“Los plátanos de Fairtrade vendidos en los últimos 20 años en fila conectarían Praga con Nairobi”
El vigésimo aniversario de la organización Fairtrade Chequia y Eslovaquia, que promueve el comercio justo como representante en el país de Fairtrade International, se celebró en el Museo de la Literatura de Praga.
Fairtrade Chequia y Eslovaquia, la organización no gubernamental sin ánimo de lucro que promueve el fortalecimiento del comercio justo, celebró su veinte aniversario. Del evento y los logros de la organización habló para Radio Praga Internacional Lubomír Kadaně, director general de la organización.
“Fairtrade República Checa y Eslovaquia celebra 20 años. Y creo que hoy podemos decir que es una organización estable. Junto con otros colaboradores ha conseguido que en la República Checa haya ahora unos 2800 productos que pueden llevar el sello Fairtrade de comercio justo. Es un gran logro. También sabemos por encuestas de opinión pública que el 67% de la gente conoce el sello. Eso significa que se ha producido un gran aumento desde hace 20 años, ya que cuando empezamos solo el 16% de la población sabía lo que era”.
La organización tiene como objetivo principal asegurar condiciones comerciales más justas, donde se mantenga siempre el respeto de los derechos humanos y laborales y el respeto del medio ambiente. Para cumplir sus propósitos, la organización colabora con varios socios comerciales, entre ellos, tiendas de internet de comercio justo, bistrós de gasolineras y conocidas cadenas de supermercados.
Los productos principales de Fairtrade son cultivados primariamente por pequeños agricultores en países de África, Asia y América Latina. Entre ellos se encuentran el café, el té, el azúcar de caña, el cacao, los plátanos, el algodón, flores cortadas, arroz y especias. En el caso de la República Checa, Kadaně recalcó la importancia de un producto en particular.
“Los plátanos son un artículo clave para Fairtrade. En los últimos 20 años, se han vendido tantos plátanos de comercio justo en la República Checa que, alineados uno tras otro, formarían una línea desde Praga a Nairobi. Son unos 6000 kilómetros”.
Aparte de los plátanos, en Chequia y Eslovaquia hay también mucho interés por el cacao y el café, que son los productos de comercio justo más codiciados a nivel mundial. Por eso los tostadores de café fueron unos de los pioneros en este país en buscar el sello de Fairtrade. Una de ellas es la empresa cooperativa FairBio, que procesa granos de café verde de Brasil, Congo y Papúa Nueva Guinea en Kostelec nad Labem. Su director, Martin Třešňák, comenta los inicios de la empresa.
“Este año, nuestra empresa celebra la mitad de lo que Fairtrade Chequia y Eslovaquia ha conseguido, es decir, diez años de existencia. Empezamos con financiación de la UE, que nos permitió contratar personal y comprar la tecnología necesaria. Como partíamos de cero, los avances fueron lentos al principio. Pero gracias a la financiación tuvimos tiempo de aprenderlo todo: cómo tostar café y también cómo tratar a nuestros empleados, la mayoría discapacitados”.
Productos como el café y el cacao ayudaron mucho a divulgar la palabra Fairtrade, que también tiene como tarea difundir y educar a la población del origen y condiciones en que se consiguen los productos que se consumen. Con este fin, la organización se valió a lo largo de los años de eventos e intervenciones en el espacio público para poner el foco en dichas problemáticas. Un ejemplo fue cuando en 2012 varios corredores atravesaron Praga en ropa interior hecha de algodón con el sello de Fairtrade. Otro ejemplo de la tarea de difusión más reciente es el corto documental “A la sombra del cacaotero”, que ganó en 2020 un premio en el prestigioso Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary. En el corto se comparan las condiciones en las plantaciones de cacao con el sello de Fairtrade y sin él.
En la celebración de los 20 años se discutió también el futuro de la organización que, aparte de seguir informando y motivando a los habitantes de Chequia y Eslovaquia, deberá afrontar las consecuencias del cambio climático, que afectan cada vez más a los productores. Otro factor que se habló fueron las nuevas tecnologías y cómo se podrían utilizar de forma inteligente en la labor educativa en cuestiones de política de desarrollo.