Praga conmemora los 400 años de la sangrienta Ejecución de la Ciudad Vieja
El 21 de junio se conmemoran 400 años de la aterradora ejecución de los 27 nobles checos que se rebelaron contra el emperador Fernando II de Habsburgo. El suceso, que puso punto final al protestantismo en las Tierras Checas, aturdió a toda Europa.
Las 27 cruces blancas en el empedrado de la Plaza de la Ciudad Vieja en Praga conmemoran uno de los momentos más traumáticos de la historia checa. La plaza se convirtió en cadalso como respuesta a la Revuelta Bohemia que empezó con el levantamiento de más de cien nobles no católicos que el 23 de mayo de 1618 subieron al Castillo de Praga con el fin de defenestrar a los gobernantes católicos y exigir libertad religiosa. Los motivos de la revuelta no fueron exclusivamente religiosos; los nobles exigían que el poder de una sola persona se distribuyera entre los testamentos de diversas regiones de las Tierras Checas.
La Revuelta Bohemia terminó el 8 de noviembre de 1620 con la Batalla de la Montaña Blanca y la victoria de los católicos sobre los protestantes, que perdieron su dominio sobre las Tierras Checas. A fin de mostrar su poder, el emperador Fernando II decidió vengarse de sus opositores con una ejecución masiva. Al sangriento espectáculo, que se llevó a cabo el día de solsticio de verano, acudieron numerosos espectadores, según comentó para la Radio Checa el historiador Martin Pitro.
“Esta monstruosa ejecución fue anunciada con antelación, así que la plaza se llenó de espectadores y soldados que controlaban que nadie alterara ese espectáculo, que se llevó a cabo bajo la dirección del verdugo Jan Mydlář. A las cinco de la mañana, todas las puertas de la ciudad se cerraron y la ejecución se inició con un disparo de cañón”.
Cabezas colgadas en la Torre del Puente
Durante cuatro horas se ejecutó en una tribuna de madera a 24 nobles. Además, tres miembros de la Unidad Fraternal protestante fueron ahorcados, ya que la horca representaba un método de muerte más deshonroso. De acuerdo con el historiador Pitro, la remuneración para el verdugo y sus ayudantes por la ejecución alcanzaba para comprar una casa en Praga. No obstante, el acto representó probablemente un gran esfuerzo físico y mental, ya que uno de los condenados era supuestamente amigo del verdugo.
“Para cortar 24 cabezas, el verdugo Jan Mydlář utilizó cuatro espadas porque se desafilaban. Doce cabezas fueron colgadas en unas canastas de hierro en la Torre del Puente de la Ciudad Vieja, donde permanecieron durante diez años como advertencia para que nadie se atreviera a rebelarse contra el emperador”, señala Martin Pitro.
La masacre resultó de lo más chocante. A algunos de los condenados les cortaron la mano antes o después de la ejecución. El verdugo, antes de matar a su supuesto amigo, el médico Jan Jesenius, le cortó la lengua, y una vez muerto, su cuerpo fue descuartizado. Dos cabezas fueron enviadas a las ciudades de Kutná Hora y Žatec para quedar exhibidas en lugar público. Con este terrible espectáculo, los Habsburgo quisieron mostrar a Europa que ninguna rebeldía protestante podría representar una amenaza a su autoridad.
Después de una década, los cráneos de los ejecutados fueron trasladados al templo de Týn, en la Plaza de la Ciudad Vieja. Tras las pompas fúnebres, fueron enterradas en un lugar secreto que nunca ha sido descubierto a pesar de repetidas búsquedas.
Otro castigo del emperador para los miembros de estamentos revoltosos fue la confiscación de sus propiedades, que fueron redistribuidas entre los nobles fieles a Fernando II de Habsburgo.
Sobre la brutal ejecución masiva de Praga se corrió la voz a lo largo de toda Europa. El emperador consolidó su poder y convirtió a las Tierras Checas en un país católico sometido plenamente al poder del monarca en detrimento de los estamentos. Durante las siguientes décadas, el pueblo checo, al igual que una gran parte de Europa, tuvo que enfrentarse a la aniquiladora Guerra de los Treinta Años. Los Habsburgo gobernaron en las Tierras Checas durante otros 300 años.
Con motivo de los 400 años de la ejecución, la Plaza de la Ciudad Vieja alberga este lunes 21 de junio, a partir de las 16 horas, una serie de actos conmemorativos que incluirán una conferencia sobre el contexto y la importancia de este suceso sangriento, una charla con un especialista en el derecho de tortura y una reconstrucción simbólica teatralizada de la ejecución con más de 120 actores, jinetes, portaestandartes y tamborileros. El evento es organizado por la asociación Caballeros de la Corona Checa (Rytíři Koruny České) y auspiciado por el Ayuntamiento de Praga 1.
