Huellas checas en el cosmos

La Luna

Con el astronauta israelí, Ilan Ramon, viajó recientemente al cosmos en el transbordador estadounidense Columbia también un dibujo que hace 60 años realizó en el gueto judío de Terezín el niño Petr Ginz, de Praga. El muchacho de 14 años que tenía ante sí tan sólo unos pocos meses de vida, dibujó cómo veía en su imaginación la Tierra vista desde la Luna.El dibujo de Petr Ginz no es, sin embargo, lo único en el espacio que guarde alguna relación con la República Checa o Checoslovaquia.

En la Luna con la que había soñado el muchacho judío que pereció en Auschwitz, dejó sus huellas como último terrícola Eugene Cernan, jefe de la tripulación de la nave Apollo 17. Los antepasados de Cernan eran oriundos de Checoslovaquia.También otro astronauta estadounidense, John Blaha, tenía un abuelo checo.

Cabe recordar asimismo la primacía del cosmonauta checoslovaco, Vladimír Remek, quien fue en marzo de 1978 el primer astronauta en órbita en ser ciudadano de otro país que la Unión Soviética o Estados Unidos.

Además, el primer hombre en la Luna, el estadounidense Neil Armostrong, escuchó durante el vuelo a la luna la composición de Antonín Dvorák, "Sinfonía del Nuevo Mundo". Y también el disco que vuela en el espacio como información para la civilizaciones extraterrestres contiene en forma codificada el Largo de la Sinfonía del Nuevo Mundo.

La ex Checoslovaquia se incorporó a las investigaciones espaciales en abril de 1967, diez años después del lanzamiento del primer satélite artificial de la Tierra, el legendario Sputnik.

Checoslovaquia fue uno de los miembros fundadores del programa Interkosmos en el que unieron sus capacidades científicas los países del antiguo bloque soviético. En el marco de dicho programa viajaron al cosmos una serie de aparatos y dispositivos científicos checoslovacos.

Equipos diseñados y fabricados en Checoslovaquia fueron utilizados en la investigación del cometa Halley o del planeta Marte. Entre los proyectos más conocidos de la ciencia checoslovaca y posteriormente checa figuran los cinco satélites Magion, destinados a investigar la magnetoesfera de nuestro planeta.

La República Checa participa en la actualidad en ocho proyectos cósmicos internacionales que se refieren, entre otros, a la investigación de la Tierra desde el espacio y al estudio en órbita de las reacciones del organismo humano en condiciones de sobrecarga y estrés en la órbita.

Los científicos checos participaron, por ejemplo, en los experimentos con la microgravitación a bordo del transbordador Atlantis en 1996.

Un sensible analizador del polvo cósmico, en cuya construcción participó Jirí Svestka del planetario de Praga, forma parte del equipo de la sonda Cassini- Huygens, lanzada en 1997 rumbo a Saturno. La sonda llegará a su meta en el año 2004.

En el sistema solar giran numerosos asteroides muchos de los cuales llevan nombres de checos célebres, como el primer presidente checoslovaco, Tomás Garrigue Masaryk, y también el legendario portero de hockey sobre hielo, Dominik Hasek, la cantante Dagmar Pecková y el compositor Ilja Hurník.