La cantante checa Anna Toulka y su música a flor de piel

Anna Toulka y su inseparable perro Willow

Lejos de dedicarse a acumular ego en redes sociales, Anna Toulka es una cantante checa llena de sentimiento que se propone desarrollar en calma su arte y disfrutar las reacciones de quienes la escuchan. En esta entrevista nos cuenta cómo el idioma español la ayudó a animarse a cantar en público, por qué siente tan cómoda con la comunidad latina en Chequia y cuál es su escenario favorito en Praga.

Contra todo lo que representan esos reality shows que prometen pulir y llevar al estrellato el talento musical de cualquier persona, Anna Toulka asegura que su deseo no es ser famosa. Lo que busca es, por el contrario, seguir disfrutando las reacciones del público cada vez que alguien la escucha cantar en la calle. Porque si bien en su nombre artístico resuena un poco la idea del paseo o la errancia, hace dos años y medio que Anna Toulka solo se concentra en una única cosa: la música.

“La misma gente se acercaba a decirme que cantaba muy bien y yo empecé a creer en eso”.

“Empecé a hacer música viajando para hacer un poco de dinero y de pronto descubrí que me gusta escribir canciones, que me salen muchas y me sirven también para presentarme en un show porque yo era muy tímida y no contaba para nadie”.

Si bien hasta el momento se estuvo dedicando a cantar en la calle, revela que en el último año ha tenido más oportunidades de hacerlo de un modo más profesional. Un poco porque le han propuesto cantar a dúo sus canciones y también porque ya no ve tan lejana la posibilidad de acceder a un estudio. En definitiva, tiene la sensación de encontrarse en un momento clave en el que, además, se siente cada vez más a gusto con su música. De hecho, ya está pensando en la oportunidad de grabar un pequeño disco que incluiría unas ocho canciones que ya tiene totalmente listas.

On the road again

Desde chica, a Anna le gustaba mucho la música, tanto el baile como el canto, aunque solo lo hacía para sí misma. Por eso insiste en que fue tan importante para ella realizar ese viaje a España y Portugal con la única compañía de las clavas para hacer malabares, su ukelele y su inseparable perro Willow, a quien considera nada menos que su ángel de la guarda.

“Decidí viajar que fue muy buena decisión para mí y también para encontrarme a mí misma y todo fue sucediendo de un modo más natural porque la misma gente se acercaba a decirme que cantaba muy bien y yo empecé a creer en eso”.

Anna Toulka,  música con sentimiento | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Una de las primeras ciudades que visitó en su viaje iniciático fue Barcelona, donde no tuvo problemas en trasladarse bastante a dedo, lo cual le permitió conocer a muchas personas. Entre ellas, un chico francés que también tocaba en la calle, escribía canciones y del que se enamoró perdidamente.

Corazón partío

La propia Anna Toulka reconoce que los vínculos amorosos le resultan difíciles porque tiende a enamorarse muy rápido. Pero aunque esa relación no prosperó como le hubiera gustado, lo cierto es que sí le dejó una enseñanza muy valiosa.

“Él me enseñó la música en la calle y luego hubo un momento en que me rompió el corazón y entendí que yo podía escribir sobre eso en una canción y desde ese momento entendí que era algo que me gustaba, me sanaba y así empezó todo”.

Con el tiempo, llegó a darse cuenta de que no fue ese chico el que en realidad le rompió el corazón, sino que una serie de pérdidas le habían dejado algunas secuelas emocionales de las que debía curarse para construir su amor propio, reflexionar y lograr entenderse mejor a sí misma. Y, justamente, las canciones le resultaron fundamentales como un medio para expresar todo ese movimiento interno que, tal como ella misma cuenta, suele impregnar sus temáticas.

Vistas desde Riegrovy Sady | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

“De amor, hasta hace dos meses mis canciones solían tener mucha emoción, ya sea por estar enamorada o tener el corazón roto, aunque en los últimos dos meses he estado escribiendo algunas canciones sobre el sentido de la calma porque ya no tengo que escribir para sanarme, pero siento que tengo mucha energía que necesito poner en algo y las canciones son diferentes, tienen una onda diferente, son más tranquilas y quizás un poquito más felices”.

No obstante, afirma que lo más importante para ella es priorizar la emoción en sus obras porque considera que el arte tiene el poder no solo de reflejar estados de ánimo complejos, sino también de sanar. Nacida en la ciudad de Jablonec nad Nisou, Anna se encuentra en constante movimiento y reparte su domicilio entre esa ciudad y una serie constante de viajes en su auto a otros sitios como Liberec, Praga y hasta suele cruzar las fronteras en dirección a Alemania. En lo que respecta a la capital checa, le gusta tocar en las terrazas porque siente que ese tipo de público realmente se concentra en las canciones, algo que no resulta tan fácil de conseguir en una ciudad repleta de estímulos artísticos. Y si bien es consciente de que en Praga el trabajo de los músicos callejeros tiene reglas muy estrictas, afirma que siempre es posible encontrar un escenario tan atractivo como inesperado.

Atardecer en Riegrovy Sady | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

“En Praga mi lugar favorito es Riegrovy sady, que es un parque turístico donde se puede ver el atardecer, y como en estos días está haciendo mucho calor el mejor momento ahí es el atardecer y es muy romántico”.

Ese parque es, en su opinión, el mejor escenario del que puede disponer en Praga un músico callejero porque además de contar con un público numeroso y variado, lo siente también muy acorde a su música, en tanto esas personas suelen tener mucho en común con el tono tranquilo y romántico de sus canciones.

El español es la lengua del amor

Revela Anna Toulka que aprendió a hablar español en Praga gracias a un novio que además la acercó a la cada vez más importante comunidad latina que se encuentra en la capital checa.

“El español lo aprendí con el corazón y por eso puedo hablarlo tan bien”.

“Yo estuve solo escuchando unos meses, después poco a poco hablando, escuchando la música, no intenté aprender mucho porque el español lo aprendí con el corazón y por eso puedo hablarlo tan bien, porque si aprendes con amor resulta mucho más natural que si lo aprendes en una escuela para mí que es algo que nunca me interesó para nada”

Tanto domina el español Anna Toulka que algunas de sus letras tienen partes en checo y también en castellano. A diferencia de otros músicos callejeros, casi no hace covers porque asegura que sus temas le permiten aprovechar mucho más los registros de su voz, aunque de vez en cuando le gusta encontrar canciones ajenas que le queden bien, tal como le sucedió con Las Ligas Menores, una banda argentina de indie rock formada en el año 2011 que, además de fascinarla a nivel musical, también la ayudó a perfeccionar su español. Como ella considera que viene de un pueblo pequeño, reconoce que antes era mucho más cerrada y asegura que fue justamente la mentalidad latina lo que la ha ayudado a abrirse mucho más y a tener otras perspectivas. Quizás eso explique su tendencia a sentirse más ella misma con los latinos que con muchos checos.

Canciones que sanan | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International