Una química checa desarrolla un fármaco que cura el cáncer de próstata resistente a la quimioterapia
Un nuevo tratamiento radioactivo se está probando en Olomouc con resultados sorprendentes contra el cáncer de próstata incluso en fase de metástasis. El medicamento descubierto por el equipo en el que trabaja la química nuclear Martina Benešová ya ha sido aprobado por la agencia estadounidense del medicamento y pronto podría hacerlo la europea.
Un innovador medicamento checo representa una nueva esperanza para los enfermos de cáncer de próstata en todo el mundo, ya que ha demostrado en los ensayos clínicos que funciona incluso en los casos en los que la quimioterapia no lo ha hecho.
La química nuclear Martina Benešová, que ha sido quien ha desarrollado el radiofármaco en el Centro Alemán de Investigación Oncológica de Heidelberg, contó a la Televisión Checa cómo funciona.
“Este fármaco será posible aplicarlo en teoría en pacientes con cáncer de glándulas salivales y, en teoría, en el futuro en quienes padezcan cáncer de vejiga, pero esto requiere aún de experimentos e investigaciones científicas”.
“Imagínense que en la parte superior de las células de cáncer de próstata hay como una pequeña cerradura con una forma especial. Nuestro fármaco ha sido desarrollado con la forma de una llave que pasa exactamente por esa cerradura para abrirla y llegar directamente a la célula. Pero tiene otra propiedad, y es que después de que el radiofármaco vaya de manera selectiva solo hacia las células con cáncer de próstata y no a las sanas, y una vez que se asienta en ellas, allí podemos decir que es como si se sacara de la mochila un nucleido radioactivo que se descompone, suministrando una cantidad increíble de energía que destruye las células cancerígenas, que mueren”.
La principal aportación del nuevo fármaco es precisamente su efectividad en los casos en los que la quimioterapia se ha mostrado inútil, prosigue Benešová.
“La principal diferencia es que nuestro radiofármaco a menudo actúa en los casos en los que la quimioterapia había dejado de funcionar en los pacientes. Otra de las diferencias es que la quimioterapia actúa de forma sistemática, esto es, que afecta también a otras partes del cuerpo. Nuestro fármaco es específico, o sea, actúa principalmente sobre las células cancerígenas, sin casi afectar las células sanas de órganos o tejidos”.
Benešová advierte de que se trata aún de un fármaco experimental, por lo que se utiliza, sobre todo, en pacientes en estado terminal de cáncer de próstata, en el que en este mismo momento se pueden encontrar decenas de miles de hombres. Los resultados han sido muy exitosos, pero Benešová quiso destacar uno en particular.
“Puedo mencionar a un paciente que había pasado ya por 50 ciclos de quimioterapia que no habían tenido ningún efecto. Le habían dado ya un tiempo de vida muy corto y sufría unos dolores muy fuertes prácticamente en todo el esqueleto porque tenía miles de metástasis de cáncer de próstata. Este paciente fue tratado con nuestro radiofármaco y en la siguiente imagen de la visualización diagnóstica se demostró que ya no le quedaba prácticamente ninguna metástasis”.
En un futuro muy próximo, el fármaco podría ser suministrado a muchos más pacientes en fases más tempranas del cáncer. En este momento ya se están realizando ensayos clínicos en pacientes antes de que reciban la quimioterapia o terapias hormonales convencionales.
No solo eso, el mismo fármaco podría servir de base a otros dirigidos contra otras formas de cáncer, asegura Benešová.
“Este fármaco será posible aplicarlo en teoría en pacientes con cáncer de glándulas salivales y, en teoría, en el futuro en quienes padezcan cáncer de vejiga, pero esto requiere aún de experimentos e investigaciones científicas”.
La agencia del medicamento de Estados Unidos ya ha aprobado el uso del fármaco y se espera que la europea haga lo propio antes de que acabe el año. Después ya sería cuestión de semanas o pocos meses que se pueda emplear en cualquier Estado miembro. Pero, en realidad, en la fase de ensayos clínicos, son muchos los pacientes en Alemania y en Olomouc que se están beneficiando ya de esta revolución en el tratamiento del cáncer de próstata.