Las medidas contra el COVID-19 ocasionaron un aumento de las adicciones
Durante la pandemia de COVID-19 y en relación con las medidas de prevención de la enfermedad, se registró en Chequia un incremento de personas que se volvieron adictas al alcohol, la droga o al mundo digital. Así lo dijo en entrevista a la Radio Checa Jindřich Vobořil, coordinador nacional de la lucha contra la drogadicción.
Las medidas de prevención adoptadas por el Gobierno checo contra el COVID-19 ayudaron a frenar el ritmo de propagación del coronavirus, al tiempo que hicieron cambiar por completo las costumbres cotidianas de los ciudadanos. El aislamiento prolongado de las personas en sus hogares tuvo como resultado el crecimiento de casos de individuos que consumían bebidas alcohólicas o drogas. En el caso de las drogas, prevaleció la metanfetamina pervitín, según dijo en entrevista a la Radio Checa Jindřich Vobořil, coordinador nacional de la lucha contra la drogadicción.
”En comparación con el resto de Europa, el mercado ilegal de la droga en Chequia es específico, porque aquí la heroína no es la más extendida, sino el pervitín y, sobre todo, el de producción casera. La pandemia ocasionó un impacto en ese mercado, ya que faltaba materia prima para la fabricación ilegal de este estupefaciente, aunque eso luego cambió. Hay que decir que en cada crisis, y esto vale también para la pandemia, crece el número de personas que llegan a ser adictas al alcohol, la droga o los juegos de azar”.
Los especialistas nacionales en la lucha contra la drogadicción suponen que el número de adictos pudo haber subido en hasta un 30% durante la pandemia, aunque las cifras concretas se desconocen todavía. De acuerdo con Vobořil, a pesar de esas previsiones negativas, es de esperar que más tarde el número de drogadictos vuelva a bajar.
El experto checo indicó también que la amplia proliferación de los estupefacientes en Chequia se debe a que somos un país relativamente liberal frente a este problema, lo que tiene motivos históricos y, a la vez, conlleva algo positivo.
”Eso tiene sus raíces en los tiempos del totalitarismo, cuando las fronteras estaban cerradas por la Cortina de Hierro y el mercado ilegal de la droga se acostumbró a la fabricación casera en cantidades pequeñas. Y, en comparación con el resto del mundo, seguimos siendo muy liberales respecto a la drogadicción, porque permitimos la posesión de una pequeña cantidad de droga. Por otro lado, los estudios a nivel internacional demuestran que justamente por ello no tenemos aquí el crimen organizado a gran escala como, por ejemplo, en Rusia. Allí antes también se vendía pervitín, pero luego se apoderaron del mercado de la droga las mafias con la heroína. En Chequia, por su parte, sigue prevaleciendo la fabricación casera de esa sustancia”.
Independientemente de que la legislación checa en el tema de las drogas es más liberal que en otras partes, Jindřich Vobořil está convencido de que en el futuro habrá que modificarla. Insistió, no obstante, en que, mejor que aplicar la prohibición total, que es una política extrema, es tener un mercado de la droga controlado. Habría que buscar una variante que permitiera controlar rigurosamente los estupefacientes de una forma más rígida que en el caso de las bebidas alcohólicas y el tabaco, recalcó Vobořil.
Sobre los estupefacientes, el tabaquismo, el alcoholismo y los juegos de azar, Jindřich Vobořil y su oficina quieren centrar la atención también durante la presidencia checa de la UE, que comenzará a mediados de este año.