La recolecta de hongos, un deporte nacional en Chequia
Los checos se encuentran entre los recolectores de hongos más apasionados del mundo. Radio Praga Internacional salió a un bosque en plena temporada para descubrir la magia de este pasatiempo nacional.
¿Crecen? Esta es una de las preguntas más frecuentes que resuena entre los grupos de personas equipados con botas de agua, chubasqueros y canastas, que recorren los bosques checos en busca de hongos.
El inicio de esta afición en el territorio checo data de muchos siglos atrás, cuando el país se veía afligido por guerras que obligaban a la población a buscar alimentos en los bosques.
En la primera mitad del siglo XX, la recolecta de hongos se convirtió en un pasatiempo popular gracias a František Smotlacha, fundador de la Asociación Micológica Checa, que publicó un atlas de micología ilustrado para que la gente evitara intoxicaciones. De hecho, los atlas más extensos se publican precisamente en la República Checa.
De acuerdo con el micólogo Zdeněk Pelda, existen muchas teorías sobre el origen de esta afición por parte de los checos, y ofrece a Radio Praga Internacional su punto de vista.
“Creo que esta afición se debe al carácter general de los checos, a su amor por la naturaleza. Las estadísticas afirman que al menos siete millones de checos (aproximadamente el 70%) van al bosque al menos una vez al aňo. Es un pasatiempo que se transmite de generación a generación y todos acaban involucrados en este pasatiempo. Hay otra teoría que sostiene que la recolecta de hongos y actividades similares reemplazan los antiguos instintos naturales. Es decir, el antiguo hombre-cazador se dedica hoy día a la pesca o se convierte en un guardabosque. Y esto se aplica también a las mujeres”.
Además de los hongos, los checos encuentran en los bosques una forma de descansar, enriquecida con la competitividad en quién encuentre más hongos.
“Es una afición que reúne muchos elementos con un efecto psicoterapéutico, que permite ordenar los pensamientos. Por esta razón, muchos salen del bosque con buen ánimo”, sostiene el micólogo.
Un pasatiempo curioso
La recolecta de hongos es popular también en Entretanto, en el resto de Europa no se trata de una actividad común. De acuerdo con Zdeněk Pelda, esta diversión checa resulta sorprendente para muchos extranjeros, quienes al mismo tiempo admiran el entusiasmo de los checos. Con esto coincide el mexicano Javier Aldana, al que encontramos con sus amigos checos en un bosque de Bohemia Central.
“Me parece una actividad entretenida para los niños y la familia, un tiempo que pueden compartir juntos. Te permite disfrutar de la naturaleza. Aunque para mí es totalmente extraňo, porque en mi país no lo hacemos. Al menos en mi región no crecen los hongos, entonces no tenemos una actividad como tal”.
No obstante, Javier es consciente de que la recolecta puede llegar a ser una actividad adrenalínica a la hora de reconocer los hongos comestibles de los venenosos.
“Yo en particular no soy capaz de distinguirlos, así que no me atrevería a venir solo al bosque a recoger hongos. Además, como no es una actividad que frecuente, prefiero hacerlo acompaňado de amigos checos que conocen y tienen experiencia. Me daría miedo agarrar algo que no deba”, reconoce Javier.
Zdeněk Pelda menciona las reglas clave para evitar intoxicaciones, al mismo tiempo que advierte sobre los mitos.
“Hay que recolectar solamente los hongos que conocemos. Esto es habitualmente un problema. Mucha gente recolecta de todo, prueba un poco y si el hongo no tiene sabor amargo ni picante, creen que no es venenoso. Existen más mitos, por ejemplo, que nuestras abuelas cocían los hongos con una cebolla y si se puso negra, supuestamente no eran comestibles. Hoy día existen aplicaciones móviles para reconocer los hongos, pero no siempre aciertan. Recomiendo consultar los hongos que no conocemos con un atlas, o enviar sus fotos por internet a foros especializados y consultarlo con los especialistas o con la gente que tiene más conocimientos”.
A pesar de las advertencias, en la República Checa se sufren anualmente centenares de intoxicaciones provocadas por los hongos, afirma el micólogo Pelda.
“Los hongos más peligrosos son las oronjas verdes cuyo aspecto no es repulsivo y su sabor no es picante. Algunas personas que sobrevivieron la intoxicación con este hongo incluso afirman que su sabor recuerda el de las patatas. Lo peligroso es que la intoxicación suele mostrarse después de más de 12 horas, cuando ataca al hígado. El tratamiento es habitualmente complicado especialmente en personas con salud delicada y en los niňos. Si uno no está seguro del tipo de hongo que consume, al menos es bueno guardar un pedazo que a la hora de intoxicación facilita su determinación”.
Chequia permite una recolecta ilimitada
De acuerdo con las estadísticas de la Universidad Checa de Agricultura de Praga, los checos recolectaron entre los años 1994 y 2017 hongos por un valor de más de 2 350 000 000 de euros. En muchos países, esto no sería posible, afirma Pelda.
En países como Alemania, Suiza o Luxemburgo se permite recolectar una cantidad limitada diaria que oscila entre uno y dos kilogramos. Por su parte, en Croacia es necesario pagar por un permiso especial.
La mayoría de los checos salen en busca de hongos entre agosto y octubre. No obstante, Zdeněk Pelda afirma que los hongos se pueden encontrar a lo largo del aňo y él mismo consume hongos frescos casi a diario.
El experto considera que, desde su punto de vista, el más sabroso es el conocido como amanita rojiza, fácil de confundir con otras especies, y también le gusta la seta coliflor.
Entre los platillos con hongos más populares de Chequia figuran el revuelto (smaženice), los hongos en rodajas empanizadas, las salsas y las sopas.