¿Por qué Chequia es tan proisraelí?
Mientras que España se presenta dentro de la UE como un país decididamente propalestino, Chequia se posiciona en el polo opuesto, apoyando Israel de una forma, prácticamente, incondicional. ¿A qué se deben esas diferencias entre los Veintisiete? ¿Qué consecuencias tiene a nivel internacional? ¿Y qué papel juega la prensa en un conflicto como el actual? Las respuestas, para Radio Praga Internacional, las ofrece Jan Zouplna, historiador de la Academia de Ciencias Checa.
Chequia y España: dos países miembros tanto de la UE como de la OTAN que se presentan en dos extremos ideológicos en lo que se refiere al conflicto israelí-palestino. De acuerdo con Jan Zouplna, académico y científico del Instituto Oriental de la Academia de Ciencias, las posibles razones del gran apoyo a Israel brindado por Chequia pueden dividirse en tres grupos.
La primera está vinculada a la experiencia histórica tanto en las tierras checas como en el resto de Europa central y del este. Estos países generaron entre las décadas de los años 20 y 50 del siglo pasado grandes olas de emigrantes que se dirigieron a Israel, proyectando en el contexto local del nuevo Estado judío su propia experiencia histórica y su cultura original y creando un parentesco, dice.
“Si comparamos la situación con España, ésta entabla relaciones diplomáticas con Israel en 1986. La Organización para la Liberación de Palestina tiene a su representante permanente en Madrid antes que el Estado judío. Es decir, que solamente la trayectoria de la construcción de las relaciones bilaterales es mucho más corta que en el caso de Europa central y del este”.
La segunda razón por la que Israel es bien percibido en la sociedad checa es su imagen positiva en los medios de comunicación. La problemática de Israel está muy presente en la prensa y el Estado judío se presenta en los medios hasta con un discurso de admiración.
Continúa Zouplna que una forma de crítica más notable surge a raíz de la nueva guerra que estalló el año pasado. Es lógico, por lo tanto, que prevalezca la imagen positiva que durante décadas se ha dado a la opinión pública y que esto influya en la forma en la que se percibe el conflicto israelí-palestino. La cuestión es hasta que punto la prensa influye en la opinión pública o, por el contrario, la opinión pública en la prensa.
“Puede que refleje la postura real de la sociedad checa como pasó en los años 90 cuando hubo un gran interés por todo lo judío y cuando, simplemente, Kafka y el nuevo Estado judío eran la misma cosa para la gente. Hoy en día, esto deriva claramente de la política del Gobierno, que carece de crítica sin importar si es de derecha o izquierda, sin importar quién esté al mando. La cuestión es si los medios reflejan la opinión de los ciudadanos o si, más bien, estos dicen lo que la gente puede o debe pensar”.
“Muchos países europeos empezaron a reevaluar o enfriar su apoyo a Israel mientras que el apoyo checo es constante independientemente de lo que pasa o no pasa en Gaza”.
Y, por último, menciona Zouplna cierto provincialismo, donde el punto de vista oficial checo y la percepción checa de Israel y el conflicto palestino-israelí no es tan original como a los políticos les pueda parecer. Dice el historiador que recuerda a la postura de Europa occidental alrededor de los años 60 del siglo pasado.
Lo curioso es que este hecho, el creciente aislamiento de la postura checa, no es percibido por las élites locales como un motivo de preocupación, sino una prueba de su propia singularidad.
“En el contexto del 7 de octubre de 2023 (cuando se produjo el ataque masivo palestino a Israel que comenzó el conflicto armado), la postura checa no es única, el espanto se produjo en toda Europa y en todo el mundo. No obstante, muchos rechazaron, posteriormente, la respuesta de Israel. Aunque, yo diría que cualquiera que sigue el conflicto tenía claro que la respuesta a una masacre sería otra masacre. La reacción israelí se podía predecir. Sin embargo, muchos países europeos empezaron a reevaluar o enfriar su apoyo a Israel mientras que el apoyo checo es constante independientemente de lo que pasa o no pasa en Gaza”.
