El libro negro de Kundera
La biografía de Jan Novák sobre Milan Kundera fue, sin lugar a dudas, una de las obras más polémicas y comentadas del año. En Radio Praga Internacional conversamos con su autor no solo del motivo de sus profundas críticas a Kundera sino también de cómo fue viviendo la recepción de su libro.
Además de la pandemia y el Covid, a lo largo de este año hubo muchas buenas noticias vinculadas con el gran escritor checo Milan Kundera, a quien ya en noviembre le habían devuelto la nacionalidad checa. Primero por su decisión de entregar a Brno, su ciudad natal, parte de su biblioteca y archivo, y luego al obtener el prestigioso Premio Franz Kafka que, en cierta forma, parecía marcar una especie de reconciliación en el siempre difícil vínculo de Kundera con su país.
Sin embargo uno de los libros más comentados y polémicos del año fue la hipercrítica biografía Kundera, su vida y época en Checoslovaquia.
En muy poco tiempo, esta obra de casi mil páginas generó una fuerte polarización entre los defensores de Kundera y los de su autor Jan Novák, escritor checo que vivió muchos años en Estados Unidos, y es conocido principalmente por haber escrito Hasta aquí, todo bien, su premiada novela sobre unos controvertidos y célebres hermanos que, en la década del 50, decidieron enfrentar, incluso con armas, al régimen comunista. De alguna forma, los dos libros funcionan como opuestos complementarios, tal como confirma su autor.
“Sí porque escribí sobre los hermanos Mašín con admiración y, en cambio, la curiosidad que al principio me llevó a Kundera se fue transformando en otra cosa a medida que iba descubriendo sus mezquinas transgresiones y autoplagios”.
Entre esas actitudes negativas de Kundera, Novák incluye el hecho de haber editado dos antologías de la poesía de Apollinaire, la primera con muchos traductores y, ya en la segunda, no quiso que hubiera ningún otro traductor más que él, por lo que, según cuenta, decidió suprimir cinco poemas cruciales del libro Alcoholes. Jan Novák califica de esquizofrénica la relación de los checos con Kundera: asegura que hay gente que lo respeta solo porque se auto catapultó como un autor de clase mundial, el escritor más famoso que ha tenido Checoslovaquia desde la guerra, y otros que lo detestan porque quedaron resentidos por el hecho de que se haya transformado en autor francés.
Jan Novák no niega el talento literario de Kundera pero sí lo relativiza bastante: argumenta que su escritura siempre fue conceptual y su estilo en checo es muy desparejo, a tal punto que considera que su escritura gana mucho con las traducciones.
“Los escritores más poderosos consiguen a los mejores traductores mientras los demás deben conformarse con traductores mediocres que los arrastran hacia abajo. La adaptación al inglés de Kundera mejoró notablemente su obra gracias al trabajo extraordinario de Michael Henry Heim”.
Novák reconoce que le gustan mucho tres o cuatro relatos de Kundera, algunos ensayos y, sobre todo, su novela La vida está en otra parte. Y si bien está de acuerdo con que es el escritor más conocido del país no cree que se trate del mejor. Afirma que los mejores trabajos de Škvorecký son superiores a los de Kundera y que Hrabal es, por lejos, mejor escritor aunque su obra no viaje tanto. Kundera, según Novák, trabajó mucho en promocionarse y hacer llegar su obra al extranjero. Cuenta que, por ejemplo, en 1963 se quejó, por ejemplo de que en todo el país solo hubiera un traductor al francés y que su celebridad no se la debe tanto a sus historias en sí, sino a que escribe de forma muy simple y supo elegir temas muy atractivos como, por ejemplo, el sexo y la vida durante el comunismo.
“Creo que gran parte de su fama radica en explicarle al resto del mundo la vida en el comunismo y hasta su atractivo, cuando el comunismo no estaba bien visto en casi ningún lado a excepción de China, Vietnam y Cuba. Mucho de este poder explicativo del trabajo de Kundera ha desaparecido. Creo que ya no se lee tanto porque parte de su gracia era revelar ese extraño enigma del comunismo. Así que por más que él pretenda que sus libros son completamente apolíticos, su éxito radica precisamente en eso y puede que lo haya explotado de manera consciente”.
