Utama, la película filmada en el Altiplano de Bolivia que revela el daño del cambio climático a través de una historia de amor
Utama, film documental del director boliviano Alejandro Loayza Grisi, se estrenó en cines checos. La película revela el daño del cambio climático con imágenes impactantes del Altiplano de Bolivia, sitio mágico en el que también se desarrolla una original historia del amor.
Planos abiertos, colores nítidos y cóndores que sobrevuelan sobre las cabezas de los protagonistas son solo algunos de los elementos que hacen de Utama una película visualmente impactante. Filmada en el Altiplano de Bolivia por el director Alejandro Loayza Grisi, oriundo del mismo país, la obra se puede ver en cines checos desde el mes pasado y también fue presentado en el festival de Karlovy Vary de 2022. En conversación con la Radio Checa, Loayza Grisi expresó que su idea, originalmente, estaba inspirada en el paisaje y en una historia de amor.
“El tema principal no estuvo presente desde el comienzo. Primero, quería contar una historia de amor de dos personas que no se necesitan más que la una a la otra, pero que están en peligro de ser separadas. Pero luego participé en la filmación de un documental ambiental y vi cómo el cambio climático ha estado afectando nuestras vidas durante mucho tiempo. El clima ya es extremo en el Altiplano, y, actualmente, los cambios globales lo están llevando al límite: si no llueve, no puedes sobrevivir allí. Quería mostrarle a la gente de las ciudades cómo era esto. Creo que no somos realmente conscientes de este problema. Pensamos en el cambio climático global como algo lejano. Inclusive para los bolivianos, Bolivia es segura y rica en bellezas naturales, y eso es cierto, pero también es muy frágil a causa de este fenómeno. Lo mismo sucede con muchos otros países. No nos damos cuenta de lo grande que es el problema”.
Si bien la película terminó centrándose en dar un mensaje sobre las consecuencias del cambio climático, en gran parte, continúa siendo una historia de amor. Sus protagonistas son Virginio y Sisa, quienes están casados en la vida real, y el dilema que se les presenta es mayúsculo: el mundo que aman y en el que son felices con bienes frugales podría desaparecer. La falta de agua en la región hace de sus vidas un verdadero drama. Su nieto, Clever, intenta convencerlos de que abandonen su hogar, rodeado por montañas y diálogos en idioma quechua. Sobre su relación con estos personajes, el director de la película explicó que su elección se dio de forma espontánea.
“Recién los conocí cuando empecé a planificar la película a mediados de 2019. Cuatro meses después, ya estábamos filmando. Había estado en esta zona muchas veces antes, pero solo identifiqué a este par de protagonistas durante el casting. Son personas muy cálidas, maravillosas y de mente abierta. Nos abrieron las puertas de su casa. Fue una gran suerte haberlos conocido”.
A pesar de que los protagonistas tenían nula experiencia como actores, la naturalidad de sus gestos y acciones proviene de la similitud de sus vidas de ficción con las de sus vidas reales. Por esta razón, a pesar de contar con un guion y modificaciones de nombres propios, el film cumple un papel documental.
“Escribí el guion de la película con conocimiento de la región del Altiplano. Vengo de la ciudad de La Paz, que no queda muy lejos y cuya cultura está muy influenciada por el Altiplano y la forma de ver el mundo allí. Luego adapté el guion al lenguaje y expresiones en general de la comunidad y su forma de vida. Solo hicimos cambios menores para que el guion se adaptara a la comunidad local”.
Sobre su motivación por realizar un film centrado en la problemática del cambio climático, Loayza Grisi explicó que su inspiración llegó luego de haber participado en el documental Planeta Bolivia, proyecto que despertó verdaderamente su interés por la conservación del medio ambiente. El director aprovechó esta experiencia para adaptar su obra, ya que entendía que una historia de ficción podría ser más efectiva que un informe a la hora de transmitir la importancia y la urgencia de su mensaje.
“Creo que la forma en la que habitualmente mostramos el cambio climático global es poco efectiva. Son principalmente números, miles de víctimas en algún lugar de Indonesia, por ejemplo, o algo por el estilo. Yo creo que necesitamos ver personas específicas y sus destinos. Creo que la ficción y el cine pueden hablarnos directamente al corazón y permitirnos empatizar con una situación ajena y entender qué les sucede a los demás”.
Al mismo tiempo, el director resaltó que el cambio climático no hace caso de las diferencias culturales y, a largo plazo, todas las comunidades se verán afectadas por sus consecuencias. En el Altiplano, cuando la lluvia escasea, sus habitantes se quedan sin fuentes de agua potable. La situación resulta lejana para los europeos de las grandes ciudades, pero el mensaje de la película invita a reflexionar sobre un futuro apocalíptico: ¿qué sucedería si nuestro mundo, tal como lo conocemos, comenzara a desaparecer?