Cerveza y vino, la cara y la cruz de Chequia
Los buenos tiempos que vive la industria cervecera contrastan con un sector vinícola donde la producción, el consumo y las ventas caen. La competencia extranjera completa un panorama incierto para los productores checos.
Si bien la tradición y cultura cervecera predomina en Chequia por encima de las demás, el sector vinícola cuenta también con un fuerte arraigo y siglos de historia en el país. Ambas bebidas y sectores cuentan con esa fuerte conexión cultural con tierras checas, pero lo cierto es que su presente y sus perspectivas de futuro se antojan bien diferentes.
Frente a una industria de la cerveza cuyas principales empresas sellaron un curso de buenos resultados, la vendimia de este año en Chequia se vio seriamente afectada por las heladas primaverales, dejando una cosecha un 12% menor que la del pasado curso y un 18% por debajo del promedio de la última década, según informó la Unión de Viticultores del país.
"El descenso de la producción de uva lo sintieron la mayoría de los productores, pero con grandes diferencias regionales. Es evidente que de la cosecha de 2024 habrá poco vino de Moravia", señaló Ondřej Beránek, presidente de la Unión del Vino.
Datos de la propia Unión hablan de que el rendimiento actual de las cosechas se sitúa en 4,5 toneladas por hectárea, frente a las 5,5 toneladas promedio de la última década, pero otros factores igual de preocupante para el sector son las tendencias actuales en el consumo y las ventas: o dicho de otro modo, que cada vez los checos beben menos vino y cada vez se venden menos botellas.
El consumo de vino tranquilo cayó un 8,4% el pasado año, situándose por debajo de los 20 litros por persona, mientras que en el primer semestre de 2024 se reportó una reducción del 6% en las ventas de vinos tranquilos embotellados, además de que la producción nacional cayó cerca de un 13%.
Incluso en clave internacional, la producción de vino alcanzará este año su nivel más bajo desde 1961 según previsiones de la Organización Internacional de la Viña y el Vino, que estima una producción de entre 227 y 235 millones de hectolitros, un 2% menos que en 2023.
Otro gran factor según los expertos es la disminución de la superficie de viñedos, un proceso que también se aprecia en una Chequia en la que el sector vinícola cuenta con un futuro bien incierto ante las cada vez más cambiantes condiciones climáticas y la feroz y más barata competencia de las importaciones.
Según datos de la propia Unión del Vino, en la actualidad Chequia solo es autosuficiente en un 30% de su consumo de vino, mientras que proliferan productos llegados de España, Italia y Hungría