“Me temo que la idea de que el Gobierno de Israel o los propios israelíes perciban a la República Checa como un pilar en el que apoyarse internacionalmente o como un socio crucial es una completa ficción checa”.
“Me temo que la idea de que el Gobierno de Israel o los propios israelíes perciban a la República Checa como un pilar en el que apoyarse internacionalmente o como un socio crucial es una completa ficción checa”, prosigue Zouplna, añadiendo que desde el punto de vista israelí, Chequia o, más bien, Praga, es vista como un destino turístico popular más que un centro clave de apoyo para su política exterior.
“Europa no juega ningún papel importante en este asunto”
¿Quién podría influir, entonces, en la postura de Israel en cuanto al conflicto? El socio número uno es EE.UU., pero también en este caso, explica Zouplna, Israel está interesado en la ayuda concreta en vez de aceptar sus consejos. Después, podrían tener cierto efecto en los acontecimientos los países árabes aliados y, por último, los grandes países europeos. Chequia, en realidad, no forma parte ni del tercer grupo de países y, por lo tanto, su importancia para Israel está solo en cómo obstruye las negociaciones de la UE.
“El problema se produce en el momento en el que Europa tiene que adoptar una postura común”.
“Para la UE, por supuesto, es muy difícil adoptar una postura consensuada. La diversidad de opiniones, por supuesto, tiene su importancia. Está el grupo de países propalestinos, como España e Irlanda, los países claramente proisraelíes como Chequia o Austria, y los países del medio, representados, por ejemplo, por Francia. Eso no es nada sorprendente. El problema se produce en el momento en el que Europa tiene que adoptar una postura común”.
El consenso europeo, básicamente, existe en dos cuestiones: la liberación de los rehenes que permanecen en la Franja de Gaza por un lado y el suministro de ayuda humanitaria a Gaza por el otro.
“Es bastante peculiar que a pesar del consenso en estas dos cuestiones cruciales, y ahora hablo desde el punto de vista de un académico e historiador, ya que, por supuesto, yo no formo parte de las negociaciones diplomáticas, Europa no juega ningún papel importante en este asunto. Así que, surge la pregunta si la política actual es beneficiosa para los ciudadanos europeos. Es decir, es una política de un desacuerdo eterno y pluralidad de opiniones, y la pregunta es si Europa, que se presenta como una potencia global, es capaz de influir en acontecimientos que suceden casi en sus fronteras”.
El conflicto palestino-israelí se convirtió en una cuestión nacional para cada país prácticamente en toda Europa, influyendo en las elecciones tanto europeas como nacionales. “Diría que es un tema cómodo para cualquier partido político inmerso en complejos problemas sociales”, sostiene Zouplna apuntando al hecho de que para los políticos es cómodo referirse a una cuestión mediática en vez de afrontar otras cuestiones cruciales sociales a nivel nacional.
“Palestina libre”, ¿reacción a la política checa o moda?
No hay que olvidarse, sin embargo, de que también en Chequia tuvieron y siguen teniendo lugar manifestaciones de apoyo a Palestina, aunque, en cuanto a sus dimensiones, no tienen comparación con lo que se puede registrar en Londres, por ejemplo. Aun así, se trata de un hecho cada vez más frecuente y también, dice Zouplna, la sociedad checa empieza a estar más atenta a la hora de escuchar las declaraciones vinculadas al conflicto israelí-palestino.
Una de las mayores manifestaciones se produjo en marzo y contó con el apoyo de artistas checos como, por ejemplo, el cantante Tomáš Klus. “La cuestión es hasta qué punto se trata de una reacción crítica a la política checa y hasta qué punto se trata de una moda, un fenómeno que imita más bien algo que se registra en el extranjero”, concluye Zouplna.