Escándalo de la habitación n° 433
La selección checa de fútbol hace frente a un escándalo sin precedente. Según escribió el diario Síp, tras caer ante Alemania, algunos jugadores checos celebraron el cumpleaños de Tomás Ujfalusi hasta altas horas de mañana en compañía de prostitutas
La selección checa cayó el sábado en Praga ante Alemania por 1-2 en las eliminatorias para la Eurocopa 2008. El periódico indica en su reportaje ilustrado por fotos elocuentes que tras la derrota dichos futbolistas celebraron con bebidas alcohólicas el cumpleaños de Tomás Ujfalusi y que por la mañana invitaron a la habitación n° 433 del hotel Praga a seis prostitutas.
Los jugadores admiten que tras el encuentro se juntaron todos en la habitación para aclarar los motivos del partido perdido, pero rechazan haber invitado a cualquier otra persona.La Asociación de Fútbol del país decidió que todo el equipo debe pagar una multa que asciende a un millón de coronas checas, equivalente a casi 35 mil euros, aunque se quedaron en el apartamento solamente cinco jugadores. Así lo indicó el portavoz de la selección, Lukás Tucek.
"Los jugadores celebraron el cumpleaños de Tomás Ujfalusi tras el partido contra Alemania lo que está en contradicción con el comportamiento de un representante de la República Checa. Debido a que se trató de una acción de todo el equipo, todo el equipo tiene que pagar la multa".
El técnico Karel Bruckner sufrió un mal rato al enterarse del comportamiento de los jugadores e incluso consideró la posibilidad de renunciar a su cargo."Primero pensé sobre mi próxima actuación. Yo soy responsable del equipo, igualmente soy yo quien lleva la responsabilidad por cada gol de córner, por ejemplo. Los jugadores me explicaron su versión, pero existen además otras versiones sobre lo sucedido. No sé qué pasó en realidad, de todas formas se trata de una grave infracción a la disciplina deportiva".
El ambiente en el equipo checo es actualmente muy sofocante. "Esto es un lío y el miércoles nos espera Chipre", con esas palabras resumió el técnico la atmósfera ante el partido contra uno de los outsiders del grupo D, al cual la selección checa tiene que ganar para recuperar por lo menos parcialmente su deteriorado crédito.