“Según trate el nuevo Gobierno sirio a sus propios habitantes, así se posicionará Chequia”
El régimen de Bachar el Asad cayó este domingo después de 24 años en el poder y más de una década de sangrienta guerra civil en Siria. Chequia fue uno de los últimos países en retirar a sus diplomáticos de Damasco y ahora evalúa los acontecimientos para posicionarse ante la llegada al gobierno de un grupo considerado terrorista por la Unión Europea.
Trece años llevaba Siria en una interminable guerra civil y ha sido un ataque sorpresa el que ha conquistado todo el país en apenas unos días y ha acabado con el dictador Bachar el Asad, aferrado al poder desde el año 2000, tras tomar el relevo de su padre. En total, medio siglo de régimen que se ha desmoronado sin que nadie lo esperara.
Al Asad y su familia ya están en Moscú, donde, según ha informado el Kremlin este lunes, el presidente Putin por decisión personal les ha otorgado asilo “por motivos humanitarios”. Es un último acto de protección a su peón en la región, ya que Rusia ha sido todos estos años el garante de la continuidad del Gobierno de Al Asad a pesar de todas las amenazas a las que se enfrentaba. “Al final, la apuesta por Rusia no le ha salido bien a Al Asad”, escribió este domingo en su cuenta de X el primer ministro checo, Petr Fiala.
De forma parecida se expresó el ministro de Relaciones Exteriores, Jan Lipavský: “El régimen de Bashar el Asad confiaba en el apoyo de Rusia e Irán, y ahora estamos viendo que se ha demostrado como una mala estrategia”, dijo en rueda de prensa este domingo.
El presidente del Gobierno checo, Petr Fiala, también deseo paz y estabilidad al país y “no caos o un Gobierno de terroristas”, y añadió una recomendación a los ciudadanos checos a abandonar Siria. Así lo hicieron, como uno de los últimos países occidentales, el personal diplomático de la misión de la República Checa en Damasco junto a tres ciudadanos checos que lograron así salir del país en el último momento. Todos se encuentran a salvo ahora en Beirut, la capital del Líbano, pero según Petr Hladík, director del departamento de Oriente Próximo y África del Norte del Ministerio de Relaciones Exteriores, los diplomáticos checos podrían no tardar tanto en volver.
“Es sólo una retirada temporal. La distancia entre Beirut y Damasco no es algo insuperable desde cualquier punto de vista. Es decir, contamos con que cuando la situación de seguridad se calme, cuando se garantice cierta seguridad básica para nuestra gente, cuando se anuncie la composición del próximo gobierno de transición, nuestros trabajadores volverán”.
En el país se calcula que quedan aún unos cien ciudadanos checos, en su mayoría mujeres, pero que no necesariamente estarían buscando salir. La diplomacia checa incluso estuvo representando a las autoridades estadounidenses y ayudaron a evacuar a unos 40 ciudadanos del país norteamericano.
Mientras, el movimiento que ha logrado lo que ya casi nadie dentro de Siria esperaba que sucediera, es la organización yihadista Hayat Tahrir al-Sham liderada por Abu Mohamed al Julani, considerado un terrorista por la Unión Europea. Esto plantea un dilema a occidente, reconoce Hladík.
“Planeamos volver. Pero con quién y de qué hablaremos, es algo, por supuesto, que tendrá que ver directamente con el desarrollo de los hechos. Como recalcó el domingo el ministro de Relaciones Exteriores Lipavský, siempre partimos del hecho de que la organización Hayat Tahrir al-Sham está en el listado de organizaciones terroristas de la UE, por lo que no vamos a negociar con ellos. Pero hemos tomado nota de la declaración de la anterior administración de que trabajarán en algún tipo de transición. Así que, cuando se constituya el nuevo poder, veremos quién está ahí, qué proponen y procederemos en consecuencia”.
El miedo inicial desde occidente a que el golpe contra el régimen de Al Asad se tornara en un baño de sangre y que abriera un periodo de caos y de poder de un régimen fundamentalista islámico, se ha visto contrarrestado por ciertas señales positivas, como que el anterior primer ministro del régimen, Mohamed Ghazi al-Jalali, prometiera colaborar en un traspaso de poder pacífico y en un futuro Gobierno de transición con los rebeldes.
También es llamativo que el cambio de poder haya sido recibido con júbilo incluso en las zonas donde vive la importante minoría cristiana, a quien el régimen de Al Asad decía defender del islamismo radical, o incluso en las regiones donde más apoyo parecía tener el presidente derrocado.
La complejidad étnica y confesional de Siria es un factor clave para el futuro y la estabilidad del país y el nuevo Gobierno, explicó el director del departamento de Oriente Próximo y África del Norte de la diplomacia checa, Petr Hladík.
“Siria no es homogénea y, ya sea por cuestiones de nacionalidad, de composición étnica o religiosa, hay minorías, hay drusos, kurdos, cristianos, alauitas… Dependiendo de cómo trate el nuevo órgano de gobierno a sus propios habitantes, así nos posicionaremos nosotros. Por supuesto, en una situación así, tenemos una coordinación muy estrecha dentro de la Unión Europea. El ministro Lipavský, en cuanto regresamos de Doha este domingo, se puso inmediatamente en contacto tanto con el ministro de Asuntos Exteriores israelí como con el turco. Créanme si les digo que la diplomacia checa está trabajando muy intensamente en lo que está sucediendo en Siria en este momento, seguimos la situación con sumo cuidado y estamos en contacto y cooperando con nuestros socios”.
Praga no tomará por tanto decisiones por sí sola, insiste Hladík.
“En este momento realmente no quiero adelantar nada de nuestra postura en el futuro con respecto al gobierno de transición que se forme, porque no estamos hablando de la lista de organizaciones terroristas de la República Checa, sino la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea. Así que nos coordinaremos y serán los hechos los que decidan, no las declaraciones”.
La politóloga Zora Hesová, del Instituto de Politología de la Facultad de Filosofía de la Universidad Carolina de Praga, entrevistada en la Radio Checa, coincide en esa sensación de que las señales que ha emitido hasta la fecha el yihadista Al Julani dan lugar a cierta esperanza, aunque aún sea pronto para sacar conclusiones.
“No sabemos nada todavía. Pero por otra parte, ha quedado claro desde el principio de que Abu Mohamed al Julani está diciendo todas las palabras correctas, parece que tiene un plan, parece que se ha estado coordinando desde hace mucho con el resto de facciones de la oposición siria. Parece que la conquista de Siria no la ha conseguido solo con su grupo, sino que han participado varios grupos. Así que, las primeras señales son positivas, especialmente el hecho de que aparentemente Damasco está funcionando, ha funcionado el toque de queda, no se han producido grandes excesos en lo que se refiere a saqueos. Tenemos que esperar pero también tenemos que valorar positivamente que parece que en el gobierno de transición participará el antiguo gobierno, que no ha sido arrestado ni nada. Así que las señales son buenas, pero no han pasado ni 24 horas, por lo que es muy pronto”.