asignando a cada docente un video, escuchamos propuestas de un tema o incluso podemos proponerlo. Ahora, por ejemplo, estamos trabajando con series y solemos hacer un brainstorming donde proponemos un tema que tenga que ver con una charla en un café, o pensamos cómo crear contenido a partir de una consulta que se repita entre nuestros estudiantes. Por ejemplo, qué palabras de afecto se usan en una relación de pareja, al estilo ‘cariño’ (miláčku), ‘querido’ (zlatíčko) y demás”.

Příběh v češtině (24): Moje cesta do práce (české titulky)

Una ayuda dorada

En efecto, aclara Monika que un motor fundamental de sus contenidos son los aportes de los estudiantes. No solo sus consultas y preguntas, sino también sus comentarios y pedidos sobre distintos temas que desean aprender o entender mejor. En la actualidad, hay ocho profesoras que se van rotando a la hora de crear el contenido. En su opinión, eso les da la ventaja de ofrecer distintos acentos y modos de hablar, lo cual, en definitiva, también tiene más que ver con la realidad que la voz única del profesor en una clase convencional. En ese sentido, una de las series de videos de SlowCzech que más éxito tiene es la que se llama Checo lógico y tiene por objetivo crear asociaciones entre distintas palabras que, aunque quizás no lo parezca, tienen la misma raíz o están relacionadas por algún motivo semántico. Monika considera que la popularidad de ese segmento tal vez se deba a que contribuye a resolver el principal problema que existe a la hora de aprender un idioma.

“Si tengo miedo de hablar, por más que sepa muy bien algo, nunca lo voy a poder decir”.
Monika de SlowCzech

“Yo creo que sucede en todo el mundo y ese problema no es otro que la falta de confianza en uno mismo. Porque si tengo miedo de hablar, por más que sepa muy bien algo, nunca lo voy a poder decir. Así que creo que ese problema siempre está en la cabeza. Y es una gran pena que la gente no confíe en sí misma y tenga miedo, porque... ¿qué es lo máximo que puede pasar si el camarero no me entiende algo?”

La propia Monika responde que, a lo sumo, se puede pasar un poco de incomodidad, aunque, al mismo tiempo, eso puede dar lugar a anécdotas muy divertidas y que podrán recordarse con el paso del tiempo, como le sucedió, por ejemplo, a uno de sus estudiantes.

"Un estudiante me escribió un correo electrónico porque lo convoqué a una nueva serie de historias de personas que se fueron a vivir a Estados Unidos. Es decir, checos que emigraron y pasaron toda su vida allí. Y ahora tienen hijos y esos hijos son estadounidenses, pero en realidad tienen raíces checas. Muchos de nuestros estudiantes están aprendiendo checo porque su abuela emigró y pasaron toda su vida en otro país. Y ahora, ya sea porque están jubilados o por cualquier otro motivo, disponen de más tiempo y quieren aprender checo. Así que la idea era hablar con ellos para que nos cuenten su historia. Y ese estudiante... en lugar de decir ‘quiero ayudarte’ (‘chtěl bych ti pomoci’), escribió te quiero orinar (‘chtěl bych tě pomočit’)”.

Aunque es consciente de que la declinación aterra a los estudiantes de checo, Monika Kopřívová asegura que, antes que dejar de hablar, es mejor expresarse solo con caso nominativo porque, en general, los checos no tienen problemas en comprender.

Por otro lado, como buena motivadora que es, afirma Monika que los hispanos a veces no se dan cuenta de que cuentan con dos grandes ventajas para aprender checo: en primer lugar, la cantidad de palabras que hay en común por el latín, y por otro lado, su naturaleza en general extrovertida que los ayuda mucho a perder el miedo y animarse a hablar.