Los bancos continúan dando la espalda a Rusia
Komerční banka dejará de enviar pagos a Rusia y Bielorrusia a partir del mes de marzo, una medida que ya han tomado varias entidades que operan en suelo checo.
En diciembre del pasado año, el banco Moneta detuvo los pagos a Rusia y Bielorrusia como respuesta al conflicto ucraniano, una medida a la que se sumó también Raiffeisenbank un mes más tarde.
Ahora, otra importante entidad con presencia en suelo nacional, Komerční banka, seguirá este mismo ejemplo, impidiendo a sus clientes enviar dinero a ambos país.
“En vista de los acontecimientos relacionados con la guerra en Ucrania causados por la agresión rusa con la participación de Bielorrusia, Komerční banka ha decidido, con efecto a partir del 1 de marzo de 2023, no realizar pagos a Rusia y Bielorrusia en ninguna moneda", informó a través de un comunicado, donde señala que estas operaciones suponen un gran riesgo de seguridad. En esta línea, tanto Moneta como Raiffeisenbank señalaron en su día la imposibilidad de comprobar el destino de estos pagos, desconociendo si estos podrían llegar a personas sancionadas o su finalidad.
Sin embargo, por el momento, el banco continuará aceptando los pagos procedentes de Rusia o Bielorrusia, aunque matizan que su tramitación podría dilatarse o, llegado el momento, incluso no ser aceptados.
Otras entidades, por su parte, si bien todavía continúan realizando este tipo operaciones, mantienen un estrecho control sobre ambos territorios.
"Desde el comienzo de la agresión rusa, hemos estado analizando con mucho cuidado cada pago realizado a Rusia y Bielorrusia desde el punto de vista de las sanciones internacionales aplicadas. En muchos casos, bloqueamos pagos salientes a estos países", dijo Filip Hrubý, portavoz de Česká spořitelna.
No es la primera vez que las entidades bancarias imponen este tipo de medidas, y es que las ya citadas Moneta y Raiffeisenbank cuentan con países como Irán, Afganistán, Sudán o Siria en su ‘lista negra’.
