Un checo descubre un cometa desde su casa usando un telescopio en Argentina

Fotografía del descubrimiento

Casi 25 años después, un checo volvió a descubrir un cometa. Lo interesante es que, además, lo hizo en la distancia, ya que el científico realizó el hallazgo desde su casa en Liberec por medio de un telescopio situado en Argentina. El cuerpo celeste ya lleva el nombre de su descubridor: Mašek.

El Instituto de Física de la Academia de Ciencias Checa administra cinco telescopios robóticos FRAM (Monitor Robótico Atmosférico Fotométrico); dos de ellos están situados en el Observatorio Pierre Auger en Argentina, otros dos en el Cherenkov Telescope Array en Chile y uno en la isla de La Palma, en las islas Canarias.

Desde hace 13 años, el operador de estos telescopios robóticos es Martin Mašek, el reciente descubridor de un nuevo cometa. Su trabajo consiste en controlar los telescopios desde su ordenador y ver si no hay algún problema técnico. Es responsable de su funcionamiento adecuado, su enfoque, la descarga de las imágenes tomadas y su evaluación, contó a Radio Praga Internacional.

Martin Mašek | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

“El objetivo primario de estos telescopios es observar la extinción atmosférica. En otras palabras, medimos la nitidez de la atmósfera para los observatorios en los que tenemos los telescopios. Pero en mi tiempo libre puedo observar otros objetivos astronómicos como son planetoides, cometas o estrellas variables, por ejemplo”.

Como dice Mašek, la astronomía no solo es trabajo para él, sino, ante todo, una afición a la que dedica su tiempo libre. Así, este 25 de diciembre por la mañana se sentó delante de su ordenador en su casa de la ciudad de Liberec, y se puso a evaluar las imágenes tomadas la noche anterior por el telescopio situado en Argentina.

Explica el científico que para la evaluación de las fotografías utilizó el software especializado Tycho-Tracker, admitiendo que a simple vista hubiera sido imposible hacer el descubrimiento ya que la claridad del cometa fue unas 3000 veces más débil que las estrellas más débiles visibles a simple vista.

“Tengo que decir que el descubrimiento es automatizado por medio de un software, es decir, que el software especializado me advirtió de un nuevo objeto. El objeto en la imagen era bastante fino, entonces, no estaba claro si no se trataba de una interferencia o un reflejo de una estrella clara en el teleobjetivo, así que la noche siguiente intenté observarlo de nuevo, si realmente se trataba de un cuerpo real. El cometa se vio también la noche siguiente y ahí empecé a tener la seguridad de que podía ser un nuevo cometa”.

La tercera noche fue imposible confirmar finalmente el descubrimiento ya que hacía mal tiempo en Argentina. Por eso, Mašek utilizó el telescopio situado en Chile, confirmando la visibilidad del cuerpo espacial. Subraya el científico que este teleobjetivo, de solo 13 centímetros de diámetro, es el más pequeño con el que se descubrió un cometa el año pasado.

A continuación, Mašek envió su observación al Minor Planet Center, central internacional donde recopilan las observaciones de planetoides y cometas, que publicó la información en su página de confirmación de los cometas posibles. Gracias a eso, otros observadores se dieron cuenta del hecho, pudieron centrarse en el asunto y confirmar el descubrimiento desde Australia y Chile.

Teleobjetivo con el se hizo el descubrimiento | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

“El cometa va a ser visible entre febrero y marzo también desde Chequia, pero, desgraciadamente, se aleja tanto del Sol como de la Tierra, así que, será cada vez más débil y habrá que utilizar unos telescopios muy potentes. Tendré que pedirles ayuda, entonces, a mis compañeros que trabajan con telescopios más grandes”.

El último descubrimiento checo de un cometa se había producido en el observatorio de Kleť, al sur de Bohemia, en el año 2000 gracias a Miloš Tichý.

Como explica Mašek, muchos cometas se descubrieron también durante el siglo XX, durante la extinta Checoslovaquia. La era dorada fue el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, cuando los astrónomos operaban en las montañas eslovacas de los Tatras. Es decir, su descubrimiento no es del todo único en el ámbito checo, pero sí que destaca en un aspecto.

“Mi cometa es el primero descubierto a distancia, o sea, el observador no está físicamente presente en el observatorio. Yo estaba sentado en Liberec y el telescopio estaba en América Latina. A nivel mundial no se trata de un descubrimiento único, pero en Chequia sí porque es el primer cometa checo en 24 años”.

Añade Mašek que, a nivel mundial, se descubren anualmente unos 50 o 60 cometas, y eso gracias a las tecnologías digitales. Antes de su aplicación en los años 90, se podía hablar de entre 5 y 10 descubrimientos al año.

El cometa C/2024 Y1, un regalo de Navidad

El cometa de Mašek apareció en la víspera de Navidad y fue anunciado oficialmente en la víspera del Año Nuevo. Una semana después, también se confirmó el nombre del nuevo cuerpo.

“El 31 de diciembre, el descubrimiento del cometa fue oficialmente comunicado por Minor Planet Center. El cometa recibió la denominación C/2024 Y1,  lo cual quiere decir que es el primer cometa descubierto en la segunda mitad de diciembre de 2024, y recibió el nombre Mašek, por su descubridor”.

Cometa descubierto por Martin Mašek  (objeto nebuloso en el centro) | Foto: Hana Kučáková,  AÚ MFF UK a Kamil Hornoch,  ASÚ AV ČR

En 2024, Mašek también redescubrió otros dos cometas, es decir, que detectó dos cometas periódicos que giran alrededor del Sol en un intervalo de que va de 5 hasta 20 años. Cuando se pierden, cuando se alejan del Sol, dejan de ser visibles y, posteriormente, los astrónomos intentan descubrirlos de nuevo al volver. Durante su carrera, Mašek ha redescubierto así seis cometas en total.

“Todos los cometas que encontré pertenecían a los conocidos como cometas de la familia Júpiter. Se trata de cometas que se encuentran bajo la influencia gravitatoria de Júpiter y periódicamente vuelven al Sol con intervalos de entre 5 y 20 años”.

Concluye Mašek que el “cielo” ya está bastante explorado y es cada vez más difícil encontrar nuevos cuerpos, sobre todo, para astrónomos aficionados que no disponen de la mejor tecnología disponible. No obstante, no es imposible, dice, aún quedan cosas por descubrir ya que los grandes telescopios robóticos no están tan bien equipados para grabar el cielo cercano al horizonte al alba y al anochecer.

palabras clave:
audio