Las madres extranjeras se enfrentan a más retos y obstáculos que el resto de expatriados en la República Checa
Las familias extranjeras, y especialmente las madres, encuentran varios obstáculos en su día a día al vivir en la República Checa, especialmente a causa de la barrera idiomática.
Actualmente, hay alrededor de medio millón de extranjeros que viven en la República Checa y, aunque no hay estadísticas claras al respecto, es muy común que las personas expatriadas, especialmente las que no tienen una lengua materna eslava, no aprendan checo. Esto tiene serias consecuencias para la integración.
Muchos viven durante años e incluso décadas sin apenas ser capaces de pedir el menú en un restaurante, algo que puede generarles problemas en su día en día. Además, estos obstáculos son aún más profundos entre las madres extranjeras con hijos en la República Checa.
Este es, precisamente, el caso de Marijke, una mujer holandesa y madre de un bebé de diez meses. Según explica, tuvo una mala experiencia en el hospital, cuando tenía que dar a luz, ya que no sabía cómo funcionaba el sistema.
“Si no conoces el idioma es complicado. La mayoría de los hospitales no dan información en inglés, por lo que solo te queda la opción de buscar en Google y usar su traductor. Fue duro y estaba muy ansiosa por tener el bebé aquí porque no sabía si los enfermeros o los médicos hablarían inglés. No sabía si tendría una habitación privada o si la tendría que compartir”.
Desde el año 2009, el gobierno checo exige que los extranjeros demuestren su conocimiento del idioma para obtener la residencia permanente; sin embargo, esta condición no se aplica a los ciudadanos de la Unión Europea. Además, el nivel de checo que los extranjeros deben demostrar corresponde solo al nivel A1 en el Marco Común Europeo de Referencia, que es el que sirve para tener las habilidades básicas para dar información sobre uno mismo. Por ello, no es suficiente para poder participar en la educación de los hijos o para poder comunicarse con la asistencia sanitaria.
Por esta razón, algunas madres se han tomado el tiempo de aprender checo, aunque pasado un tiempo se den cuenta de que sus esfuerzos son inadecuados. En este punto se encontró Suzy, originaria del Reino Unido, cuando tuvo que enviar a su hijo de siete años a la escuela. Después de mucho tiempo de no hablar nada de checo, tomó un curso intensivo de un año y obtuvo el B1, el nivel requerido para obtener la ciudadanía. No obstante, desde bien temprano se dio cuenta de que no tenía la fluidez suficiente para poder involucrarse en la educación del pequeño.
“Toda la información de la escuela viene a través de una aplicación web, todo está en checo y es difícil traducirlo, así que tengo que depender de mi esposo para obtener información. Toda la comunicación con la escuela pasa por él. Es difícil no tener el control, y a veces le escribo a la maestra en inglés, pero luego responde en checo. No puedo ir a la ‘Noche de los Padres’ porque todo es en checo. Incluso los deberes son en checo. Y fue más difícil aún durante el confinamiento, porque entonces toda la educación era desde casa”.
Los problemas no solo se limitan a comunicarse con la escuela y a ayudar con los deberes, sino que a Suzy también le resulta muy difícil integrarse con las otras familias, algo que para ella es muy difícil de sobrellevar porque se considera una persona muy social. Según explica, a menudo se siente fuera de lugar, como si todo el mundo supiese cosas que ella no sabe.
No obstante, pero, también existen historias de éxito de madres que aprendieron checo con un nivel altísimo, incluso siendo su lengua materna un idioma no eslavo, y que están orgullosas de ello.
Por ejemplo, Tonya Graves, una cantante de Estados Unidos y madre de dos niños, vive en la República Checa desde 1995. Ella habla checo en su día a día y con fluidez, algo que la ha integrado a tal nivel que a veces hace monólogos en esta lengua. Además, en una entrevista con un medio nacional, la artista estadounidense argumenta que ahora su vida está en el país, por lo que es importante para ella defenderse bien con el checo.