San Juan Nepomuceno, un mártir víctima de intrigas políticas
La figura de san Juan Nepomuceno forma parte indispensable de la historia religiosa de las Tierras Checas. Pero tras su muerte, los datos históricos y la leyenda se entremezclaron hasta dejar más preguntas que respuestas.
La leyenda recuerda a san Juan Nepomuceno como el primer santo en ser martirizado por guardar el secreto de confesión. Pero este pequeño relato, que se suele contar a los turistas junto a su estatua en el Puente de Carlos de Praga, guarda una historia mucho más compleja.
Todavía dentro de los datos donde no parece haber confusión, podemos estar bastante seguros de que Juan de Nepomuk nació a mediados del siglo XIV en el pueblo de Nepomuk, una localidad cerca de Pilsen. Tras finalizar sus estudios y entrar en la jerarquía religiosa, llegó a alcanzar la posición de vicario del arzobispo de Praga, puesto que ocupaba cuando fue asesinado.
En un contexto en el que existían tensiones por el poder entre los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico y la Iglesia, el rey Wenceslao IV quería imponer su propio candidato para dirigir la rica abadía de Kladruby, donde pretendía crear un nuevo obispado que le fuera leal. Sin embargo, el arzobispo de Praga propuso un candidato diferente, cuyo nombramiento fue apoyado y confirmado por Juan de Nepomuk.
Apoyar al candidato del arzobispo fue una decisión fatal para el santo. Airado por la situación, el rey Wenceslao IV ordenó que torturaran al religioso, como explicó para la Televisión Checa el historiador Vít Vlnas.
“Le esperaba un día de sufrimiento, donde primero fue duramente interrogado en el Castillo de Praga. Después, en el edificio del Antiguo Ayuntamiento. Y al final, su viaje terminó en la vieja Casa del Corregidor, en un edificio que ahora tiene un aspecto totalmente diferente y que se encuentra en Můstek, en la Ciudad Vieja de Praga”.
Tradicionalmente, se dice que el santo murió ahogado en el Moldava. Sin embargo, descubrimientos arqueológicos contradicen esta versión. Los restos del cráneo de san Juan Nepomuceno mostraban signos de una herida mortal.
Pero no es falsa su relación con el río que cruza la capital checa. Hay datos históricos bastante fiables que aseguran que el santo fue lanzado al Moldava. Solo que esto habría ocurrido con el cuerpo ya sin vida, como apunta Vlnas.
“Su cuerpo, ya sin vida, lo ataron a un cepo y sobre las nueve de la noche lo arrojaron al río Moldava”.
La versión más conocida sobre la vida y muerte del santo dice que este era el confesor de Sofía de Baviera, esposa de Wenceslao IV. Y el rey habría ordenado el asesinato de Juan de Nepomuk porque no quiso revelarle las confesiones que le había hecho la reina.
Para la mayoría de los historiadores, esto no cuadra con la realidad, ya que el rey y el vicario pertenecían a bandos distintos dentro de las disputas entre la nobleza y el poder religioso. Difícilmente el rey le habría permitido ser confesor de su esposa. En general, los especialistas coinciden en que la historia de la confesión fue un añadido posterior que decoró su biografía.
En la actualidad, los restos del santo descansan en la majestuosa Catedral de San Vito de Praga. Aunque durante mucho tiempo, el paradero de sus restos fue un misterio. Curiosamente, según afirma Jan Royt, historiador del arte especializado en la iconografía cristiana, su lugar previo de sepultura estaba en realidad junto al actual.
“No mucha gente sabe esto, pero bajo su tumba hay una capilla con unos murales. Y esa capilla fue precisamente su tumba original”.
Una de las estatuas más admiradas del Puente de Carlos
Que la historia de san Juan Nepomuceno se encuentre a medio camino entre la realidad y el mito no es impedimento para la difusión y la admiración por uno de los santos patrones de Bohemia. Más bien al contrario, los misterios y las leyendas que se fueron agregando a la vida de Juan de Nepomuk engrandecieron aun más su figura.
Uno de los principales reflejos de esta admiración la tenemos en la estatua de san Juan Nepomuceno del Puente de Carlos en Praga, una de las piezas que más llaman la atención de los turistas que cruzan el río Moldava.
La estatua, que es obra del escultor Jan Brokoff y fue colocada en el puente en 1683, culmina una estructura de piedra con tres relieves metálicos que cuentan la leyenda del santo. Desde el momento en el que supuestamente Sofía de Baviera se está confesando, hasta el momento en el que san Juan Nepomuceno es lanzado al río. Pero la representación artística del santo cuenta con otros elementos, como detalla la historiadora del arte Petra Hoftichová, del Instituto Nacional de Protección de Monumentos.
“La distribución que vemos la propuso el arquitecto Jean-Baptiste Mattei, y según su idea se creó el pedestal de piedra sobre el que están los tres relieves, y en lo alto tenemos a la figura de dos metros y medio del santo checo con su vestimenta tradicional. Lleva un roquete, la palma de los mártires y una cruz. Y en la cabeza, tiene una aureola con cinco estrellas”.
Estas cinco estrellas sobre la cabeza del santo son precisamente el atributo más conocido de la estatua. Entrando una vez más en el terreno de la leyenda, se dice que esas eran las estrellas que brillaban sobre el Moldava la noche que fue asesinado. Aunque desde el punto de vista histórico, hay otras explicaciones, afirma Jan Royt.
“Las estrellas de la cabeza no se las colocaron hasta más tarde, tras su beatificación. Pero tenemos una representación gráfica anterior de la estatua en el Puente de Carlos, y ya aparecen unas estrellas con valor simbólico. Se piensa que, o bien, simbolizan la palabra latina de cinco letras “tacui”, con el significado de guardar silencio, o que representan las cinco llagas de Jesucristo”.
La fama de san Juan Nepomuceno fue tal, que su culto se fue expandiendo con el paso de los siglos y hoy en día es adorado en todo el mundo. El historiador eclesiástico Tomáš Petráček destaca que su culto está muy asentado en Europa Central.
“Sin duda, podemos decir que es un santo centroeuropeo. Encontramos sus estatuas en toda Europa Central: en Polonia, en Austria, en el norte de Italia, en Baviera y en Eslovaquia. Y misioneros partieron desde el territorio checo y extendieron su culto en lugares como América Latina y Filipinas. Es el culto de un santo checo más extendido en el mundo”.
Los historiadores señalan que poco después de su muerte, ya se hablaba de san Juan Nepomuceno como de un mártir y su figura se fue realzando con los siglos. Su canonización, en 1729, ayudó a que su nombre llegará a muchas más personas.
El culto a este santo es bien conocido también entre los fieles de habla hispana. En España, por ejemplo, san Juan Nepomuceno es patrón del Cuerpo de Infantería de Marina del Ejército. Pero también es patrón de algunas localidades e iglesias en varios lugares de América Latina, como Colombia, Paraguay y Costa Rica.