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Justamente, una de las críticas más importantes que le hace Novák a Kundera en esta biografía es que se mantuvo durante toda su vida como una suerte de comunista ortodoxo. Cuenta que 1979 escribió el prólogo de un libro de Josef Škvorecký que se publicó en Francia, donde solo habla del autor hacia el final y en casi todo el texto establece una comparación entre las primaveras de París y Praga que concluye diciendo que la segunda ofreció el sistema político ideal, lo cual es, en su opinión, algo muy ingenuo pero que resume a la perfección su postura política.
“Pero la mayor parte de su vida fue un privilegiado: pudo viajar al exterior en la década del 50 cuando casi nadie podía y ganó un premio nacional con una ridícula obra de propaganda que ahora no permite que se publique en otros idiomas. Fue un privilegiado hasta el final, y, probablemente, hubiera hecho gustoso las paces con el régimen pero no se lo permitieron. De hecho en 1975 le dieron permiso para dar clases en Francia”.
Desde que empezó a planear este libro, Novák era absolutamente consciente de que iba a generar mucha controversia. Sin embargo, cuenta que se sorprendió gratamente al presentar el libro en Brno, apenas cinco días después de que saliera. Y notó que el público de su ciudad natal fue muy amigable, no hubo ningún tipo de confrontación y las preguntas y reacciones fueron muy halagadoras. Afirma que lleva escritos alrededor de quince libros y hasta hace poco ni un solo pie de página. Pero que en este libro tuvo que incluir mil ochocientas notas al pie para que cada afirmación estuviera bien respaldada.
“Entonces es muy estúpido que un intelectual, sin ni siquiera abrir el libro, diga "voy a mantenerme al margen de estas desacreditaciones", esa actitud tan irracional realmente me sorprendió”.
Una de las principales críticas que se le hizo a esta biografía por parte de gente que sí se tomó el trabajo de leerla fue se valiera de la propia literatura de Kundera para criticarlo, como si no separara los tantos entre la biografía de autor y su obra. Novák reconoce que esa era precisamente su intención, más allá de que, en efecto, mucha gente no esté de acuerdo con ese método.
“Cito a Kundera citando a Proust: “el verdadero ser del autor se revela sólo en sus libros”. Mi autor favorito, V.S. Naipaul, dice lo mismo: solo es posible esconderse en la no ficción ya que la psicología básica de alguien, sus deseos y miedos más profundos, se revelan en la ficción.
En ese sentido, asegura Novák que cuando en 2008 estalló la controversia al descubrirse el reporte policial de su delación Kundera dijo que no sabía nada pero, en su opinión, La vida está en otra parte muestra un enorme conocimiento sobre la psicología de alguien que traiciona a otra persona y la delata. De la misma forma, opina que el protagonista de La broma, Ludvik, es una figura autobiográfica, compuesta por las ideas y la fe del propio Kundera en un partido que también lo terminaría expulsando.
En todo caso, afirma Novák que el gran objetivo de su libro fue decir esa verdad detrás de lo que, en su opinión, es la gran maquinaria de marketing y mitología de Milan Kundera. Como ejemplo, dice que Kundera suele hacer cambios en sus libros cuando se traducen para generar el máximo consenso posible.
“Cuando autorizó la publicación en Chequia de El libro de la risa y el olvido eliminó una observación despectiva sobre el popular cantante Karel Gott, "el idiota de la música".
Algo similar ocurrió, según Novák, cuando la oda a Stalin que aparecía en la versión francesa de La fiesta de la insignificancia no llegó a la edición checa. A propósito, Jan Novák adelanta que ya está trabajando en la segunda parte de la biografía que se va a dedicar a la vida de Kundera en Francia y, por último, recuerda que lo contactó al gran escritor checo cuando le faltaban muy pocas páginas para terminar el libro. El objetivo era contarle que venía trabajando hacía tres años en el proyecto y pedirle algo de su tiempo para hacerle algunas preguntas. Sin embargo Kundera nunca respondió, y ahora es tiempo de que los lectores puedan evaluar su trabajo.