“A los grandes guerreros también los muelen a palos”
Los historiadores Carlos de Ayala y Martin Wihoda compararon en un evento en Praga a dos monarcas fundamentales del medioevo europeo, el rey castellano Alfonso X el Sabio y Přemysl Otakar II de Bohemia.
Carlos de Ayala, Catedrático de Historia Medieval en la Universidad Autónoma de Madrid y Martin Wihoda, miembro del Instituto de Historia de la Facultad de Letras de la Universidad Masaryk de Brno, fueron invitados por el Instituto Cervantes de Praga para poner en común las vidas de dos de los monarcas más importantes de sus respectivos países y su relevancia histórica.
Carlos de Ayala habló primero de la vida de Alfonso X de Castilla, llamado el Sabio, y le sucedió Martin Wilhoda hablando sobre Přemysl Otakar II, conocido por los checos como el rey de Hierro y Oro. Carlos de Ayala describió el evento para Radio Praga Internacional.
“Se trata de poner en relación dos personajes que son estrictamente contemporáneos y que se vieron involucrados en una de las facetas de la historia del reinado de Alfonso X más sobresalientes, que es su aspiración al imperio”.
Carlos de Ayala hace referencia a los esfuerzos de ambos monarcas por el trono del Sacro Imperio Romano Germánico, que ninguno de ellos consiguió. Más sobre la relación entre ambos reyes, que vivieron durante el siglo XIII, esclareció el historiador checo Martin Wihoda.
“En mi búsqueda de los destinos de estos dos monarcas, por un lado confirmé que eran primos, es decir, parientes, pero por otro descubrí que no tenían nada en común, de hecho, creo que ni siquiera se conocieron”.
A pesar de que los monarcas fueran familiares y coetáneos, ambos historiadores denotaron grandes diferencias entre ellos. Sobre las posibles similitudes en sus reinados habló Wihoda.
“A ambos los podemos considerar reyes fuertes, o monarcas que tenían una idea bastante clara de su papel en la sociedad y que, de alguna manera, reclamaban el derecho a liderar, a estar a la cabeza de su sociedad. Lo que era muy diferente eran las condiciones generales previas de su gobierno. En el caso de Přemysl Otakar II, sus condiciones iniciales para la administración de las tierras que le habían sido confiadas eran considerablemente más favorables de lo que habían sido en el siglo XIII en la península ibérica”.
En el caso de la figura de Alfonso X, el rey es conocido por su obra literaria, científica y jurídica, y en especial por su impacto en la lengua castellana. Alfonso el Sabio ordenó la traducción al castellano, considerado lenguaje vulgar en esa época, de numerosos textos hasta entonces reservados únicamente al latín y el árabe. También elaboró las Cantigas de Santa María, un conjunto de canciones que honran a la Virgen.
Carlos de Ayala destacó la gran importancia de la cancillería del monarca, es decir, los documentos legislativos que se produjeron durante su reinado, recalcando una vez más la importancia de Alfonso el Sabio en el desarrollo de la lengua castellana.
“La figura de Alfonso X es fundamental, porque no hablamos solo de sus traducciones, sino también de su cancillería. Todas sus cartas a partir de ese momento son escritas en castellano, salvo que sean de carácter diplomático dirigidas a otras cortes, que en esos casos están en latín. Pero los documentos habituales, y tenemos cerca de 4000 documentos conservados de su reinado, todos son en castellano. Fue en ese sentido un antes y un después. La inflexión se produce justamente ahí”.
En el caso del rey Přemysl Otakar II, los checos lo recuerdan principalmente como un gran guerrero y fundador. Otakar fundó 40 ciudades europeas, muchas de ellas fuera del territorio checo actual. Algunas de las más notables son por ejemplo České Budějovice, Písek o Kolín. Más allá de las fronteras de República Checa también le deben sus inicios la actual Kaliningrado, que pertenece a Rusia, Kłodzko en Polonia o Zittau en Alemania. De los emprendimientos de guerra de Otakar II habló Wihoda.
“Me sorprende que se mantuviera en el poder durante tanto tiempo a pesar de que básicamente cada año libraba algún tipo de guerra, en la que arrastraba a la nobleza checa, a los líderes checos, que tenían que ir con él, voluntariamente o por deber, más allá de las fronteras. Aquí cabe añadir que, a pesar de su famosa victoria en Kressenbrunn, Přemysl Otakar II sus batallas normalmente las perdía. Al fin y al cabo a los grandes guerreros también los muelen a palos”.
Al coloquio histórico lo sucedió la representación musical de las Cantigas de Santa María, de Alfonso X, en el centro cultural Vzlet del barrio de Vršovice.