La época de VHS en La República checa termina
El volumen de mercado de casetes VHS bajó desde los casi 2 millones de ejemplares vendidos en 2004 hasta solo 360 mil en 2006. Los expertos hablan del fin de este medio de industria cinematográfica y su reemplazo casi completo por los discos DVD.
Los VHS llegaron a La República checa en la mitad de los años ochenta del siglo pasado, con un buen retraso, en comparación con los países europeos occidentales. En la época socialista se reunía la gente en sus hogares para ver películas extranjeras especialmente las de EE.UU. Las copias de muy baja calidad circulaban, de mano en mano, como objetos semiclandestinos. El mercado libre con las grabaciones en VHS no existía y conseguir una video era muy difícil y costoso.
"Cuando era niño, no teníamos video pero recuerdo bien que había visto casi veinte veces una película con Bruce Lee en la casa de mi amigo. Era una copia muy mala y en alemán sin subtítulos, no entendía nada pero me dejó perplejo." Dice Pavel, hoy un administrador comercial de Praga, de casi treinta años.
El gran cambio llegó a La República checa, casi como en todos los países del ex bloque socialista, en los primeros años de los noventa. Desde este tiempo se creó de repente un mercado pleno y se había establecido una red de distribución y producción original.Ahora mismo somos testigos de la transición continua de este medio por completo y su inexorable reemplazo por los discos DVD y otros recursos. A pesar de todo el volumen del mercado de DVD tampoco está subiendo como quisieran los distribuidores. Mucha gente está recopiando películas o las está adquiriendo directamente de Internet. Los ingresos más altos los obtuvieron los distribuidores de DVD en el año 2004, cuando se embolsaron casi 730 millones de coronas checas, es decir 24 millones de euros. Desde este año sus ganancias siguen bajando.
Después de veinte y cinco años podemos decir que también en este país centroeuropeo la historia de casetes y videos VHS, las cuales nos acompañaron desde hace tanto tiempo están a punto de desaparecer, tanto en las tiendas, como en la memoria de los checos.