Recuerdos del Che
En esta edición de Legados del Pasado - Testimonios del presente les ofreceremos un puñado de recuerdos del "Che" Guevara, que compartió con nosotros el economista y uno de los protagonistas populares de la Revolución de Terciopelo en Checoslovaquia, Valtr Komárek.
"A pesar de que como dice Socrates yo sabía que no sé nada, yo era ya un experto porque mi estimado amigo Guevara, como médico, y hay que decir un médico muy educado, con muy amplios conocimientos, no tenía experiencia de economía práctica. Me respetaba no sólo como un profesor, sino también como un especialista práctico. Claro que en nuestras discusiones no tratamos solamente sobre la economía, ya que por casualidad él y yo teníamos un amor especial a la poesía y la literatura clásica. Mis amores eran la Antigüedad griega, yo sabía hablar el latín y sabía algo de historia. Y el 'Che' era del mismo tipo, a él le gustaba mucho el 'roman´ francés y la poesía francesa, así que él estuvo un poco sorprendido de que yo, como economista, podía discutir con él sobre poemas de Baudelaire, e incluso citar toda la serie de poemas de memoria".
Valtr Komárek recuerda que al "Che" le encantaban 'Los amores amarillos' de Tristán Corbière y 'Las flores del mal' de Charles Baudelaire, así como los demás poetas malditos franceses Arthur Rimbaud y Paul Verlain. Igualmente se interesaba por la filosofía moderna francesa existencialista, representada por Paul Sartre.
"El 'Che' estaba casi encantado. Él me contaba diciendo: Mire, yo estuve con Kruschev, y cuando yo dije algo sobre las ideas de Sartre y pregunté con cortesía ¿Ud. conoce a Paul Sartre? Kruschev me dijo ¿Sartre, shto takoye? ¿Qué es eso? No 'quién' sino 'qué' es sartro. Es interesante que pudimos discutir así. Él sintió alguna simpatía por mí, mis ideas y por nuestra línea de educación relativamente parecida".
Pero lógicamente, la base de las discusiones entre Valtr Komárek y el "Che" Guevara consistió en temas económicos y políticos. "El 'Che' era muy inteligente", subrayó Valtr Komárek agregando que desde los primeros viajes a la Unión Soviética Guevara notaba una tremenda contradicción entre la glorificación estatal del socialismo y la realidad. Mientras que las autoridades oficiales hablaban del alto nivel de vida, de educación y de las Artes, él verificó con sus propios ojos la escasez de productos en las tiendas y la existencia de personas que pedían limosna, y quería penetrar en el fondo del sistema, según relata Valtr Komárek.
"Yo le explicaba: Che, mire, Ud. no ha visto mucho porque Ud. era un turista oficial de alto nivel, ellos mostraron a Ud. sólo cosas muy seleccionadas, solamente para turistas de este tipo, para delegaciones del partido comunista de Occidente, etc. Pero la vida en los koljoses, en el campo y la vida de los trabajadores es mucho más difícil, en muchas áreas del campo no hay casi nada. Lo único que esa gente puede comprar es algunos días pan y un poco de azúcar y vodka. Es prácticamente todo el surtido. Esa gente come solamente boniato, papas y algo que tienen del koljós, pero los koljoses son muy pobres porque la gente no tiene interés en producir, todo es o estatal o semiestatal o son cooperativas, pero dirigidas por el partido y en un estilo semimilitar, así que nadie tiene entusiasmo por trabajar. Es una situación muy difícil. Es un país con una tremenda riqueza natural, ellos están comprando cada año algunos veinte, treinta millones de toneladas de trigo de EE.UU., de Canadá, solamente para sobrevivir".
Muchas de las preguntas del "Che" se refirieron al mecanismo del poder practicado en el bloque soviético y al culto de Stalin.
"El 'Che' estaba prácticamente paralizado por estas discusiones. Y eso no era poco. Yo tenía mi oficina al lado de él. Cuando el 'Che' estaba en el Ministerio, trabajaba mucho. Y yo trabajaba también mucho con él, porque yo lo respetaba mucho y quería ayudar de verdad, simultáneamente yo pensaba que estaba semiloco porque todos los colegas expertos ya desde las tres o las cuarto de la tarde estaban en la piscina en sus hoteles, y yo como idiota estaba sentado al lado de Che y trabajaba y trabajaba. Cada otro día por la noche, a las seis, cuando yo me preparaba ya para ir a la casa y pensaba desaparecer, porque tenía esposa y dos niños chiquitos, él vino, y yo sentí alegría porque siempre lo veía con simpatía, pero por otra parte yo estaba desencantado, porque ya sabía que venía una noche de discusión! Allí él cogió su tabaco, uno para mí, ordenó café, como era su costumbre puso las piernas sobre la mesa y empezó: Profesor, el último día hablamos del mecanismo del poder y las relaciones entre el partido, la burocracia estatal y el Ejército en la URSS. ¿Y cómo es en su país? Porque yo pienso que Checoslovaquia es mucho más desarrollada, mucho más europeizada, Uds. no tienen ese estilo asiático. Me parece que su país es muy interesante y como ejemplo para nosotros. Explícame la situación".Las discusiones se prolongaron hasta las cuatro de la madrugada. "El 'Che' era un oyente muy concentrado", recuerda Valtr Komárek.
"En ese tiempo yo hablé con semejante imperfección como ahora porque en ese tiempo todavía no sabía hablar bien español, ahora ya no lo sé, pero él tenía mucha paciencia. Eran discusiones magníficas. Para mí, sobre todo, cuando él empezó a pensar en voz alta y explicar y desarrollar sus ideas. Él me explicó el concepto de su visión filosófica del hombre en Cuba. Él siempre tenía esa visión romántica de la revolución virgen, de la revolución joven, que tiene que ser totalmente otra que el socialismo real de Breznev. Así que él estaba mucho más de acuerdo con mis problemas con el socialismo real, él respetaba que yo le dijera la verdad sin rasgos propaganda. Nosotros discutimos como jóvenes honestos".
Valtr Komárek finalizó sus recuerdos a "Che" Guevara, quien significó para él según sus palabras un gran estímulo humano, con un chiste negro inventado por un amigo suyo cubano:
"Que el 'Che' después de la última discusión de catorce horas con Komárek sobre el socialismo real salió para cometer suicidio voluntario en Bolivia. Claro que es un humor cínico, pero Uds. saben que esa gente tiene humor siempre. Hay que decir que el Che tenía mucha simpatía por este tipo de humor, él admiraba el humor, él tenía humor, él era muy cordial y muy simpático".